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El sol se alzaba lentamente, mostrando sus rayos anaranjados, alumbrando todo a su paso. Una persona se encontraba sentada en el pasto limpiando su espada llamada Samehada, no recordaba hace cuanto no la había limpiado, tenía sangre seca y a su parecer, pedacitos de algo que antes era carne viva entre las escamas que hacían la espada, así que ese día libre, se dio el lujo de hacerlo, además no tenía nada más que hacer, nada con que divertirse, distraerse o entrenar, sus demás compañeros habían salido de misiones, esta vez Pain había decidido mandar a Itachi a una en solitario, Kakuzo y Hidan a buscar de seguro una persona dentro del libro Bingo para matarla y así cobrar la recompensa, Konan y Pain hacer sus cosas a Tobi y Deida... Kisame se detuvo de limpiar a Samehada, no recordó haber visto salir a Deidara cuando estaba viendo como el Uchiha salía de la cueva, pero si recordó a Tobi salir solo.


Entonces ¿Solo estábamos Deidara y yo? Pensó y reanudó su trabajo de limpiar la espada.


Por momentos pensaba en que estará haciendo Itachi, si no estaría aburrido sin su presencia o si lo extrañaría, soltó una risa por lo raro que sonó ese pensamiento, aunque es normal ¿no?, estaban saliendo o eso parecía, solo que se abstenían de tomarse de la mano o arrumacos, solo recurrían al contacto del otro por mero desestres, ni siquiera aquella vez que se la ofreció amablemente. Pain los había enviado a robar un pergamino, fue cuando el atacó a un ANBU con samehada — cabe mencionar que le acertó con la espada, no hace falta decir como quedo el de la máscara —, la comadreja le lanzo unas shurikens a otro, pero las esquivo, observo como corría en dirección a Itachi con Kunai en mano, a su parecer usaría el Sharingan y listo, pero después se lo pensó mejor, de seguro para él no valía la pena usarlo. Y así fue, le lanzo su Katon y el idiota del ANBU salto dejándose expuesto e Itachi termino acabándolo con otra ola de shurikens, después de mirar todo eso, coloco a samehada en su espalda iba a decirle a Itachi que ya era hora de que volvieran, cuando miro algo que nunca le hubiera imaginado que le pasaría al genio.


Uchiha Itachi resbalo con un charco de lodo.


Soltó una carcajada ahora que podía, ahora que estaba solo, en aquel momento no sabía cómo reaccionar, si reír o no, pero sabía que de ante mano que reír ni loco delante de él, así que, conteniendo la risa que amenazaba con salir de sus labios, se encaminó hacia su compañero.


— Itachi-san.


Estando ya delante de él y llamándole le tendió su mano, sabía desde el principio que se la negaría, el orgullo Uchiha no le permitiría aceptarle la mano — mucho menos siendo un rango S — y así fue, Itachi levanto su mirada, observo la mano del de cabello azul y paso de largo, levantándose por su cuenta.


Voltio a samehada para continuar con el lado opuesto que todavía no estaba limpio. Más sangre y pedazos de algo que antes era carne. Realmente agradeció a cuál quiere cosa en el cielo por el día libre. Ya había pasado tres horas desde que empezó a limpia la espada, la inspeccionó por última vez, asegurándose de que no quedara ningún rastro de algo entre sus escamas. Una pregunta se le vino a la mente.


¿El Uchiha se molestaría si le tomara de la mano de la nada?


Levantándose y colocando la espada en su lugar habitual, se disponía a tomar rumbo a la cueva de Akatsuki, cuando una explosión le hizo mirar en sentido contrario, otra explosión se volvió a producir cerca de ahí. En su mente se produjo un nombre el cual podrían provenir las explosiones, pero aun así se dirigió al lugar para prevenir, al fin y al cabo, ya no tenía nada que hacer. Un pequeño lugar libre de árboles, miro al rubio de pie, concentrado en algo en sus manos, se recargo en el árbol que se encontraba a su lado, viendo el brillo en los ojos de su compañero de organización, realmente le apasiona hacer explotar esa cosa, pensó, veía como elevo su mano mirando su palma donde estaba hecha una pequeña arañita, segundos después esta fue aventada para después ser explotada por el rubio, este solo sonrió al mirar lo que hacía su arte. Kisame por un momento le dio curiosidad saber que se sentía hacer una de esas esculturitas, pero se lo pensó mejor, de seguro sería un desastre haciendo una. Se disponía dar media vuelta cuando el rubio le hablo.


