Seis

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Me despierto con un susto, pero me relajo cuando siento a Lucas apretando mi mano.

Cierto. Estamos en mi cabaña.

"Lo siento, Audi, pero necesitas despertarte."

Asiento con la cabeza, y me ayuda a enderezar en la cama. Me doblo del dolor, sosteniendo mi hombro.

"¿Estás bien?"

"¿Por qué siento que hay plomo dentro de mi cerebro?" susurro, cubriendo mi cara.

"Necesitas comer. Ten, te traje una sopa."

Abro los ojos para mirarlo. Tiene una bandeja de comida a su lado.

"La puse en una taza para que la puedas sorber," él dice, entregándomela.

"Gracias," contesto, agradecida por su ingenuidad.

Tomo pequeños sorbos de la sopa, y mi estómago parece estar de acuerdo. Lucas me mira con una ceja alzada, como si estuviera a punto de escupirlo en su cara en cualquier segundo.

"Relájate," digo. "Sabe bien y mi estómago está cooperando por el momento."

Se relaja, pero aun así me mira con curiosidad. Sus ojos azules resaltan como siempre, incluso con la mente nublada gigante que tengo.

"¿Realmente me ayudaste a bañarme anoche?" pregunto. Es una pregunta seria, una que he estado debatiendo desde que me desperté.

Sus labios se tuercen. "Sí, Audi."

"Bueno. Sólo me estaba asegurando que mi cerebro esté funcionando correctamente. Tengo la mente por todos lados. Mi cuerpo se siente como si tuviera ochenta años."

"Tu cerebro está bien, y tu cuerpo también. Créeme. Sólo necesitas recuperarte."

No tengo tiempo de procesar su comentario porque me pasa mi medicina. La tomo y termino el resto de mi sopa.

"¿Quieres caminar un poco?" Lucas pregunta.

"Tal vez después. Todavía me siento cansada. Tengo ganas de dormir más. ¿Está mal?"

"No, es bueno descansar. Sólo me quería asegurar que comieras algo."

Me acomodo debajo de las cobijas de nuevo. "Bueno. Gracias, Lucas. Trataré de no ser tan aburrida el resto de la semana."

"No te preocupes, Audi. Me entretuve bastante anoche."

Le pegaría si tuviera la fuerza o energía. En cambio, trato de esconder mi cara debajo de las cobijas, y él se ríe al acomodar una almohada detrás de mi espalda. Me doy cuenta que lo hace para prevenir que me de vuelta mientras duermo, y me llega al corazón que piense en todo.

❄️

Cuando me despierto otra vez, mi cuerpo está cubierto en sudor. Una mirada rápida a mi teléfono muestra que es casi la medianoche.

Vaya. Dormí toda la tarde.

Camino al baño para cambiarme y lavarme la cara, y luego me dirijo hacia la cocina. Trato de no hacer ruido en caso que Lucas esté durmiendo. Mi estómago parece estar en un nudo permanente, pero logro comer yogurt y un plátano.

Cuando regreso a mi habitación, me doy cuenta que la puerta de la habitación de Lucas está entreabierta. Las luces están apagadas, pero tiene la televisión prendida. Está acostado en la cama con su cabeza descansando sobre su brazo. Me debe haber notado espiando porque mira en mi dirección y se endereza.

Sonríe de lado. "Estás despierta."

Le regreso la sonrisa y abro la puerta. La luz de la televisión ilumina su cara. Se me ocurre que lo estoy interrumpiendo. Me quedo cerca de la puerta.

Otra vez túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora