Décimo Paso

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Leer el spam al final, gracias

~●~

Las siguientes 24 horas fueron una total torturar para el pelirrojo. Estaba ansioso, demasiado. Su corazón no dejaba de latir con una fuerza sobrenatural, tanto así que sentía que en cualquier momento este se saldría de su pecho

Ah no, que eso ya paso

El mismo día de la cita, ni bien se escuchó la campana de salida, Sherwin no pudo contener un chillido que la mayoría de sus compañeros escucharon, entre esos, Jonathan, quien rió por lo bajo, mas no pasó a burla

Ambos guardaron sus libros en sus respectivas mochilas y, sincronizadamente se dirigieron a la salida, juntos, lado a lado. Ya se entendió ¿no?

Durante todo el silencioso recorrido, el pecoso rezaba porque la cafetería estuviese abierta. Quería ir a ese lugar al que su amado lo quiso llevar con anterioridad, pues si él quería llevarlo allí, especial debía ser ¿no?
Doblaron la esquina y Sherwin le agradeció a los miles de dioses a los que les rezó, pues la cafetería estaba abierta. Sonrió ampliamente

Al parecer, el universo les estaba sonriendo

Ingresaron al local, que por cierto estaba casi solo, y a la barra de pedidos se dirigieron. Había una vitrina con todo tipo de pasteles de todos los sabores y, en la pared tras esta, había un cartel con las bebidas que servían. De modo individual, cada uno buscó con la mirada lo que ordenará. Una chica castaña les dio la bienvenida y se dirigió solo a Jonathan, preguntando con un tono coqueto:

-¿Qué quisieras ordenar?

Y el destino golpeó a Sherwin. Se dio cuenta de las intenciones de esa mujer, quería a Jonathan. ¿¡por qué él era así!?

-yo quisiera un moccachino y un cheesecake de fresa, por favor -pidió, y luego a Sherwin se dirigió- ¿y tú?

-u-un ca-apuchi-ino y un tro-ozo de pastel de choco-olate -pidió

-muy bien -dijo la joven anotando las órdenes y haciendo la cuenta- serían ocho dólares con setenta y cinco -habló

-muy bien -dijo Jonathan, comenzando a sacar su billetera

-¿qué-é haces? -preguntó Sherwin

-pagar ¿no es obvio? -rió el moreno

-¡no no no! -se apresuró a decir- tú no debes pagar, yo-o lo haré -habló mientras se apuraba a sacar su billetera y bsicar torpemente el dinero

-no no no, Sherwin, yo lo pagaré

-¡no! Yo he sido quien te invitó, debo ser yo quien pague -argumentó mientras sacaba un billete de diez dólares

-déjame pagar, Sherwin -rió Jonathan por la discusión tan absurda que tenían

-¡yo-o paga-aré y pu-unto! -dijo colocando el dinero en la barra. Quiso sonar rudo, pero terminó siendo torpe y un poco desesperado, pero decidido

La chica tomó el billete y les miró impactada. No dijo nada más y se límito a devolver el cambio con un "ya le llevaremos la orden" a secas
Ambos chicos agradecieron y se retiraron a una mesa alejada, junto a una ventana. Se debe mencionar que la mesa era de dos, y ambos se sentaron, uno frente a otro

-¿vienes mucho aquí? -preguntó el pelirrojo, queriendo sacar conversación

-la verdad es que solo he venido una... ¿cinco veces? -respondió- pero las pocas veces que he venido me han confirmado que este sitio es muy bueno

-¿en serio? ¿y has venido solo o...?

-solo -se apresuró a contestar- he venido solo cuando necesitaba calmarme por los entrenamientos

Paso A Paso [In A Heartbeat]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora