Capitulo 9: Cómo si no lo supieras...

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Aparecí en un laberinto lleno de arboles, había una cascada gigante y después de la cascada había un prado con dos columpios. Sabía perfectamente donde estaba, hace tiempo no soñaba con este lugar, era como nuestro paraíso cuando éramos pequeñas. Fui al columpiarme a mi columpio y de pronto apareció ella al otro columpio.

- ¡Teresa!

- ¡Nati! Pensaba que no te volvería a soñar - nos abrazamos con lágrimas en los ojos.

- ¡Cuanto has crecido!

- Y tú ¡Estás mas guapa! - nos reímos.

- ¿Por qué no nos hemos visto desde los 8 años? Te he echado de menos...

- No lo sé... Yo también te he echado de menos, bueno ¿Que es de tu vida? Supongo que tendrás cosas que contarme - dije mas alegre.

- Pues lo de siempre, sigo buscándote en la vida real, pero no sé dónde vives.

- El miércoles me mudé a Sevilla, por fin conocí a los gemelos, los de la voz y he conocido a más gente, es un seño hecho realidad ¡Me han pasado cosas que ni te imaginarias!

- ¡Yo estoy en Sevilla! ¿En que parte estás? - me preguntó Natalia contentísima.

- En Mairena del Aljarafe.

- Hahahahaha Yo, hace una semana que me mudé a ese pueblo ¡Quiero verte! A veces dudo si eres producto de mi imaginación...

- ¡Es lo que pienso yo! 

- Mi hermana me está despertando...

- Adiós, espero verte pronto, te quiero - dije abrazándola.

- Yo igual, te quiero.

En ese momento me desperté y lloré. Desde los 8 años no la veía. Desde que nací, casi todas las noches hasta los 8 años soñaba con ella, cuando dejé de solar con Nati y ese lugar, empecé a creer que era producto de mi imaginación, pero... ¿Si no lo era? Nunca le he dicho a nadie sobre los sueños y ella tampoco. Me acuerdo que, cuando era pequeña, soñé con ella en el mismo sitio de siempre y ella estaba enferma, al día siguiente me puse enferma yo, a veces decimos al mismo tiempo frases iguales, pero... Eso no es nada raro en gemelas ¿verdad?

Me sequé las lágrimas y fui a desayunar. Ahí estaba mi madre.

- Mamá, voy a correr un poco ¿vale?

- Vale, tu hermano se ha ido a dar una vuelta con Jesús y Dani, no te han querido despertar y han dicho que estarán en la plaza.

- Vale, pero prefiero correr.

Dicho eso me dirigí a mi habitación y me vestí. Me puse una camiseta de tirantes gordos de color rosa y un pantalón negro con dos rayas rosas al costado.

Corrí hacia la casa abandonada y recogí la primera planta, todo lo que estaba roto o por el suelo, lo puse a una habitación. Limpié la cocina y el gran salón que había en la primera planta con los productos de limpieza que me había traído disimuladamente de casa en una mochila. Después quité todo el polvo de los muebles, barrí y fregué con la fregona y el cubo que había ahí toda la primera planta. Los cristales no los limpié ni arregle para que nadie supiera que estaba limpia la casa y alguien se apoderara de ella. 

Quería quedarme para limpiar el resto de la casa así que llamé a mi madre.

- ¿Mamá, puedo quedarme a comer a casa de Teresa? - me inventé.

- Vale - agradecí y colgé.

Como ya lo tenía todo planeado, me hice un bocadillo antes de salir. Fui hacia la mesa del comedor, donde estaba la mochila, cogí el bocadillo y me lo comí. Después seguí limpiando la segunda planta. Habían cinco habitaciones, y dos baños ¡La casa era gigante! Una habitación me llamó la atención. Era rosa y lila, tenía muchísimos libros en una estantería. Había un libro que me llamó la atención ¡Era muy grande! Fui a cogerlo, pero no podía sacarlo y no se por qué, lo empujé hacia atrás. Heché dos pasos hacia atrás. La estantería se había movido y en su lugar apareció una chimenea y me dirigí hacia ella. Al instante de subirme en la plataforma, se volvió a mover y de pronto se paró, estaba en una habitación dónde en las paredes, habían estanterías de libros. En una parte de la habitación habían todos los instrumentos que te puedas imaginar en este momento. Había un gran y cómodo sofá en frente de la chimenea, donde, en un rincón, había troncos para encenderla. En la habitación secreta, estaba llena de polvo, pero estaba ordenada. Quité el polvo de la habitación, y en las partes más altas también, ya que había una escalera que se desplazaba por todas las estanterías de la habitación. Supuse que el libro que antes había empujado era la forma de volver a casa, así que fui hacia la chimenea y solamente había un libro incrustado en la pared y lo empuje hacia atrás. La plataforma donde movía la chimenea y la estantería al otro lado, me movió y volví a la habitación rosa.

UN SUEÑO HECHO REALIDAD (GEMELIERS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora