Capítulo X

1.4K 185 161
                                    

"Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes

Santiago: 4-6"

***

El festival de primavera había iniciado. En toda esa semana Cristian evitó hablar con Ana Elizabeth. Ella había sido advertida <<si te acercas, no me contendré>> Cristian estaba esperando ese momento en que Ana Elizabeth quisiera obstinadamente persuadirle de su fe para aprovecharse de la situación, y realmente lo deseaba, no había dejado de pensar en ella ni un segundo, se sentía ansioso y obsesionado, ya no sabía que más hacer, pero de algo estaba seguro, ya no iba a luchar contra la corriente.

Ventas de comidas, juegos, actividades deportivas, concursos, y premiaciones, fueron las actividades que conformaron aquel festival; el objetivo era recaudar los fondos suficientes para la graduación del próximo año, la sección de la tarde sería cerrada con un estupendo concierto, donde varios jóvenes con cualidades artísticas participarían en el evento.

Algunos estudiantes montaron un hermoso espectáculo de malabaristas y un divertido acto de teatro, ahora le tocaba a la parte musical, en esa parte solo había dos grupos participantes, la banda de Cristian cerraría el evento con broche de oro, por otro lado estaban Daniel y Ana Elizabeth quienes tendrían una participación sencilla.

La banda de Cristian aguardaba tras bastidores, cuando Daniel y Ana Elizabeth aparecieron para ser llamados.

Gregorio se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla —Suerte hermanita —Ana Elizabeth le respondió despeinando un poco su cabello.

—También les deseo suerte chicos —dijo cruzando la mirada con Cristian.

—Ya casi es hora, oremos —interrumpió Daniel, sujetándole de las manos. La sangre de Cristian hervía al verle tomados de las manos mientras oraban, pero se contuvo al ver a Gregorio cerca.

—Chicos, les toca —dijo patricia quien sostenía una tabla con el programa, indicándole a Daniel y a Ana Elizabeth que debían entrar.

Un piano de cola había sido colocado por los tramoyas a un extremo del escenario, Ana se posicionó frente a él, Daniel se quedó inmóvil cerca de Ana Elizabeth mientras los tramoyas terminaban de colocar los micrófonos para ellos.

En la audiencia se escuchaba un murmullo, muchos comentaban preguntándose como sería aquella participación.

—Anelis, no sé cómo te hice caso, nunca he hecho esto, solo he cantado en la iglesia, ¿Qué si sale mal? Seremos el hazme reír de toda la escuela.

Ana Elizabeth rio.

—Aquí lo importante es exaltar a Dios y dar lo que por gracia tenemos, tranquilo, todo saldrá bien, lo haremos como se ensayó —dijo colocando su mano en el hombro de Daniel, ocultando sus nervios.

Tras el telón, Cristian observó a Ana Elizabeth quien parecía temblar; presionaba las teclas desafinadamente. Cristian se preguntaba a qué grado esos dos pasarían vergüenza.

Cuando todo estaba listo, los tramoyas dejaron el escenario y las luces se encendieron, los estudiantes observaron con atención a aquellos chicos parados en el escenario.

Daniel se posiciono tras el micrófono sostenido por un largo tubo delgado que llegaba al nivel de su barbilla.

Daniel se acercó al micrófono con la intención de iniciar la introducción pero fue interrumpido por un feedback; el agudo sonido molestó a todos los espectadores y provocó nuevamente los murmullos, Daniel miró a Ana Elizabeth quien le tranquilizo con una hermosa sonrisa.

TÚ ERES LA PRÓXIMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora