Resignación

106 20 2
                                    

Yo mismo me daba por muerto, no solo la caída los disparos que resonaban en mis oídos, apenas unos tres pero lograron asustarme completamente tuve que forzarme a moverme y ocultarme el lugar estaba cerrado y estaba siendo vigilado, no había donde correr de milagro no me fracture algo en la caída, ya no era consiente siquiera de mis lágrimas mi pensamiento se encontraba demasiado turbio, había llegado al final del callejón.

El arma temblaba entre mis dedos había hecho ya tantas cosas mal que más daba unas cosas más, pero tenía que ser realista, era la primera vez en mi vida que utilizaba un arma, nunca antes las había visto tan de cerca a menos, no puedo, ni siquiera soy capaz de acertar un paso y sé que vienen por mí a cada segundo soy más consiente de mi muerte, es el peor sentimiento, estos días he llevado las emociones a tope, pero estoy seguro que es la primera vez que tengo tanto pánico acumulado, asesine a una persona y ahora estoy siendo casado como un animal, la oscuridad se siente pesada consumiéndose en el pequeño rincón donde logre refugiarme, dentro del patio de ese despreciable edificio... A nadie le gusta saber cuándo va a morir, y es que empiezas a pensar millones de cosas, lejos de lo que se pueda creer lo que más me pesa ahora es no haber matado a ese maldito antes, pues deje que me tocara, el desgraciado lo hizo debí asesinarlo... pero como lo hubiera hecho, aproveche la única oportunidad que tenía y me siento culpable por que hubiera sido tan tardía.

La obscuridad se extingue ante la intromisión de una luz cegadora, aprieto mis ojos con fuerza, soy incapaz de escuchar ese sonido, es como si se hubiera extinguido y en su lugar solo pudiera percibir un molesto ruido blanco cargado y desesperante mientras espero por las consecuencias de lo que hice... el mareo me deja fuera de mis pensamientos, la luz desaparece y abro los ojos con miedo... para ver como un auto da la vuelta, respiro un poco aliviado arrinconándome contra aquella pared, ha estado tan cerca mi sangre se había congelado por completo, apenas vuelvo a sentir mis extremidades. Entonces lo entiendo, ese auto saldrá de aquí, yo tengo que salir de aquí a como dé lugar, me muevo apenas temblando notoriamente soy consciente de que no puedo dejar que me vean y el auto esta alejándose, tomo un hondo y profundo suspiro para correr tras él, estoy aun mareado pierdo la visión a ratos sintiendo que voy a desfallecer, logro ponerme a un lado de él, pues va realmente lento, ya que sigue dentro del complejo, trago pesado mientras camino junto a él, agachándome, cruzando los dedos, incluso implorando a ese mismo dios malvado que se llevó a mis padres, que me deje salir de aquí creo que me lo debe me ha hecho ya demasiadas cosas malas merezco a menos esto, no le pido que me saque de la calle... solo que me deje salir con vida.

Está por llegar al portón, he tenido suerte de llegar hasta aquí, a menos estoy más lejos del edificio, aun que aun la adrenalina sobrepasa mis sentidos, aun mas cuando el auto se detiene casi de golpe, haciendo un ruido seco, reprimo las ganas de gritar más cuando veo que la ventana de la parte trasera bajarse, me agacho aún más con la esperanza de mantener mi escondite, pues los tipos dan vueltas por el lugar buscándome, no tengo a donde ir.

-¿Qué quieres con mi auto gusano- Esas palabras... porque tenía que darse cuenta que estaba allí, las lágrimas calientes vuelven a caer de mis ojos no puedo moverme, presiono mis manos contra mi corazón que no para de latir con fuerza. -Da la cara, si planeas asesinar a alguien eres pésimo- Su voz sigue golpeándome hasta que lo pienso... Conozco su vos, abro mis ojos de golpe, claro que la he escuchado antes, ¿pero y si no es así?, o si en efecto la conozco... pero no es precisamente alguien bueno, como sea ya no tengo otra salida, me pongo de pie tembloroso, rogando porque me ayude, porque a menos solo me deje huir.

-yo...- Susurro acercándome a la ventana, definitivamente conocía esa voz, allí estaba mirándome con la misma curiosidad que yo a él, por alguna razón mi corazón se paralizó para luego dar unos tumbos peores que los anteriores... Tengo que huir...

Caricias HeladasWhere stories live. Discover now