Favoritismos

97 16 0
                                    


Mi padre solía decirme que debía ser responsable con mis cosas, administrar el dinero y no desperdiciar la comida, pues algún día tendría que ganar el dinero por mí mismo, que era mejor que valorara lo que tenía desde ahora para no tener que entenderlo de golpe cuando creciera. Bueno creo que no tuve que crecer para entenderlo, o amenos cuando dijo crecer imaginaba que cuando fuera mayor de edad, no ahora.

Seguro, ahora estoy pensando en si tendré alguna oportunidad de escapar, pero realmente lo que robe de aquel sujeto tal vez solo me de comer a lo mucho por una semana y luego volvería a tener que robar... y no quiero pensar en todos los problemas que me causo aquella pequeña manzana, ni siquiera salgo de un problema para entrar a otro, y si continuo huyendo probablemente esa despreciable cadena de eventos no se detenga, puede que debiera quedarme en el orfanato, pero la verdad es que a pasar de todo no me arrepiento de haber dejado ese lugar, por más malo que ha sido lo que me ha ocurrido sigo vivo tal vez gracias a esa decisión, en el orfanato moría de hambre... Y los golpes estaban volviéndose peligrosos, hasta ahora no he logrado aliviar el dolor en mi espalda, o lo resentidas que están mis piernas, tengo moretones en algunos sitios del cuerpo y ahora un golpe en la cabeza, puede que ya no esté en posición de seguir retando a mi cuerpo, si logre sobrevivir tendría que apreciarlo no matarme yo mismo poco a poco.

El continua mirándome fijamente con una gran sonrisa, ha vuelto a sentarse sobre la cama moviendo sus dedos con insistencia, bueno por variadas razones he desistido de la idea de escapar, a menos por ahora, debo tener un descanso y dejar que mi cuerpo se recupere, aunque joder tenía que terminar con este sujeto, si lo observo bien preferiría estar con el gordo, a ese por lo menos pude matarle pero a él, siento que me mataría a mi primero, aunque tampoco es como si quisiera seguir con algo así, ya la muerte de aquel sujeto ha sido demasiado, no quería las cadenas de sangre putrefacta del orfanato pero estoy ganando otras.

Ojala pudiera cargar con este miedo, con la culpa y el dolor, solo sigo acumulándolos en mi espalda y terminaran por aplastarme, y ese rubio no lo hace más fácil, despierta todos esos miedos mientras sonríe, suspiro profundamente, no puedo decir no a su oferta, incluso si quisiera pues no me ha dado elección, meto las manos entre mis bolsillos, solo para mostrar un rostro de sorpresa que no pude ni tuve tiempo a razonar, era obvio, el arma ya no estaría, pero las joyas, los pocos dólares que había tomado tampoco estaban, toque toda mi ropa con rapidez escuchando la risa cínica de él.

—¿Buscas tu botín, pequeño ladrón?— Alza las cejas enseñandome en su mano uno de los anillos que el obeso llevaba consigo, mostrándome así que él había tomado todo lo que había robado de aquel sujeto. —¿Cómo conseguiste esto he?— me mantengo en silencio, ahora se siente el ambiente pesado, como si se tratara de un interrogatorio, ahora veo por qué vino aquí solo.

—Lo... Tome— Digo inseguro, mis pies se hunden en el suelo, como si estuviera cayendo en un hoyo.

—¿De verdad?, ¿Y cómo lo tomaste he?—Ahora mira fijamente el anillo con una extraña sonrisa, no puedo definir si él está enfadado o feliz, su sonrisa es indescifrable, pienso en que le molesta que robara, pero sería una tontería, no parece ser la persona más honrada del mundo, lo que me lleva a pensar en otras opciones, podría ser que conociera al gordo... Claro, él estaba en ese sitio esa noche, lo tope luego que caí por la ventana... Él estaba allí debía conocer al sujeto, mi cuerpo comienza a temblar, ¿él va a matarme?, ¿El gordo era alguien importante para él?, ¿Va a vengarse?, mi pecho se comprime pesadamente apenas si puedo respirar. —Responde—

Apenas si puedo levantar mi rostro, para toparme con su mirada, parece estar emocionado, sonríe plenamente, disfrutando probablemente del pánico que esta ocasionándome. Es lógico, si inspecciono todo lo que llevaba en mi ropa noto las manchas de sangre también. —yo... el, intento... el— Tartamudeo sin poder hilar una frase, ¿Qué es lo que pretendo?, justificarme, nada justifica asesinar a una persona, ¿Qué él me entienda?, ja como si yo le importara, en este punto y si ha pasado un día ya, debería saber que el sujeto está muerto, mas no sé si intuye o sabe con seguridad que yo lo hice.

—¿El intento?— Su burla puedo sentirla incluso en mis huesos, cala demasiado.

—Yo, no quería, solo... solo no quería que me hiciera daño— Mierda, si tenía una oportunidad de fingir que yo no lo había hecho acabo de arruinarla, eso fue casi una confesión, maldición porque soy tan estúpido, buscaba escusas no confesarme.

—Ya veo, así que solo te defendiste— quita el anillo de su dedo con increíble lentitud, como si supiera lo doloroso y pesado que es eso para mí, trae a mi mente tantos desgraciados recuerdos y tanta culpa.

—No, quiera, no quería que muriera— Ya qué caso tiene intentar mentir, ya me ha dejado en claro que sabe lo que paso y que yo lo hice.

—Bueno, alégrate de que lo hiciera, si solo lo hubieras noqueado estarías muerto ahora, o tal vez aun siendo torturado, no sabes la suerte que tuviste— Deja el anillo en la palma de su mano para luego encerrarlo en su puño. —Con el muerto no hay quien le page a sus hombres, así que nadie te está buscando, más bien están disputando quien se queda su lugar— Aprieta el anillo haciendo notoria fuerza, pienso que en ese punto debería estar lastimándose, pero yo estoy suspirando lleno de alivio. —Que buen trabajo mocoso— Suelta el anillo y lo deja caer al suelo.

—¿Qué?—Susurro apenas, ¿qué le pasa?, como puede jugar con mis emociones de esta manera, ¿Es que está felicitándome por matarlo?

—Humm, son cosas de adultos mocoso, solo digamos que despejaste el camino, el enano ya no será un problema para mí— Se pone de pie y toma la muletilla, parece bastante satisfecho.

—Entonces... Page mi deuda— Pero que estúpido, debo empezar a tragarme mi "inocencia"

—no, pero te da algo de favoritismo, hiciste mi vida un poco más simple— me guiña el ojo luego de decir eso, cosa que provoca escalofríos en cada parte de mi cuerpo, lejos de ser un alivio parece una carga más a mi espalda, se marcha de la habitación cerrando de nuevo la puerta mientras mis piernas tiemblan haciéndome caer de rodillas.

"Terminare enterrado"

Caricias HeladasWhere stories live. Discover now