Soy patético, aburrido, idiota e incapaz de atreverme. Mi mente es asediada por monstruos que me destruyen sin piedad, me enloquecen.
Quiero sonreír, dejarme llevar sin pesar en lo que dirán, ser libre en algún momento de mis malditos trastornos de mierda.
No conozco la valentía, por todo mi cuerpo se expande un virus de cobarde el ya se encuentra en estado terminal y no se si logré salvarme, o que alguien me salve.
Lidero batallas enormes en mis dentros, el desgraciado moralista que soy contra el cínico que quizás podría amar ser... Nunca lo sabré porque soy tan pendejo que hasta yo mismo me odio.
Quiero saltar, correr, bailar, hablar sin pensar por un segundo que lo haré mal.
Soy presa de mí mismo,
De pensamientos extraños y sin sentido.
Comienzo a creer que mi única cura será la muerte, lo que me despoje de mis oscuros demonios creados por nadie más que yo.
¿Conoceré la felicidad?
Quiero respirarla, sentirla, vivirla, ahogarme con ella... Porque ahora me hundo en mi especie de paranoia imposible de erradicar.
Y no tengo palabras, mi corazón se estruja cada vez más. Me desvanezco con el pasar, me voy retirando más y más hasta llegar al no retorno. Si es que ya no lo he pasado.
Vivo en un infierno,
Donde puedo ver el cielo,
Mas no puedo ir hacia el,
Los demonios tienen el poder.
