Capítulo 32 (+18)

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—Mmm... Ell —gimió, una corriente eléctrica subió por su cuerpo desde su centro al sentir la mano de Elliot dentro de su ropa interior, tocándola en el punto exacto donde lo necesitaba. Él separó un poco más sus piernas—. ¡Sí! ¡Dios! ¡Sí! —gritó cuando sus dedos hicieron a un lado su tanga de encaje negra e ingresaron en ella.

—Vamos Liv... quiero ver como acabas para mí —mordió su cuello y succionó un poco mientras que su otra mano estimulaba uno de sus pezones, dejándolo duro de la excitación.

—¡Así mismo!... mmm ya casi... ¡más! —dijo advirtiendo que estaba al borde de su orgasmo. Se aferró con sus brazos a su cuello para no caer, sentía sus piernas demasiado débil como para confiarles su peso—. ¡Ahhh!.. mmm... ¡Sí!

Elliot continuó haciendo lo mismo hasta llevarla a la cima, haciéndola explotar con un potente orgasmo. Ella seguía recuperándose de su orgasmo, con su cabeza apoyada en el hombro de él tratando de regular su respiración cuando la tomó desprevenida por el trasero e hizo que con sus piernas rodearan su cintura.

Dio unos pasos con ella en peso, besando y dando suaves mordidas en su cuello. Hizo a un lado unos papeles que la Capitana tenía sobre su escritorio y la sentó ahí. Sus manos agarraron con firmeza su cintura y su boca volvió a irse sobre la suya, dándole a entender que el orgasmo que había tenido era el principio del mejor encuentro de su vida.

Puso sus manos sobre sus rodillas, separó sus piernas un poco más con fuerza. Una mano volvió a rozar su centro, jugando con su clítoris y su tanga. Con la otra mano bajó un poco su pantalón junto con su bóxer lo más rápido que pudo. Liberó su miembro, apartó la ropa interior de Olivia e ingresó en ella por completo. Fuerte. Rápido. Sin más juegos. Haciéndola gritar su nombre.

Las piernas de Liv rodearon instintivamente la cintura de Elliot ayudándolo a bajar por completo su ropa. Sus manos se aferraron a su espalda, clavando sus uñas en ella. Él salió de su interior y la volvió a penetrar igual de fuerte que antes pero esta vez se quedo quieto, quería disfrutar de esa sensación única que era el estar dentro de la mujer que amaba. El estar con Olivia era como estar en la gloria, era como tocar el cielo con las manos...

—Ell... muévete ahora.

Olivia gimió y él obedeció. Salió e ingresó en ella a un ritmo constante. Ambos disfrutando ese acto lleno de pasión, deseo pero también de infinito amor.

—Me quedaría por siempre así, contigo —susurró en su oído y ella mordió su hombro suavemente.

—Es lo que más... quisiera —atrapó sus labios en un nuevo beso, silenciando los gritos de ambos.

En un arranque de confianza y animada a más, Olivia tomó la iniciativa de cambiar de posición así que se puso de pie, de espalda a él. Ágilmente quitó su brasier y sonrió muy sexy. Ya no le importaba nada. Sólo él, cuanto lo amaba y cuanto disfrutaba hacer el amor con él.

Él hizo lo que quería y así sintió que llegaba mucho más profundo en su interior. Una de sus manos estaba sobre su clítoris y la otra alternándose entre sus pechos. Ella aferrada a su agarre sentía que sus piernas fallarían en cualquier instante.

Minutos después llegaron a su clímax y gritaron el nombre del otro sin importar que aún estaban en el trabajo. Elliot salió de su interior y la abrazó a su cuerpo. Los dos sudados, con la respiración agitada, entregándose otra vez a la pasión, el deseo y el profundo amor que se tenían.

—Quiero todo contigo, Liv... por el resto de mi vida —susurró cerca de su oído, besó su sien y salió de su interior pero no dejó de abrazarla en ningún momento. Toda la pasión se veía reflejada en amor en ese momento—. No me cansaré de decirlo.

Sacrificio de AmorWhere stories live. Discover now