—Kisame. —observo a Deidara a unos metros de él. —¿Qué haces aquí? Hmn.


—Limpiaba a Samehada. —el artista entre cerro los ojos en un gesto de no entender. Kisame se dio cuenta en ese momento de algo.


Nunca había hablado con él.


Pensado lo bien, solo sabe poco del muchacho gracias a que fue uno de los que enviaron a su búsqueda para reclutarlo, bueno, si se le podía decir a "obligarlo".


— Es mi espada. —Levanto su mano y con el pulgar la señalo.


Deidara también se dio cuenta de ello, no sabía nada del hombre azul delante de él, solo que se llamaba Kisame y ya. En Akatsuki no cambian de pareja, solo cuando uno de ellos se muere y se les asigna uno, así le paso a él con Sasori, por eso se le asignó a Tobi.


Malditos Uchiha, hmn, pensó.


Ambos se miraban, sin saber que decir, poco a poco se formaba un ambiente incómodo para los dos, miraban a su alrededor para tratar de encontrar de que platicar, pero nada.


— Se nota el nivel de convivencia entre la organización, ¿no crees? Hmn. —El artista trato de aligerar tan solo un poco el ambiente. El tiburón sonrió mostrando sus dientes.


— Claro, como solemos salir todos juntos de paseo mientras vamos matando a nuestro paso. —la sonrisa del artista fue acompañada de un pequeño bufido de risa.


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No será la mejor platica que el tiburón y el explosivo hayan tenido, pero era pasable, pasable y tranquila, hablando de sus vidas antes de la organización, Deidara le dijo que tenía 19 años, eso, Kisame ya lo sabía, eso significaba que era el miembro más joven de Akatsuki, lo siguiente que le dijo lo impresiono un poco, fue el aprendiz del tercer Tsuchikage de la Roca, perteneció a el cuerpo de explosivos, como no, pensó Kisame, a el equipo de Distracción y al escuadrón de Emboscada y Distracción, después le contó porque fue perseguido. El artista ansiaba una técnica prohibida de su Aldea y la robo, para llevar su arte a otro nivel.


Deidara cuando término de relatarle todos esos pequeños datos, se golpeó la frente mentalmente, simplemente se dejó llevar por la relajación que comenzó a nacer en su cuerpo al escuchar a su compañero azul de la organización, si bien su apariencia era intimidante, su plática y actitud —a ojos y oídos de Deidara— no lo era, ni siquiera a Sasori le había contado gran parte de lo que le contó a Kisame y eso que tubo a Sasori de pareja de equipo por más de dos años, será que solo quiero con quien desahogarme, pensó, cerró los ojos por su pensamiento y se preguntó que estaría haciendo Tobi en ese momento.


—Bueno. —Deidara abrió los ojos y miro a Kisame delante de él, sentado recargado en un árbol al igual que él. —Me toca a mí, es lo justo.


-0-


¡Vaya!


Su compañero era todo un caso. Solo podía pensar que era de las pocas personas que ha conocido más leales, también subestimadas. Deidara creía que Kisame tenía una edad de cuarenta y algo, pero vaya sorpresa se llevó al escuchar 31 años salir de la boca del de cabello azul, también le conto un poco de cómo consiguió a samehada.


— Y ahora soy uno de los siete Espadachines de la Niebla.


Deidara observo a Kisame que miraba a Samehada, por un momento quiso saber más de su compañero, que es lo que le gustaba, que es lo que odiaba, para él ¿Cuál es su arte?


¡Qué diablos! Nada le impide saber eso de él. Sonrió al ver como alzaba su mano para tocar a Samehada.


—Kisame. —El nombrado voltio para ver fijamente esos ojos azules. —Para ti ¿Que es tu arte? Hmn.

| Los Uchihas Unen | KisaDei |Where stories live. Discover now