Capítulo II

74 3 0
                                    

    -Hija no seas grosera ¿Sí? Él es un bueno muchacho solo quiere ayudar.-Le mencionó su madre.

-Ok mamá. Como si realmente le importara después de todo solo es su trabajo escuchar a gente como yo.- Murmuró.

 Alison pasa por el pasillo principal de aquel consultorio era muy neutro las paredes eran de un tono gris muy bonito y la cerámica era blanca esto hacía que el lugar se sintiera agradable, limpio y cómodo. La esperaban en la puerta 16 del Psicólogo Bill Skarsgard. Toca antes de entrar.

-Hola, pasa siéntate.-Le dice sin quitarle la mirada de encima sentado en su escritorio. 

-Hola, me llamo Alison- Dice con tono nervioso. 

-Sí, ya lo sé tu mamá me hablo de tu el martes en la tarde cuando vino por tu cita. Bueno primero que todo no quiero hacerte sentir incómoda siéntete como si estuvieras en casa ¿Ok? Después de todo mi trabajo se basa en ayudarte.- 

El joven pareció agradable ¿Pero qué digo? Era agradable un tipo muy alto de unos 1.92 metros era muy atractivo y con unos ojos verdes muy penetrantes su mirada era muy misteriosa causaba intriga. Alison no podía quitarle la mirada de encima la hacía sentir algo raro con solo mirarlo, y su voz su voz era un tanto atractiva tambien todo él era magnifico. 

-¿Alison? Alison!- La llamó quitando de sus pensamientos un tanto raros.

-Sí, disculpa suelo distraerme muy fácil.-Responde un poco sonrojada.

-Empecemos, primero que todo quiero que me digas que es lo que exactamente sientes.- Empieza con sus preguntas de Psicoterapeuta. 

-Siendo honesta no lo sé, es raro sabes, a  veces me siento muy cansada aunque no haya hecho nada, o muy estresada y molesta aunque no haya motivo.-

-¿Y no tienes ni idea de que te pudo hacer llegar a esto? Digo tiene que  haber algo además se nota que tienes ansiedad en este momento no dejas de mover tu pierna, no te sientas nerviosa ¿Sí? Desde hoy seré tu amigo si me lo permites.- Lo dice acercándose a ella y sentándose en el mismo sillón con una carpeta y un bolígrafo.

-Bueno  hubo una época en mi vida en que tenía muy claro lo que quería hacer, mis metas, aspiraciones, tenía confianza en mí; y sin saber cómo, un día desperté perdida en el mundo, sin lugar, sin camino. Respondió cabeza abajo, no sabía porque le había dicho eso pero lo creía necesario. Quizás después de todo si quería ser ayudada quera ya salir de ese agotamiento emocional que ya tenia desde hace un par de años.

-Cada uno de nosotros pasó por algo en su vida, que le cambió la forma de ver algunas cosas, y no volverás a verlas como antes.- Respondió aquel joven él quería saber el por qué ella estaba así no le daba ninguna razón lógica según ella simplemente había sucedido. Sin embargo, el sintió una gran necesidad de estudiarla más le atraía mucho su caso.

-Lo sé, lo sé pero entienda que  simplemente estoy decaía sin ganas de hacer nada.-Responde un poco alterada.

-Ok, ok entiendo. No quiero hacerte sentir ahoga ¿Ok? Más bien quiso hacerte sentir más liberada.-La tranquilizo.-Y dime ¿Qué te gusta hacer?-

-Hago pinturas, me gusta mucho pintar ellas hablan por mi.-Respondió mientras sonreía.

-Que bonita sonrisa tienes-Le dijo Bill la chica se sonrojo.- ¿Y qué estudias?.

-Estoy estudiando Artes plásticas.- 

-Oh que bien, y dime porque dices que tus pinturas hablan por ti.-Frunció el ceño.

-Porque cada una de ellas relata algo de mi, ya sea una emoción o un secreto. Esconden cosas impresionantes que solo grandes apasionados por el arte y la filosofía entenderán.- Dijo la chica concentrada

-Eso me intriga mucho tu manera de hablar me gusta, creo que el que está agarrando terapia soy yo.-Dijo entre risas, esa chica era impresionante no era superficial aprecia el arte de las cosas sabía cómo expresarse era una lástima que se sintiera apagada por que con solo un palabra iluminaba el día. 

-Sí, bueno trato de no hablar mucho siento que a algunas personas le molesta.-

-Recuerda que la gente no te hace cosas, la gente hace cosas. Y tú decides si te afectan o no. ¿Me entiendes? Hay que tomar con menos importancia el qué dirán si es así nunca serás feliz, las personas siempre buscan defectos en ti por mas perfecto que seas. Siempre buscan la manera de destruir. 

Alison no dijo nada, se quedo callada disfrutaba verlo le causaba por alguna razón paz y confianza. 

-Bueno Señorita Alison, nuestra sesion termino, espero que vuelvas y hablar más.-Se paro del sillón y le dio la mano para ayudarla a pararse tambien. 

-Esta bien que paso buen día.- Respondió mientras abría la puerta.

-Oye! espera si vuelves a venir cosa que espero sea pronto puedes traer unos de tus pequeños lienzos me da curiosidad lo que me dijiste y quisiera apreciar tu arte.- Le comento mientras sonreía.

-Ok, esta bien.- Cerro la puerta.

Alison no sabía si volvería, pero sentía la necesidad este joven no era lo que ella esperaba un señor con lentes detrás de un escritorio haciendo preguntas un tanto repetitivas. Él era diferente, él era mejor. Le gustaba la manera en la que hablaba la hacía sentir tranquila y por alguna razón protegida no sabía por qué pero lo hacía. Fue extraño vio todos sus deseos en él.

-¿Terminaron? ¿Como te fue?- Preguntó la madre. 

-Bien mamá pensé que sería peor y más aburrido pero estuvo bien.-Respondió indiferente. 

-¿Volverás a venir?.-Siguió con sus preguntas.

-No lo sé mamá y ya deja las preguntas me estoy estresando ya vámonos a casa quiero dormir.-Respondió con tono molesto. 

                                                                                 *****

Al llegar a la casa Alison toma un baño y se acuesta en su cama poniendo de fondo Perfect de Ed Sheeran. Se sentía extraña quería volver a donde el Psicólogo,  volver a verlo, volver a hablar con él.

-¿Qué mierda estoy pensando? Ni lo conozco como tal, dios mio estoy loca.- Hablaba con ella misma ahogándose en sus pensamientos. 

Sin embargo se dejó llevar por la intriga decidió tomar otra cita al fin y al cabo se sentía bien hablando con él, y eso era lo que necesitaba. 

Que está casualidad dure para siempre.Where stories live. Discover now