||El grupo||

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Luego de que la clase terminará, Lafayette se llevo a Alexander a la cafetería, buscaba con la mirada entre tanta gente más alta que sus compañeros hasta que vio una mano alzarse y agitarse emocionada y gritando su nombre.

—¿A donde pretendes llevarme?— Cuestionó confundido Hamilton

—Quiero presentarte a unos queridos compañeros míos, no quiero que te quedes solo en quien sabe donde haciendo quien sabe que—

Alexander dudaba, pero no tenía una mejor opción.

En cuanto llegaron al lugar Lafayette lo sentó de manera brusca en una de las sillas que estaba al rededor de esa mesa —Mon ami, estos son mis hermanos—

Tres chicos, uno que siempre cargaba un ¿Listón? No, para él eso era su símbolo de batalla. El otro cargaba frenos y casi no tenía ni un pelo en su cabeza —Hola Lafayette— dijeron al unísono

—Hola Señor Burr, Señor— bromeó Lafayette —Y hola mi grandote amigo Mulligan. Este pequeño de acá es un nuevo sobreviviente de Thomas, digno de estar con nosotros—

—Mi nombre es Alexander Hamilton—

—Mucho gusto Alex— dijo con confianza Mulligan —Supongo que ya conoces nuestros nombres a excepción de…—

Todos miraron a un chico de cabello despojado atado a una coleta, con pecas en la cara y sus ojos verdes tan brillosos, este no se presento por la impresión que le causo el nuevo, haciendo que sus mejillas se pusieran rojas

—Oye Laurens, saluda— Dijo Burr

—Mucho gusto…—

—Bien ya que todos nos conocemos— El chico de acento francés se sento al lado de Alexander —¿Cual fue la conversación de ayer, señores?— preguntó con una sonrisa maliciosa

Alexander no estaba enterado de nada, tampoco quería preguntar, así que prefirió solo escuchar

—Pues mira, En las vacaciones Mulligan aprovechó de entrar a casa de el director George, estaba de viaje en california y es muy tonto para dejar con llave su casa— comentó Burr con el mismo tipo de sonrisa que tenía su amigo

—Descubrí que es gay— Sin rodeos y sin nada, Mulligan lo solto. Todos boquiabiertos

—Yo lo sospechaba— comentó Laurens

Ninguno de ellos se llevaban bien con el director George, siempre les mandaba reporte por cualquier cosa. Este año juraban cobrar venganza

La conversación muy entretenida, todos diciendo chistes, hablando de su vida y sus vacaciones, y Alexander se empezó a sumar de a pocos agarrándoles confianza

—Hey— susurró Burr y los de la mesa guardaron silencio —ahí vienen las Schuyler— volvio a susurrar

Todos dirigieron sus miradas a ellas, las cuales iban pasando cerca de su mesa.

¿Quienes eran las Schuylers? Las hermanas más lindas y populares, cargaban siempre el mismo uniforme pero de diferente color cada uno.

—Hoy es mi año señores— comento muy confiado Burr. Se levantó de su asiento y se puso en frente de una. Los de la mesa reían por lo bajo —Disculpe señorita, no le parecerá gracioso pero su perfume huele a que ustedes tienen plata—

La contraria lo interrumpió justo ahí —Burr me disgustas—

—No me discutas, puedes confiar en mi—

Ella le dio un leve empujón —Leí sentido común de Thomas Paine, dicen por ello que soy intensa e insana ¿Quieres una revolución? Quiero una revelación así que escucha mi declaración. Entendemos por ciertas estas verdades que aquí todos somos iguales. Y si vez a tus amigos, diles que aprendan a respetar a todas las mujeres ¿Ok?—

Se fue de ahí junto con sus hermanas. Mientras que los de la mesa se reían de él a carcajada pura

—Oh Burr, rindete, Angelica es mucho para ti— bromeó Laurens sin parar de reír

Todos estaban riéndose. A excepción de Alexander que se detuvo desde hace ratos cuando vio a una de las Schuyler.

Ambos se habían visto a los ojos mientras sus compañeros peleaban había surgido algo dentro de ambos que era inexplicable.

Another day in my "amazing" high school | Hamilton AUWhere stories live. Discover now