Dulce encuentro, dulce venganza

Regresaré

Capitulo piloto 

Si les gusta, posiblemente la continue... claro, lentamente.

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Todo era lujo y brillo en aquel lugar. Era de esperarse de la tercer familia más importante de Konoha.
Ese día celebraban los 11 años de los hijos de la familia.

—Muchas gracias por asistir esta noche. Es un honor que compartan este día con nosotros— dijo un hombre rubio de ojos azules, quien estaba acompañado de una mujer de cabellos rojos y ojos aguamarina —Les presento a mis únicos hijos, Menma e Ino Namikaze.

Los aplausos no se hicieron esperar.

Un niño de cabello negro, ojos azules y dos curiosas marquitas en sus mejillas, entró acompañado de una linda niña de ojos azules opaco y de cabello rubio cenizo.

Los invitados saludaron a los pequeños que eran presentados ante la sociedad.

11 no se cumplía todos los días.

Desde unos metros de distancia, y oculto de todos, un par de hermosos ojos azules admiraban con dolor todo lo que pasaba. ¿Por qué no nos quieren?

—¿Onichan?

Giró y vio a un pequeño niño pelirrojo de ojos aguamarina —Vamos... No nos tienen que ver.

Cargó a su pequeño hermanito de 4 años, y se alejó rápidamente. Era hora. Nadie los vería.

Salió al jardín trasero y tomo aquellas dos mochilas que tenía desde hace más de dos semanas preparadas, equipadas con todo lo necesario.

Como todos estaban entretenidos con la seguridad de la entrada de la casa les fue fácil salir por la parte trasera... o eso creía.

—¿A dónde van?

—Kakashi-san...— dijo asustado.

—Toma— tendió un sobre al pequeño.

—¿Qué es?

—Dinero, sus actas de nacimientos y pasaportes. Y el permiso para salir del país, y otras cosas que de seguro te gustaran.

Miró boquiabierto al mayor —¿Cómo es qué...?

—Eres muy inteligente para tu edad Naruto, pero dejaste detalles. Por ejemplo, las mochilas aquí. Yo las moví y las regrese hoy. Supuse que lo harías — admiraba al pequeño rubio. Siempre fuerte y nunca se rendía.

Naruto y Gaara Namizake eran dos donceles aborrecidos por su familia. Nadie sabía de su existencia. Siempre fueron criados por los del servicio, y trabajaban desde pequeños para el cuidado de la casa.

—Yo... Le va...

—Por mí no sobran nada— acarició los cabellos rubios —. Espero grandes cosas de ti, sé que un día regresaras y cuando lo hagas estaré a tu lado.

—Kakashi...

—Ahora salgan. Tres cuadras a la derecha, Iruka te estará esperando. Te llevara a donde quieras.

—Gracias... Por cierto... ¿Cómo consiguió el permiso y nuestros papeles?

—Fácil. Sensei estaba tan distraído que no se dio cuenta de lo que firmo.

Sonrió —jejeje gracias.

—Apresúrense. No queda mucho tiempo.

—Adiós Kakashi.

Abandonaron la propiedad y corrieron las tres cuadras. Naruto identifico al castaño —Iruka.

—Mis niños— abrazó a ambos —.Vamos. No nos pueden ver.

Iruka cargo al pelirrojo, lo acomodo en el asiento trasero y le puso el cinturón de seguridad, al igual que a Naruto.

El auto arranco y Naruto giró —Regresare. Les juro que regresaré. Pagaran por todo lo que nos hicieron a mi hermanito y a mí.