Capitulo 17: Algo que no te puedes llegar a imaginar

5.6K 167 6
                                    

- ¡Teresa! - oí un chillido a lo lejos.

- ¡Dani! Estoy junto a un árbol de manzanas.

- Vale ya te veo - se acercó más despacio hacia mi y se bajó del caballo - No debe de ser tan difícil ¿eh? - me hizo burla y nos reímos.

- Tsh, si tuviera las cuerdas esas de la cara del caballo lo hubiera controlado perfectamente - nos abrazamos y él me susurró al oído.

- ¿Las riendas? - sonrió y nos apartamos - ¿Estás bien?

- ¿No me ves? - dije con una sonrisa torcida.

- Sí, estas bien.

- Dani, me e hecho un esguince en el tobillo...

- Lo siento, deberías de haberte montado conmigo en mi caballo - dijo penado y puso la correa que tenía en la mano - Montarás en mi caballo.

- ¡Uy, que mandón! - antes nos reíamos, pero ahora nos descojonabamos.

Me ayudó a montar y después se montó él. Me puse delante de él para que pueda controlarlo mejor.

- ¿Me dejas llevarlo? - le dije a los dos minutos.

- ¿Estás segura? Que si te caes nos caemos los dos eh.

- Es que no nos caeríamos, por qué si yo me caigo, tu me cogerías cómo si tu vida dependiera de ello, además, ¿No confías en mi? - se sonrojó, nunca le había visto sonrojarse y me encantaba.

- Sí, sí confío en ti - se rió tímidamente y me dió las riendas del caballo. Me limité hacer los mismos movimientos que él hacía antes - Lo haces genial, o del caballo digo - me susurró al oído.

Me giré tumbándome un poco hacia atrás ¿ya qué no había árboles y no caldría hacer nada) y le susurré un "gracias" con una sonrisa triunfadora. Lentamente me separé y sus ojos chocaron con los mios.

- Me dices que no te bese, pero en cambio, no paras de provocarme, niña - dijo bajito.

- Yo no provoco - dije con una carcajada forzosa, poniéndome recta. Sí, le provocaba, inconscientemente, pero ¿Por qué? 

- Seguro... - emitió una carcajada, como si el tuviera el "poder" - Oye, ¿Por dónde has ido?

- Recto.

- Da la vuelta, pera por la derecha.

- Vale, por cierto ¿Cómo se da la vuelta? 

- Dame.

- Dame de tu boca su sabor - me puse a cantar y me reí por que él me miró desconcertante - Vale, toma.

En ese momento en que le di las riendas, nuestros dedos se rozaron y nos miramos. Justamente, en el momento más oportuno para hacerme volver en si, alguien me llamó.

- ¿Tan solo tú y yo? - dijo riéndose, nombrando a su canción, que estaba como tono de llamada.

- ¿Sí? - pregunté poniéndome roja por el comentario de Dani.

- Soy Sergio, quería acordarte lo de esta tarde a las cuatro.

- Ah sí... Oye ¿No era a las cinco?

- Sí, pero mejor a las cuatro ¿no?

- Vale - me reí - en mi casa.

- Sí, adiós guapa.

- Adiós bonito.

- ¿Sergio? Preguntó Dani.

- ¡Si has oído perfectamente la conversación! - nos reímos.

UN SUEÑO HECHO REALIDAD (GEMELIERS)Where stories live. Discover now