6.1: Our first kiss

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No tengo idea cuántas veces hemos repetido esta escena, pero yo no podía dejar de reír.

Ya estábamos cambiados, ella usaba un pantalón de mezclilla azul, con una blusa negra.

—¡Basta Jack! Si te sigues burlando, no avanzaremos nada.

—¡Es que tu cara!—volví a reír, me callé cuando me lanzó una bolsa de gomitas a la cara. —¡Oye!

—Ya cállate, no me dejas avanzar—abrí la bolsa.

—¿No quieres?—le ofrecí y me miró mal.

—Trae—agarró un puño y se lo echó a la boca.

—Te vas a ahogar—la regañé.

—Dios no es tan bueno como para hacerme el favor—repeló cuando tragó lo que tenía en la boca.

—Ja-ja qué chistosa me saliste.

—Idiota—rió y me enseñó la lengua.

—Vuélveme a hacer así y te la muerdo—la metió y su cara se tornó a una seria. —¡Es broma!—volví a reír.

—Ay te odio—se iba a ir, pero la acorralé.

—Ya, ya, no te enojes—puse mis manos a sus costados, dejándola sin salida.

—Ya—me empujó sin fuerza, mi sonrisa se desvaneció poco a poco.

Sus labios se pusieron rosas por la paleta y dulces que comió, por instinto relamí mis labios.

—Jack...—hicimos contacto visual y mi mirada viajó devuelta a sus labios.

—¿Qué le pusiste a los dulces?—me incliné hacia ella, sentí su respiración cerca de la mía y suspiró. —Porque me traes tan loco...

No dejé pasar más tiempo, a la chingada el paso a paso de Finn, la necesito.

Pegué mi boca a la de ella, al principio no reaccionó, pero al paso de unos segundos, sentí sus manos en mi nuca.
Sabía a cereza, podía sentir cómo trataba de corresponder, con su timidez a pleno esplandor.

Besarla se sentía como subir a una montaña rusa, adrenalina en el vientre, una sensación de tranquilidad en el pecho pero con el corazón acelerado, solo ella y yo, con sus torpes labios sobre los míos, no podía haber nada mejor.

Me separé con suavidad, ahora ya no hay vuelta atrás.

Soy su primer beso.

—Jack...—junté nuestras frentes.

—No digas nada—quité mi mano de la pared y la puse en su mejilla, ella seguía con sus brazos en mi nuca.

—Te quiero—rozó nuestros labios otra vez, la cerradura de la puerta sonó y de un salto me aparté.

Volteamos totalmente sonrojados a ver, Angie al vernos tiró sus llaves. Miré a ___________ que estaba más roja que yo, parecía un tomate. Ambos agitados.

—Yo no vi nada—nos dio una sonrisa inocente, levantó sus llaves y las puso en la mesa.

—Qué pena—susurró poniendo sus manos en su rostro, cubriéndose con vergüenza.

—No dirá nada, tranquila—besé su mejilla.

Ahora necesito un plan. Tal vez ir a un picnic y aclarar lo que ahora somos.

—Te traje una película nueva, o bueno, no he visto que la tengas—regresó Angie con una bolsa en sus manos.

—Gracias—le sonrió, con el ambiente un poco incómodo.

La sacó, es Bolt.

—Gracias otra vez, Angie—Angie nos sonrió.

—¿Te quedas a comer?—me preguntó.

—No sé...

—Quédate— tiró __________ de mi mano.

—Está bien.

—Iré a preparar la comida, les aviso cuando esté lista—se retiró.

—¿La vemos?—la agitó.

—Sí—corrió a la tele y la prendió.

Me acomodé en el sillón, ella no tardó en sentarse a mi lado, algo apartada de mí.

No dudé en estirar mi brazo para acercarla a mí, recostó su cabeza en mi pecho.

—Yo también te quiero—susurré.

La tomé de la barbilla, obligándole a mirarme.

Ella se acercó más, incitando a que le diera otro beso. Me rendí cuando puso sus labios sobre los míos, esta vez duró más, sin interrupciones.

Traté de transmitir todo el amor guardado que le tengo, cada palabra no dicha, con la necesidad de estar a su lado.

Por arte de magia, Koda y Hércules llegaron, subiendo al sillón con nosotros.

Nos separamos y besé la punta de su nariz.

Suspiró como hace un momento y se acurrucó, abrazándome con tranquilidad.

Bravo Grazer, hasta que haces algo bien.

Nos quedamos en silencio, mirando la película, no había que decir lo que sentimos, porque con ese beso fue suficiente.

—Está lista—avisó Angie, justo cuando la película estaba terminando.

—Ya vamos—se levantó quitando a Hércules de su regazo.

—Arriba—palmeé el lomo de Koda, se hizo a un lado.

—Yo me lavaré las manos en la cocina, tú puedes usar el baño—se notaba más feliz.

Sonreí, sé que está así por mí.

Fui a lavarme las manos, me miré al espejo. Mi cabello se desordenó y mis labios se hincharon un poco, apenas se nota.

Las alcancé en la cocina, me detuve al escucharlas hablar.

—Y-yo... solo somos amigos—tartamudeó.

—No me niegues lo que vi, que no te dé pena, ¿son novios?—hubo un silencio.

—No aún—respondió.

"Aún".

Tengo asegurado lo que pasará, qué alivio.

—Le avisaré a mi mamá—dije apareciendo por la puerta, ellas asintieron.

Le mandé un mensaje, respondió de inmediato con un "no regreses tarde".

—Siéntate, ya les sirvo—le sonreí sin mostrar los dientes.

—Gracias—puso un plato de arroz frente mío.

—¿Y papá?—preguntó ___________ cuando Angie se sentó.

—Se quedó en el hospital, hoy iba a atender un parto de riesgo—explicó. —¿Cómo les fue?

—Bien—respondimos al unísono.

—Me alegra, estuve viendo varios modelos para tu vestido— noté como _____________ se incomodó.

—¿Ah sí?—Angie asintió emocionada.

—Mañana serán las pruebas—tomé su mano por debajo de la mesa, dando un ligero apretón.

—¿Ya tienen fecha?—bebió de su agua.

—¡Sí! Siento que aún falta algo, pero ya ves, el tiempo se pasa rápido, estaba pensando en tema de la primavera, ya que habrá tendencia en vestidos y trajes, por eso el modelo que escogí para ti será floral, sé que no te gustan colores llamativos, pero estos se ven hermosos, en mi bolsa tengo fotos—__________ me dio un vistazo.

—¿Y cuándo es?

—El veinticinco de febrero—__________ casi escupe su bebida.

Oh, creo que habrán problemas.



Gracias por leer 💓

Sad Girl || Jack Grazer || ¡NOVELA GANADORA EN LOS LOS(V)ERS AWARDS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora