18: Es una manera de ser ¿feliz?

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Ya era hora de salir de clase y fui la última en dejar el salón, ya que no quería toparme con nadie.

Caminé con dirección al baño para poder retocarme el labial, pues lo más probable era que ya se me había corrido.

Hoy tenía que ir a la peluquería para ver a Lisa.

Habíamos decidido ir a hacernos un pircing, me daba un poco de miedo, pero pensaba que se vería genial. Yo me lo haría en la nariz -una pequeña argolla en una de las fosas nasales- y Lisa en el ombligo.

Sonó la campana de salida, ya que esa había sido mi última clase y entonces decidí ir de una vez a la peluquería.

Tomé mis cosas de mi casillero y salí de la escuela, coloqué un poco de música y emprendí mi viaje hacia el salón de belleza.

Llegué luego de 10 minutos que no fueron largos al estar con música; entré y fui donde una señora que atendía.

- Buenas tardes, ¿podría ver a Lisa? - dije respetuosamente.

- Claro que sí - sonrió y luego fue a buscarla.

Se demoró al rededor de 5 minutos y luego salieron.

- Gato - asintió en forma de saludo.

- Hola - me levanté del sofá.

- ¿Vamos?

- Emm...sí - suspiré un poco nerviosa.

- No tengas miedo, yo también tengo uno en la nariz y no duele demasiado - se alzó de hombros.

- Aún así me da un poco de miedo - murmuré.

- Bueno, ya veraz que no es tan malo.

Salimos de la peluquería y nos subimos al bus para poder ir al lugar donde hacían pircings.

Llegamos a un lugar con bastantes colores y garabatos en las paredes, tenía una puerta con metal oxidado y eso me hacía temblar de los nervios, pues no sabía lo que podría pasar ahí dentro.

Pasamos por un largo y oscuro pasillo ayudándonos de las linternas de nuestros teléfonos celulares hasta que llegamos a un cuarto cosiderablemente pequeño y con un chico de no más de 20 años.

- ¿Qué tal Jake? - mi acompañante se acercó y lo abrazó.

- Hola Lisa - sonrió él - Hola ¿Lily? - alzo una ceja.

- Sí, soy Lily - sonreí, bueno, eso traté.

- Queremos unos adornos - sonrió mi amiga.

- ¿Dónde? - me miró de arriba a abajo poniéndome más nerviosa que antes.

- Ella en la nariz y yo en el ombligo.

- Okey - asintió - ¿Quién primero?

- Ella - la miré con los ojos abiertos.

- ¿Q...qué? - tartamudeé.

- Tranquila, no muerdo - dijo divertido.

Asentí no muy convencida y me senté en la camilla como él lo había indicado.

- Dolerá un poco - hizo una mueca.

- Está bien - suspiré nerviosa.

Todo fue muy rápido y como él lo había dicho, me dolió un poco.

Fue el turno de mi amiga y con ella tardó un poco más.

Después de unas minutos más, ya había terminado.

- Bueno, terminé - pasó el algodón con alcohol por su ombligo.

- Gracias Jake - Lisa se levantó de la camilla y le dio un beso en la mejilla.

- Gracias - sonreí.

- No es nada - alzo los hombros con una sonrisa tímida - es más, es un regalo.

- No, no debes - negué rápidamente.

- Lo quiero hacer - contradijo amablemente.

- Bueno, gracias Jake. Ya nos tenemos que ir - le dió un pequeño abrazo.

- Adiós Jake - me acerqué y le di un beso en la mejilla.

- No quiero sonar impertinente ni nada, pero ¿cuántos años tienes? - se sonrojó, que tierno.

- Tengo 14, ¿Tú?

- 17 - sonrió.

- Emm... ¿nos vemos? - alcé una ceja.

- Claro, adiós - beso mi mejilla rápidamente y salí de ahí.

Caminé junto a Lisa hacia la casa de Rose, le conté un poco de mis problemas y ella de los suyos. Finalmente decidimos ir a un parque a seguir charlando.

- La verdad que he tenido varios novios, pero nunca he estado enamorado de ellos - hizo una mueca.

- No puedo decir lo mismo - bajé la mirada. Pensar en Justin y en cómo me dejo me partía el corazón.

- Uh, lo siento, no quería hacerte sentir mal.

- No es tu culpa - sonreí leve.

Nos quedamos un rato mirando el suelo.

- Rayos - se agachó a levantar su pulsera.

Miré sus muñecas en el momento que se la volvió a poner y me quede completamente sorprendida. Tenía marcas de cortadas, y se veía que eran recientes.

- ¿Qué es eso? - balbuceé.

- Oh...emm...nada...digo...son cortes - susurró.

- ¿Por qué lo haces? - me atreví a preguntar.

- Es una manera de ser ¿feliz? - frunció el ceño - me ayuda a sentirme mejor.

- ¿Y funciona?

- Bueno, es más el dolor que tengo en mi interior - sus ojos se cristalizaron.

- Lo siento, no quería... - me interrumpió.

- No te preocupes - paso sus manos por sus ojos e intentó sonreír.

- Creo que es mejor irnos - me levante del asiento.

- Sí - imitó mi acción - ¿Te acompaño?

- No, mejor ve a tu casa - sonreí.

- Bueno, cuídate mucho - me dio un pequeño abrazo - nos vemos Lily.

- Nos vemos Lisa - susurré y caminé hacia la casa de Rose.

En todo el camino sentí que alguien me estaba mirando, intenté no entrar en pánico e ignorarlo.

Llegué a la casa de Rose y abrí la puerta rápidamente, entré y subí a mi habitación; me lancé en la cama y di un largo suspiro.

Tomé mi celular y entré a Instagram, hace tiempo que no lo revisaba. Vi todas las publicaciones, pero una en particular hizo que mi corazón se rompiera en millones de pedazos.

Era una de Justin con su "ex-novia", yo diría novia pues estaban besándose mientras el la cargaba y encima en un hermoso paisaje en la playa.

¿Cómo pude pensar que el me amaba? Sin duda alguna fui una completa estúpida.

Lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, se me formó un nudo en la garganta y una imensa presión se apoderó de mi pecho.

Quería romper todo, quería gritar, quería hacerme daño por ser tan poca cosa, era mi culpa que Justin me dejara, yo tuve la culpa porque no fui suficiente para él.

Necesitaba calmar mi dolor y recordé lo que dijo Lisa.

Fui a la caja donde guardaba mis cosas para la escuela y saqué una navaja. La miré por varios minutos, con dificultad gracias a las lágrimas.

¿Debería hacer esto?

***

Mi ProfesorOù les histoires vivent. Découvrez maintenant