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Un nuevo día levantaba a los pocos miembros que se encontraban dormidos en la cueva esa mañana. Ya habían pasado tres días desde que Kisame y Deidara hablaron.


Ciertamente el rubio de una forma sentía que lo conocía, solo un poco con lo que platicaron días atrás. Ayer observó como el tiburón abandonaba la cueva junto con el Uchiha —quien regreso dos días después de que platicaron—, cuando paso por la entrada, lo miro y por momento sintió el impulso de levantar la mano y despedirlo, se maldijo al creer que una plática ya los hiciera mejores amigos, pero se acercaba ¿cierto? Simplemente siguió de largo y antes de desaparecer por un pasillo, voltio a la entrada, miro como Kisame lo observaba y le sonrió. Él le correspondió la sonrisa y no supo el porqué.


Ahora se estaba preparando para salir a misión, según el líder, tendrán que regresar dentro de tres días, pero bien sabia Deidara que no pasaría nada si se retrasaban un poco, de todos modos, el líder no se quejaría. Coloco sus bolsas de arcilla a sus costados y se colocó la túnica mientras se dirigía a la salida esperando que pronto pasaran esos tres días.


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Ya quería regresar. quería mandar al diablo ya esa Aldea, sólo tenían que desaparecerla y Tobi no ayudaba en mucho, con su tonta actitud, le dejaba todo el trabajo a él, si bien sabían ambos que en cuestión de segundos él podía desaparecer la Aldea, le molestaba que todo tenía que hacerlo él. Suspiro ya resignado y soltó múltiples animales de arcilla haciéndolos explotar con la palabra de activación. Lo que antes era una Aldea llena de gente y ruido, ahora era solo escombros y fuego. Se alejaron bastante del desastre en el aun pájaro de arcilla hecho, Deidara bajo deshaciendo el Jutsu, provocando que Tobi descendiera estrepitosamente al suelo.


—¡Deidara-Senpai! —el enmascarado se levantó sacudiéndose sus ropas. —¡Eso dolió!


—Me alegro. —fue lo único que dijo.


Miro a su alrededor, tratándose de orientarse, mas no noto la forma en que Tobi lo miraba.


—Hay una Aldea más adelante, volando llegaremos más rápido, pero gaste más Chakra del que gustaría, hmn. — voltio a observar a su compañero. — así que caminaremos. Vamos, hmn.


Si esperar respuesta avanzó a la dirección puesta por él, no le importaba realmente si lo estaba siguiendo o no, él solo quería descansar un poco.


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La Aldea era tranquila a sus ojos azules, llegaron y rentaron una habitación, rápidamente se quitó su túnica de Akatsuki, la doblo y se dirigió a un pequeño armario que había en la habitación con la esperanza de que hubiera ropa olvidada por una descuidada persona, abrió el armario, Deidara suspiro aliviado que fuera así.


Tomo la ropa y fue al baño para cambiarse, tenía ganas de ir a curiosear por la Aldea, pero no quería que lo reconocieran que era de Akatsuki, así que una vez que termino salió, dejando su ropa en el baño doblada para cuando volviera, se dirigió a la puerta.


—¿A dónde va Deidara? —lo había olvidado completamente.


Detrás de él de brazos cruzados, estaba el enmascarado. Se dio media vuelta para encararlo. —no te importa, hmn.


Se giró de nuevo a la salida y sin esperar respuesta salió, ya afuera, miro a su alrededor y simplemente tomo camino por la derecha. Los puestecitos de comida abundaban por la Aldea, al artista le dio la impresión de que hubiera algún festival, siguió sin rumbo por un buen rato, hasta que paso por un lado de un puesto que le llamó la atención, se acercó a mirar y se dio cuenta que vendían comida de mar. Un recuerdo le llego.


— ¿Otra cosa que me quieras preguntar? —el rubio lo observo fijamente, mientras que formulaba la pregunta.

—¿Comida favorita? Hmn.

Miro como el de azul se lo pensaba hasta que respondió. —el cangrejo o camarón.


Deidara se preguntó qué diablos le pasaba, cuando se miró pidiéndole a una empleada del local una orden.


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Con que cara le diría, Oh mira Kisame, mire esto y pensé en ti, espero y te guste, claro, claro que sí, pensó el artista, se golpeó la frente, para empezar ¿Porque lo hizo? No tenía ni idea, sólo fue un impulso de querer regalar algo, miro el paquete envuelto en sus manos, ya se encontraba de regreso en la cueva. Suspiro y por un momento pensó en tirarlo por ahí en el bosque, nunca a nadie le había regalado algo, no es que no haya tenido amigos en sus días en la Aldea de la Roca, solo que en esos años se preocupaba solo en exponer su arte en el máximo esplendor y no en dar regalos a las personas de su alrededor. Dejó el paquete en una mesita cerca de su cama, decidiendo olvidarse del tema, se dirigió al baño, dejando en su proceso su túnica de Akatsuki y su demás ropa, llegando ya desnudo a la ducha.


-0-


Estaba un poco cansado después de regresar de la misión, además durante el regreso, noto que su compañero no estaba actuando como de costumbre, algo le pasaba, tampoco es como si le importase demasiado lo que le sucede al rubio de la organización. Se sentó en su cama, paseando sus ojos por la habitación parando en la máscara en espiral anaranjada sobre la mesita a un lado de su cama, la tomo y sonrió. Le haría una visita a su Senpai.


Abandono la habitación, avanzo por el pasillo a la izquierda, esta oscuro, por momentos como esos odiaba llevar la máscara, pero era necesario. Dio vuelta cuando tuvo que parar para evitar el impacto de otro cuerpo, se fijó quien era.


—¡Itachi! ¡Ya volviste!


El pelinegro lo observo por momentos, con esa característica cara suya, para después pasar por su lado y desaparecer de su vista.


La mala hierba no muere, he, Itachi, pensó.


Siguió, esta dar otra vuelta a la izquierda cuando la voz de Deidara lo hizo detenerse.


—¿Quieres pasar? Claro, si no estás cansado.


Tobi se recargo de espaldas al filo de la pared para intentar escuchar mejor. Se percató que la otra persona se estaba tardando en responder.


—Claro, de todos modos, me aburriré en mi habitación.


Rápidamente se dio vuelta, asomando un poco la cabeza, tratando de ver a la persona, pero solo logro ver una un pedazo de la túnica de Akatsuki entrando a la habitación de Deidara y la puerta de esta siendo cerrada. ¿Dónde había escuchado esa voz antes?

| Los Uchihas Unen | KisaDei |Where stories live. Discover now