Fraternizados

Capítulo 21.

Jueves 28 de septiembre del 2017.

– No me siento del todo bien.– le dije a mi madre por el teléfono. Lo que era cierto, desde anoche me sentía terriblemente enferma.

– Ya te saqué los pasajes para que vengas a verme.– dijo con voz de tristeza.– Seguro también quieres ver a Elias.

Si, quería. Tenía que hablar con él de todo lo que había pasado con Nate luego de nuestra pelea, tenía que resolver esta situación, por mi bien. Además me haría muy bien estar unos días lejos... de Nate sobretodo.

– Está bien me iré el sábado por la mañana.

– ¡Estupendo! Te extraño muchisimo mi bebé.

Sentí mucha lástima por mi mamá, no me imagino lo que debe ser su triste vida sola, no tiene amigas, ni familia, ni nada, es una lástima, pero yo no puedo quedarme a vivir su misma vida, tengo derecho a formar la mía.

– También te extraño mamá, tomaré agüita de hierba y de seguro estoy mejor mañana. Nos vemos el sábado.

– Si, nos vemos, cariño. Que te recuperes llámame si necesitas algo.

– Si, mamá.

– Y abrigate antes de venirte.

– Si, mamá.

– Y...

– ¡Mamá!

– Si, lo siento, no puedo evitarlo.

– Como sea. Ya debo levantarme.

– Si, anda. Te amo, adiós.

– También te amo, adiós.

Colgué el teléfono un poco agobiada de la charla con mi mamá, llevo un poco más de un mes viviendo aquí y cada vez que hablamos me repite las cosas por cada vez que no ha podido decirmelas en persona y con eso solo consigue que la llame más a lo lejos, la última vez pasaron cerca de 5 días. Ella cree que la estoy olvidando, pero no es así, sólo que por mucho que la extrañe ya se cuidarme por mi misma.

Bajé velozmente a darme una ducha, había hablado con mi madre más de lo que había pensado y ya se me hacia tarde.

Una vez vestida para ir a clases bajé a toda velocidad hacia la cocina, era muy tarde, los chicos de seguro morían de hambre... Pero ellos ya estaban comiendo.

– Buenos días, Ty.– me dijo Levi que tenía la tetera en su mano.– ¿Té o café?

– Un te de hierba, en realidad. Me siento fatal.

– Se nota.– comentó Garret. De seguro estaba horrenda.

– ¿Qué te pasa?– preguntó Joss.

– Tengo gripe, y dolor de estómago.– seguro que también porque estoy con mi período, pensé.

– ¿Vas a ir a clases?

– Si, tengo un exámen. Aunque si me siento muy mal me vendré temprano, viajaré a casa el fin de semana y quiero estar bien antes de que mi mamá se angustie y no me deje volver.

– ¿Por qué te vas? ¿Y nosotros qué?– preguntó Callum con carita de bebé.

– Mi mamá también me necesita, Callum.– expliqué.– Y volveré dentro de 3 días.

– Más te vale, y si tu madre no te deja volver iré yo mismo a buscarte.

Sonreí, me encantaba que Callum o los demás me dijeran ese tipo de cosas aunque sé que la principal causa era mi comida no me importaba, los quería muchísimo a todos.