Heaven | ChanBaek

28.

— Ya casi llegamos, no te desmayes idiota.

Baekhyun trataba de correr más rápido al escuchar los pasos detrás suyo, pero el peso extra le impedía correr más rápido sin tropezarse. Sus piernas comenzaban a temblar, pero el no iba a ceder aún. Estaban cerca, podía sentirlo, pero no podía garantizar que llegaran a tiempo. Más Jungkook había empeorado. Ni siquiera hablaba, no se movía, parecía muerto, pero Baekhyun sabía que afortunadamente aún no lo estaba. Continuó corriendo, escuchando los pasos aún más cerca, y sintió como la angustia se extendía por su pecho. No podía permitir que lo atraparan, al menos, no con Jungkook aún en su espalda. Necesitaba sacarlo de ese lugar, pero no estaba seguro de poder hacerlo.

— Baek, déjame, escapa tú. Dile a Jongin que Taehyung encontró la Daga de Gabriel, y que planea usarla con Ch-

— ¡Baekhyun!

Se giró, mirando a la persona que interrumpió a la débil voz de Jungkook. Jonghyun le miraba preocupado, y su mirada iba de él a la persona que cargaba en su espalda. De pronto, sintió desconfianza completa hacia la persona que estaba de pie frente suyo, y se alejó, tratando de proteger a Jungkook. En ese instante, Jonghyun le miraba confundido, y justo cuando abrió la boca para hablar, Baekhyun se echó a correr de nuevo, esta vez con nuevas fuerzas que había sacado de algún lugar desconocido. Jonghyun le estaba siguiendo, claramente, pero él corría tan rápido que sería muy difícil para el castaño poder atraparlo. Incluso aunque tuviese a Jungkook en su espalda, corría tan rápido como su cuerpo le permitía. Su instinto le decía a dónde debía ir, y en menos de nada, ya estaba en el límite que dividía la ciudad para los demonios. Obligó a Jungkook a cruzar al otro lado, viendo como este comenzaba a recomponer sus fuerzas.

— Debes correr, ahora. Es una orden.— susurró, escuchando como ya se iban aproximando.— Dile a Kyungsoo que tenga mucho cuidado, por favor. Y no permitas que Taesu venga acá, porque lo más seguro Taehyung debe estar furioso. Vete, ahora, debes decirles.— le apuró. Jungkook se negó.

— Ven conmigo. Si te quedas, Taehyung te va a torturar. Poco le importa si eres su hijo, y se olvidará fácilmente de su arrepentimiento por sus errores. Es un bipolar de primera. No quiero que te lastime.— le rogó el chico. Baekhyun sonrió triste y negó.

— Ya me ha lastimado lo suficiente.

Esa no era la voz del Baekhyun que él conocía. Había algo tan dulce y tan roto en ella, que se negaba a pensar que ese era el Baekhyun fuerte y testarudo que no lo soportaba. Pero no tuvo tiempo para pensar en eso, pues vio que los ojos de Baekhyun se tornaron de un color gris oscuro y ni siquiera tuvo tiempo para decirle que no se atreviera. En un abrir y cerrar de ojos, estaba en la calle, sintiendo el frío arrebatarle el aire.

— ¡Mierda, Baekhyun, testarudo hijo de puta!

Mientras tanto el pelinegro estaba sentado en el suelo, esperando a los que le llevarían con Taehyung. Se preparaba mentalmente para lo que vendría.

Como pensaba, no tardaron mucho en llegar, y Jonghyun les acompañaba. Baekhyun ni siquiera le dirigió la mirada, pues ya sabía quién había sido el que había alertado a Taehyung de la presencia de Jungkook en su apartamento. Se levantó, y no tardaron nada en colocarle unas esposas algo apretadas y obligarlo a caminar de vuelta a su pequeño encierro. Por lo menos tendría algo con que entretenerse, pues lo iban a torturar como nunca antes.

Mientras tanto, Jungkook estaba teniendo un ataque de histeria, llamando a Baekhyun aunque sabía que era en vano. Trató de tranquilizarse un poco y miró a su alrededor, sintiendo algo de familiaridad al ver las casas que le rodeaban, la calle y la casa que estaba justo enfrente de él. Su ceño se frunció al reconocer que aquella casa, era la de Chanyeol. Sintió alivio y confusión, pero luego cayó en cuenta de algo, un detalle muy curioso; Baekhyun, inconscientemente, lo mandó al lugar más seguro en el que pudo pensar, y ese lugar era la casa de Chanyeol.