Capítulo 7.

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Con los ojos cerrados, intentaba imaginarme una y otra vez una escena que se había repetido en mi mente un millar de veces. Una escena que, en cierto sentido, ni me parecía real ya. Dos años después, seguramente mi mente ya no recordaría la mitad de los detalles que pudiera haber recordado de aquel momento. Puede que incluso mis recuerdos estuvieran manipulados por mi subconsciente.

Un subconsciente algo irritante y exasperante. Tal y como yo era en ciertos momentos. Tenía la teoría de que el subconsciente solo era la parte de nuestro ser que está dormida más que los otros aspectos.

Había posibilidades de que en el fundo, el subconsciente de Kitty fuera inocente… puede (reconozco que es una posibilidad casi nula e irreal). Bueno, puede que yo tenga demasiada imaginación en mi subconsciente, eso también podría ser.

Abrí los ojos. Daba igual que lo intentara recordar una vez más, nada iba cambiar. Él se había ido y, seguramente, no me recordaría. ¿Quién lo haría? Solo era la típica animadora a la que le falta su príncipe azul. No era especial, ni tenía talento, ni destacaba en algo que no fuera animar. Sí, algo duro para alguien, pero, vamos, era la pura y cruel verdad. No era nada, menos que eso. Ni siquiera tenía a unos padres que estuvieran en mi vida. ¿Cómo ser algo si una parte esencial de tu educación no estaba?

A la mierda todas esas personas que decía que querían que sus padres desaparecieran. No era nada divertido estar sola, no tienes a nadie que esté allí si te caes, si lo pierdes todo, si tu mundo deja de tener sentido.

A la mierda todo, sí señor.

Dios, parecía una puta masoquista en ese momento.

En ese momento, mi teléfono empezó a sonar, provocando que me sobresaltara y pegara un salto del susto que ese monstruoso aparato me había dado.

-         Maldito teléfono –mascullé antes de cogerlo para mirar quien era la persona que me llamaba. Jake-. Dime qué pasa para que me llames a las diez de la noche un sábado –dije poniendo los ojos en blanco, vamos, era Jake, normalmente estaría con una nueva conquista en este momento-.

-         Vaya, se nota que tienes una muy buena opinión de mí. Me ofendes, en serio –me dijo, podía ver ya como hacía gestos sarcásticos desde el otro lado de la línea, una cosa no muy extraña si hablábamos de ese espécimen-.

-         Corta el rollo. ¿Qué pasa, Jake? ¿Algo va mal? –pregunté con un poco de preocupación-.

Solo escuché su risita, acompañado de un “ahora estoy contigo, monada, son cinco segundos más. Sé que es lo que quieres así que no te preocupes, gatita”. Sí, un trauma que no me quitaría muy fácilmente de encima. Puede que al final sí tenga que ir a un loquero. ¿Quién no lo haría si estuviera rodeado de adolescentes calenturientos escasos de neuronas? Joder, ni Harry se podía salvar de esa descripción, me parece.

-         ¿Tiene que pasar algo para llamar a mi chica favorita? –me preguntó riendo. El payaso ese no podía ser más tonto-. Vale. No pasa nada, solo pensé que te podías unir a nosotros, vamos a nadar al puerto.

-         ¿A mediados en Noviembre? –expresé mi incredulidad-. ¿De quién coño es esa estúpida idea? –pregunté, aun sabiendo la respuesta-.

-         No te burles, los adolescentes normales salen a hacer locuras los sábados por la noche –me recriminó un poco divertido. Sí, su bipolaridad era un poco rara a veces-.

-         Vale. ¿Vienes a recogerme? –le pregunté, abriendo un cajón y sacando un par de bikinis que podría usar-.

-         Sí, en un par de minutos estamos allí, nos pilla de camino. Chao bella –se rio por lo último que me dijo antes de colgarme-.

Blue, Deep and Yours |Louis Tomlinson|Where stories live. Discover now