Sentimiento, elegancia y maldad.

Capítulo 5

Me encuentro sentada en las gradas esperando a que empiece el maldito partido. Al principio no iba a venir, primero porque me encontraba bastante mal, tengo un dolor de cabeza horroroso; segundo porque estar aburrida durante dos horas no era mi afición la verdad.

Solo quedaban 5 minutos para empezar cuando de repente noto que alguien se sienta a mi lado así que levanto la vista del móvil y me encuentro a la persona que menos deseaba que estuviera aquí, Gorka.

--Se pude saber qué haces aquí? –le pregunto alzando la voz tal vez demasiado

--Mis amigos son los que juegan, recuerdas? A parte, tengo el mismo derecho que tú para estar aquí sabes?—me dice sarcástico.

Prefiero no responder y continúo mirando el móvil. Es increíble como un simple aparato te puede salvar de conversaciones estúpidas y de momentos incomodos.

--Qué tenéis tú y As? Va a buenas eh, es solo que ayer se marchó así de golpe cuando estábamos tan tranquilos viendo una peli y tomando unas birras en casa de Alex diciendo que como no fueras la cagaría a lo grande—me quedé flipada LITERALMENTE. Se suponía que estaba peleándose con su madre y por eso llegó tarde, pero noo. Se va a cagar.

--Pues tenemos algo que especialmente a ti no te importa sabes? Yo tampoco pregunto sobre lo tuyo con Miriam, deberías de aprender—intento disimular que no sabía nada de eso y le respondo tan sarcástica como él lo hacía antes.

--Pregunta si quieres, no tengo ningún problema—dice alzando los hombros y poniendo la vista en el campo porque ha comenzado el partido.

--No me interesa—digo bajando el tono de voz.

Al acabar el partido, decido irme antes de que la lie delante de todo el mundo. Le digo a Gorka de que avise a As de que sí que he venido pero que mi madre me necesitaba en casa para una prueba de vestuario para la pasarela del viernes.

A medio camino recibo una llamada y respondo sin mirar quién es.

--Diga?

--Porqué te has ido sin verme ni nada?—pregunta As enfadado.

--No tenía ganas de verte la verdad. No me gusta la gente que miente ni nada por el estilo. Has empezado mal conmigo, olvídame—le respondo cabreada y le cuelgo.

Al llegar a casa me encuentro con papá cosa que me sorprende porque se suponía que no llegaba hasta el lunes.

--Papii!! Qué haces aquí ya? No volvías el lunes?—le digo corriendo hacia él y dándole un enorme abrazo.

--Madre mía estás fuerte eh—me dice riendo y bajándome de sus brazos—si, volvía el lunes pero he hecho la faena antes de tiempo así que he podido volver antes para estar con mi ratoncilla—dice revolviéndome el pelo.

--Ya claro solo para estar conmigo—le digo rodando los ojos.

--Obvio—dice burlándose de mí y haciendo gestos.

--Qué me has traído de Nueva York?—le digo haciéndole ojitos. Él siempre me trae algo de cada viaje que hace. Vaya a donde vaya. Siempre.

--Está encima de tu cama, pero antes señorita tenemos que hablar tu y yo—dice poniéndose serio.

--Hablar de qué? Qué se supone que he hecho ya?—le digo cruzándome de brazos.

--No es que hayas hecho, es qué vas a hacer. Te quedan exactamente 19 días para marcharte y ni siquiera hemos mirado en que apartamento te alojarás ni nada de nada—dice poniendo unos papeles sobre la mesa del comedor—pero como tu padre es un genio, ya lo tiene todo planeado—me dice guiñándome el ojo.