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Caminan mucho tiempo hasta que logran llegar al campo que divide Palontos y Antares. A la derecha está un pueblo, y totalmente al otro lado, a la izquierda está el otro.

Entre ambos y algo lejos de los dos se puede observar una pequeña granja con vacas pastando a los alrededores. Es hermoso en general.

—¿Vamos a Antares primero? —pregunta Sarah —. Ahí es donde se encuentra la estación de tren.

—Vamos —dices empezando a caminar.

Llegan al pueblo. Hay muchos comercios a los alrededores, gente vendiendo verduras y adornos más que todo. También hay gente vendiendo carbón conseguido de una cueva por la que se pelean ambos pueblos y por la que han ido a guerra cientos de veces.

Llegan a la estación de tren. Hablan con el conductor del mismo.

—¡Hola! Bienvenidos. ¿Tienen sus boletos? —pregunta él.

—No, ¿cuánto cuestan? —preguntas.

—Por ambos serían cincuenta monedas de oro —dice él extendiendo su mano.

A partir de ahora y hasta montarte al tren tienes que mantener la cuenta de tus monedas.

Volteas a ver a Sarah, ambos sonríen apenados.

—... Sólo tenemos veinte monedas —dice Sarah encogiendo sus hombros.

—Oh... qué lástima... este tren ya se va. Pueden ir en el de la tarde si es que consiguen suficientes monedas —explica, se mete en el tren, el cual empieza a irse poco a poco.

—¿Qué haremos? —preguntas algo desanimado.

—En Palontos hay varias tiendas de juegos —dice Sarah —. ¿Podemos ir y ganar tal vez?

—¿Juegos? —preguntas riéndote.

Aceptas. Ya no hay nada más qué hacer.

A)    Ir al parque, escuchas música proviniendo del lugar. (Cap 92)

B)    Ir hacia Palontos. (Cap 93)

C)    Visitar la granja entre Palontos y Antares (Cap 94)

Las decisiones de Nill (Libro Juego en proceso, actualizo lo más pronto posible)Where stories live. Discover now