||Primer día||

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Primero de Septiembre, ocho de la mañana

Querido Diario
Pienso que soy una buena persona…

¡Auch! Ese bache hizo que las palabras que escribía Alexander en su cuaderno se volvieran rayones, el autobús no era nada fácil, siempre se acostumbro a ir caminando ya que su anterior secundaria quedaba más cerca, pero a penas y tenía donde sentarse por el unico espacio de asiento que logro conseguir.

Se sentía sofocado y sin aire, se quería lanzar por la ventana más cercana, hasta que sintio un gran frenazo por parte del conductor lo cual hizo que lo mandarán a volar hasta el suelo, todos se rieron y pasaron por encima de él antes de que pudiese levantarse.

Vergonzoso y en su primer día, pero decidio dejarlo pasar y levantarse, se paso corriendo hasta que se detuvo a admirar la entrada de la secundaria. Le parecía tan impresionante.

Y sin más, con una gran sonrisa en su rostro entro emocionado hacía su primer día de colegio.

Los pasillos estaban llenos de jovenes que hacían escándalo, cada uno con sus grupos hablando de como se la pasaron en vacaciones, Alexander viendo de un lado a otro con una gran sonrisa de emoción pensando:

¿Dónde podre pertenecer?

Normalmente el leía mucho, estudiaba mucho, le gustaba estudiar y era el mejor en su clase. Pero a la vez se negaba a ser un cerebrito, quería ser un chico "cool" como tanto trato ser.

Al entrar a su clase fue trato de mostrar confianza, firmeza y fuerza, caminó confiado al escritorio de enfrente hasta que alguien le hizo tropezar. Todos rieron

—Disculpa, ese es mío— Dijo en tono burlón un chico alto, moreno con afro y vestía una polera morada de lujo —Pero puedes sentarte atrás con los perdedores— Todos rieron

Alexander se quedo inmóvil en el suelo, Alexander…¿Enserio dejarás que te humillen así? Se dijo así mismo

—Parece que lo haz matado— bromeó un chico que estaba al lado de otro, estos eran casi del mismo tamaño pero este era más…¿Fuerte?

Alexander reaccionó y se levanto, levanto la mano para poder empujar a su contrario pero no podía, el tamaño y fuerza eran menos para Alexander

—Ja, que simpatico nuevo. Lamentamos las molestias Mon amis— Tomo del brazo a Alexander y lo llevo atrás con él —Me impresiona tu caracter—

Alexander se solto del agarré —¿Q-quien eres tú? Debiste dejarme que le partiera su…—

El contrario lo interrumpió —Mi nombre es Marie-Joseph Paul Yves Roch Gilbert du Motier Marqués de La Fayette— Alexander se perdió completamente —Pero dime Lafayette ¿Y tú?—

—Mi nombre es Alexander Hamilton…—

—Hamilton? Como el jamón? Con que no digan tu apellido no hay problemas con que se metan contigo— bromeó y seguido se rió de su propio chiste

—Si…Oye ¿Y ese creído quien era?—

—Es nada más y nada menos que Thomas Jefferson, un hueso duro de roer ¿Verdad? Siempre anda con su amigo James Madison, los dos altamente buenos en casi todo—

Alexander en un instante pensó que podía ser su amigo, quería ser como ellos y tenía la ilusión de unirseles, obviamente no de inmediato —¿Y que se necesita para juntarse con ellos?—

—Ser malo, grosero y deshonesto. No te traen nada bueno esos tipejos Jamoncito—

—¿Y que me trae cosas buenas entonces?—

—Juntarte conmigo— bromeó y le dio unas palmaditas en la espalda

No lo negaba, le había agradado Lafayette, pero si quería ser cool necesitaba ver de que manera.

Another day in my "amazing" high school | Hamilton AUWhere stories live. Discover now