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Ichigo Kurosaki

Anime: Bleach

Te abrazabas mientras que, lentamente caminabas a tu casa con una lluvia torrencial. Lloriqueaste, siendo opacado por el sonido de las gotas caer con fuerza a tu cuerpo y alrededor, no sabías interpretar eso como algo bueno a malo, ya que esto ocultaba tus lágrimas que aún seguían descendiéndose por tus mejillas.

Tu novio, no, ex novio, te había llamado hace algunos minutos para que fueses a su casa porque necesitaba mostrarte y decir algo, te imaginabas cualquier cosa menos lo que pasó; tenías la llave de su casa, y a él no le molestaba que entraras cuando quisieras, entonces, a paso algo inseguro por los ya evidentes crujidos, lo viste ahí, en su pieza entreabierta, con una chica, obviamente, saliste corriendo de ahí.

Tu cerebro no funcionaba con normalidad, por lo que no dudaste en correr hacia tu hogar, que quedaba bastante lejos, los taxis y buses pasaban a tu lado, pero ya no pensabas en pedir que te dejasen en la puerta, querías pensar, y por primera vez, ya no te importaba mojarte, si quiera enfermarte. Estabas empapada hasta los huesos, y como el aire corría, ya casi te congelabas, pero parecías ignorar todo, solo caminabas, ya con lentitud, casi arrastrando los pies, analizando que ya morirías sola.

Oíste pisadas detrás, y pensando que podría ser un asesino serial volteaste enseguida, soltaste un suspiro aliviado al ver a uno de tus mejores amigos, Ichigo. Rápidamente te limpiaste los ojos con la manga, no querías que te viera llorar y se preocupara. Él entre cerró los ojos, mientras que te mantuviste quieta.

—¡(T/N)! ¿Qué estás haciendo aquí fuera con este clima? —dudas si decirle o no, no quieres mentirle, por lo que cambias un poco el tema.

—Yo-Yo podría hacerte la misma pregunta— alzaste una ceja, el pelinaranja trota para acercarse, y te llevas una gran sorpresa cuando se saca la chaqueta, colocándola en tus hombros como todo un caballero, y después, con tu chillido como respuesta, te toma en brazos, con sus manos en tu espalda y debajo de las rodillas. Trota hacia lo que puedes deducir es su casa, ya que se encuentra más cerca que la tuya, le gritas pidiendo explicaciones, pero él solo ríe.

Ya dentro de la casa se sacaron los zapatos totalmente empapados. «Nadie está aquí a excepción talvez de Rukia» dedujiste al no escuchar ningún ruido y no ver a Isshin recibir a su hijo con una de sus agresiones, que te resultan divertidísimas.

—Siéntete libre de usar la ducha, puedes utilizar una de mis camisas, que sé que te encantan— sonríes enternecida por su actitud tan honrosa, es un buen chico, y eso es particularmente lo que te gusta de él.

—Muchas gracias, Ichigo— le dices, agradeciéndole de todo corazón.

—Apresúrate, que no quiero que la taza de chocolate caliente que te voy a hacer ahora se enfríe— «Ok, este hombre un premio» Subiste las escaleras casi corriendo y te metiste al baño, ya habías estado en su hogar, así que no era problema para ti manejarte en los pasillos. Sin más te envolviste en agua caliente que no tardó en relajar cada uno de tus músculos que estaban más que tensos, agarraste una toalla blanca que estaba en el perchero y te secaste.

—¡Ichigo! —gritaste, con las mejillas enrojecidas por la vergüenza, y te golpeaste mentalmente al ver que no había muda de ropa en el cuarto. Unos pasos en las escaleras provocaron un vuelco en el corazón, haciéndolos latir de forma veloz "¿Qué sucede? ¿Algún problema?" su voz acercándose casi te da un ataque cardiaco— Sí... ehm... ¿Podrías pasarme algo que ponerme? — al final, soltaste una risita cargada de nerviosismo. Oíste su carcajada para después dirigir sus pasos por el segundo piso, abriste la puerta unos centímetros, agarrando con firmeza la toalla.

—Toma, (T/N) — se asomó por la grieta, teniendo en su mano una camisa con tonos anaranjados. Se la arrebataste rápidamente y cerraste la puerta. Afortunadamente, de toda tu vestimenta, lo que más seco estaba eran tus calzones, por lo que te vestiste.