Capítulo XI

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La botella de vino voló en mil pedazos al haber impactado contra la bala. Los restos de vidrio se esparcieron alrededor del fresco pasto que habia sido terminado de ser cortadas por el hijo menor de la familia. El chico miraba las acciones de su hermano al disparar porque "él debía aprender a utilizar un arma" Era molesto, estar obligado a aprender esa clase de cosas, para Sehun todo lo que tuviera relación con armas le era repulsivo, jamás le agrado cazar o asesinar otros seres vivos pero, pasaba que en su familia aquello era el eje principal de sus vidas.

A pesar de que todos eran cambiaformas, fue su padre quien se encargo de dirigirlos a caminos erróneos. El asesinato de su misma especie terminó siendo una rutina en la familia, Sehun no podía procesar tales rutinas de sus familiares, a veces pensaba en el día que las cosas cambiaran, un día donde su padre no llegara otra vez con el cadáver de un inocente lobo que se atrevio a cruzar el terreno. El inocente Sehun rezaba por ellos cada noche, no sabía si era por lastima o si era solo por ser una buena persona, simplemente rezaba pidiendo a Dios que terminara esas masacres.

-Lo primero que debes hacer antes de partir, es revisar tu aroma -diptó Minseok recargando el arma.

-¿Mi aroma?

-Si tu aroma -Minseok apuntó con gracia a la última botella-. Es la primera regla para no ser descubierto por los sentidos de un cambiante.

-Entiendo -Sehun cerró sus ojos a escuchar el arma sonar. Después loa abrió encontrándose a la primera la botella esparcida por todo el patio, Minseok nunca fallaba sus tiros.

-Nuestro padre a desarrollado un perfecto aroma para un camuflage. Solo con un poco basta para no ser percebido por esas bestias -el mayor caminó hacia él entregándole en sus dudosas manos el arma asesina-. Y también recuerda esto; cada bala es importante, cada una es capaz de matar a alguien.

-Lo recordaré -aseguró.

-Eso espero -Minseok se marchó dejandolo solo en medio del patio.

El cielo un poco nublado daba señales de una pronta lluvizna, el joven miró al cielo para apreciar las bellas nubes, después bajo la vista al arma frunciendo el ceño al recordar que tenía a un asesino en sus manos.

<<Te odio, maldita pistola>>

Apretó sus dientes al levantarla y con la ira en él, disparó al punto lejano que Minseok le habia puesto en el árbol.

Su vida era sencilla en algunos aspectos, a veces solo tenía que ayudar a su hermanos a limpiar sus armas, acomodar los instrumentos, entre otras cosas. Aunque Minseok le aseguraba que algún día él también debía ir con ellos a matar.









-Esto ésta mal, muy mal -repetía inconscientemente el bajo, apretando sus nudillos Baekhyun hervía de frustración.

-Baekhyun -habló con calma haciendo un tonto intento por calmarlo-. Primero que todo, tranquilizate.

-No, no y no. ¿Cómo puedes decir eso? ¿Cómo? Si me estoy dando cuenta que fui secuestrado por un psicopata.

-Estás confundiendo las cosas. ¡Mi familia si existe!

-¡NO! ¡NO EXISTEN!

Sehun se encogió por el grito del contrario. Parpadeó confundido, él no entendía las oraciones de Baekhyun que señalaban en todo los sentidos algo que verdaderamente no tenía nada de sentido en su cabeza. El chico parecía estar en shock como si acabara de descubrir a un fastama, era confuso por supuesto. ¿Por qué decía que su familia no existía? ¿Por qué?

Someday [Sebaek/Hunbaek]Onde histórias criam vida. Descubra agora