--Así que mañana si eso nos vemos ¿no?-me dice en tono burlón-apuesto a que no podías aguantar ni un segundo más sin mí.
--Pues perderías la apuesta, no eres mi oxigeno así que no me haces tanta falta-le contesto acercándome a él.
--Ah, ¿no te hago falta?-me mira serio-fíjate tú a mi si.-yo ruedo los ojos y paso delante de él para coger unas camisetas que están tiradas al suelo mientras le miro con mala cara.
--Dame un besito andaa, va. Que ya te he dicho lo que me ha pasado Iri jopee-me dice suplicando.
--La próxima vez aprenderás a avisar. ¿Sabes lo que es eso no?-le digo riéndome
--Ven aquí ahora mismo—viene corriendo hacia a mí y me coge como si fuera un saco de patatas; me tira encima de la cama y se posa encima mía cargando su peso a sus rodillas para no hacerme daño.
--Como entre mi madre y nos vea así te colgara del techo y más tarde mi padre te hará en la barbacoa-le miro burlona.
--Tú madre esta con la madre de Clé en la cafetería de vuestra calle, las he visto cuando venía hacia aquí y tienen para rato. Y tu padre está en Nueva York con el mío hasta el Lunes así que como no entren las del servicio a limpiar, que por cierto aquí falta hace, eres un caos-dice señalando la ropa tirada en el suelo-dudo que nos pillen.
--Vaya reconozco que me das miedo Sherlock-le digo riendo.
--Soy un crack amor-me dice dándome un corto beso.
--Claro, claro-ruedo los ojos. Me quedo observándolo fijamente. Tiene unos ojos verdes que eclipsan a cualquiera que los mire. Su tono de piel ya de por si es moreno pero ahora aún más (lo que hace el verano). Tiene unos músculos increíbles y las pocas veces que lo he visto en bañador, una tableta que derretiría hasta el mismísimo Papa de Roma.
--Te pongo no?- me dice alzando las cejas.
--Obvio que no memo-noto como mis mejillas se sonrojan.
--Ya claro por eso estas así de nerviosa y roja.-me dice riendo.
--¿Yo roja? Noo, es que hace mucha calor en esta habitación no crees?-le digo achinando los ojos. Es una manía que tengo cuando estoy nerviosa.
--Mueres por besarme también-se me acerca más- y yo también muero por besarte, no aguanto ni un segundo más-me dice acercándose a mi boca y besándome con ansias. Me acerca más a él y empieza a darme besos por todo el cuello y a morderme el lóbulo de la oreja. Un leve gemido inesperado sale de mi boca. Le miro avergonzada y más roja que un tomate.
--Uy, que ha sido eso chiconina?-me dice con una sonrisa pícara-no te avergüences vida, es normal estoy buenísimo-me dice riéndose y dándome otro beso. Yo me aparto de seguida.
--Eres un creído y me estás haciendo enfadar así que será mejor que pares o te echaré a patadas. Bueno yo no, el de seguridad-le digo guiñándole el ojo.
En ese momento me gira sobre él haciendo que yo esté encima suya.
--Tú también estás muy buena-me mira riendo.
--Para ya!-le digo dándole un manotazo en la pierna.
--Jajajaja ven aquí mema-me coge de los brazos y me atrae hacia él. Me da un beso en la nariz, después en mi ojo izquierdo y luego en el derecho. Me coge la cara y me susurra a un milímetro de mi boca-muero por hacerte mía en este momento pero juro que esperaré hasta que tú lo desees-y me da un corto beso en la boca.
--Estás loco! Quita de encima va-le digo riéndome.
--Loco por una loca, tiene su gracia—me dice aparándose y mirando fijamente al cuadro de enfrente.
YOU ARE READING
Sentimiento, elegancia y maldad.
Teen FictionIridé, una adolescente de 17 años bien posicionada en el ámbito económico lleno de lujos, dinero y felicidad. Pero no todo es lo que parece.