Ella es Emma Green. Todo iba normal en su vida, hasta que un día tiene que dejarlo todo en su país para irse a vivir a New York, EE.UU. ¿Por qué razón? El trabajo de su padre. Todo parece estar normal hasta que sucede el primer encuentro con su Veci...
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—Gracias por traerme Peter—digo para luego bajarme del auto y cerrar la puerta.
—De nada—responde—nos vemos en la escuela.
Me despido con la mano y el arranca el auto. Abro la puerta de entrada y veo a Alex sentado en el sofá, está jugando con su Nintendo Ds.
Y volvemos a lo mismo...
—Hola enano—lo saludo mientras cierro la puerta.
El quita su mirada de su aparato electrónico para darme una sonrisa, una de sus tiernas sonrisas.
—¡Por fin llegas!—responde—te guardé galletas, las preparó mamá hace rato.
¡Qué delicia!
—Gracias, ahora las pruebo—le doy un beso en la frente—Voy a subir un momento, ¿bien?
Alex asiente con su cabeza y regresa su vista al Nintendo. Yo subo las escaleras y abro la puerta de mi cuarto. Al entrar, coloco mi bolso encima del escritorio y también mis llaves. Me quito los zapatos para luego tumbarme en la cama.
Realmente hoy fue un día muy ocupado. Puras actividades, caminar de allá para acá, quejas de profesores.. No conmigo, sino por otros estudiantes, y como uno está en el mismo salón, se tiene que aguantar las quejas que el profesor le haga a otro compañero.
Cierro mis ojos por un momento, hasta que oigo que tocan mi puerta. Enseguida los abro y me siento en la cama cruzando mis piernas.
—Puedes pasar—le digo a quien sea que esté del otro lado de la puerta.
Oigo como esta se abre para luego ver a mamá asomando únicamente su cabeza. Ok.. Da un poco de miedo esa posición.
—Hola Querida—dice para luego entrar, cerrar la puerta y sentarse a mi lado.—¿Qué tal la escuela hoy?
—Bien, creo
—¿cómo qué crees?—pregunta arqueando una ceja. ¡Ashg! Me molesta cuando hace eso.
—Solo bromeo, mamá—sonrío—¿y tú? ¿Qué tal tu día?
—Pues.. Muy bien, fui al centro comercial a hacer unas compras de algunas cosas que faltaban para la casa, y, casualidad que me encontré a la Mamá de Charlie. Estaba con su hija—responde
—Oh..—es lo único que digo.
—Y,—hace una pausa
— Y.. ¿Qué?—pregunto frunciendo un poco el ceño.
—Estuvimos hablando, y decidí invitarlos a ellos cuatro a que vengan esta noche a cenar con nosotros—sonríe—ellos son personas muy agradables, y bueno, qué mejor que invitarlos.
—Vaya...¿esta noche?—pregunto, intentando procesar de nuevo sus palabras.
¿Charlie viene esta noche, a mi casa?
—Si, Emma—responde levantándose de la cama—Ellos vendrán a las siete, ¿ok?
Me quedo viéndola a los ojos, pero, sin aún responderle.
—¿Escuchaste lo que te dije?—pregunta
—Eee.. Si, si.. Está bien mamá—respondo rápidamente.
—Bien,—abre la puerta, pero, antes de salir, se detiene para voltear a verme.—te pusiste nerviosa, ¿eh?
Hago un sonido con mi lengua
—¿Yo? Mamá por favor—respondo tratando de disimular. ¿De verdad estoy nerviosa? ¿Por un chico? ¡Contrólate Emma!
Mamá da una carcajada
—Estas nerviosa porque viene Charlie—afirma para luego colocar ambas manos en su pecho. Dios, ¿Cómo es que las madres saben todo?
—Deja de crearte ideas que no son ciertas—respondo levantándome de la cama. Para luego, cruzarme de brazos.
—Está bien, como tú digas—dice para luego salir cerrando la puerta a sus espaldas.
Doy un suspiro y abro mi armario.
¿Qué me puedo colocar? Que me iba a imaginar yo que esto pasaría hoy...
Han pasado como cinco minutos, y yo sigo aún observando mi ropa.
Reviso bien, hasta que termino eligiendo un vestido de color rojo, de manga corta. Este me llega hasta las rodillas. Coloco el vestido en la cama y agarro mi celular para revisar la hora. Veo que son las cuatro y media. Pufff aún queda bastante tiempo.
Vuelvo a colocar mi vestido en el armario para Luego salir de la habitación y bajar.
Camino hasta la cocina y agarro las galletas que Alex me había dejado. De la nevera saco el cartón de leche y me sirvo un poco en un vaso. Luego, lo guardo otra vez y agarro el vaso y las galletas.
Llego a la sala y me siento en el sofá. Prendo la Tv y coloco Netflix.
(...)
No sé cuánto ha pasado, pero, he visto como diez capítulos de Pretty Little Liars.
De repente,Oigo unos pasos, acercándose cada vez más a donde estoy. Rápidamente volteo mi cabeza.
—Ya creíste que me ibas a asustar—alzo ambas cejas.
Alex rueda los ojos y luego sonríe. Ahora que lo noto, ¡está arreglado!. Tiene un pantalón negro con una camisa de cuadros azules, zapatos negros y el cabello perfectamente peinado para atrás.
—Que lindo que estas—digo poniendo mi cara de pícara. Noto como el se ruboriza un poco.
—Gracias, pero, realmente bajé porque mamá manda a decir que te arregles ya, porque son las seis y media—termina de decir para luego sentarse a mi Lado.
—Que rápido pasó el tiempo..—digo levantándome rápido del sofá para luego subir corriendo las escaleras.
Al llegar, voy al baño y me doy una ducha. Luego de varios minutos, ya tenía puesto el vestido. Me coloco unos sandalias color beige para luego comenzar a cepillar mi cabello. Decido dejarlo suelto. Me coloco un poco de maquillaje para ya de ultimo colocarme perfume.
Reviso la hora, son las seis y cincuenta y cinco. Ya deben estar por salir..
Camino lentamente hasta mi ventana y abro un poco la cortina. Veo que Charlie tiene cerrada la cortina de su ventana, pero, se puede ver perfectamente su sombra. Dura unos segundos la sombra ahí cerca de la ventana hasta que la luz se apaga.
Ahora, mis ojos van a la entrada de su casa. Veo como la puerta se abre, y de ahí sale el agarrado de la mano con la pequeña Sam y luego después, salen la Sra Moore y el Sr Moore.
Mis ojos siguen cada movimiento que ellos hacen. Luego de unos segundos, oigo sonar el timbre de la casa.
Llegaron...
Rápidamente me miro en el espejo para luego apagar la luz de la habitación y salir.
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