Veinticuatro

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DAMIAN

Cuando se despierta siente... como si hubiera sido atropellado por un autobús y luego por un tanque. Obviamente, no ha experimentado ninguno, pero asume que se acerca a lo que está sintiendo en ese momento. No necesariamente siente dolor, o tal vez ya es tanto malestar que ni siquiera lo reconoce. Solo se siente... muy pesado, cansado y lento. Como si llevara enormes pesas adheridas a sus extremidades, a cada centímetro de su piel, incluso a sus párpados. Y le cuesta pensar algo razonable, que no sean solo colores e imágenes borrosas.

El mundo es tenue, débilmente iluminado y extrañamente silencioso. Parpadea cansadamente. ¿Dónde está...? Esto no se parece en nada a su dormitorio, se ve... espera–

Timothy.

Está a punto de ponerse en pie cuando siente una gran mano apoyada en su hombro, que detiene su movimiento con eficacia. Mueve su mirada aterrorizada para ver a Colin Wilkes, cirujano y su viejo y mejor amigo, parado allí con su habitual equipo icónico de hospital: una sudadera con capucha azul y un largo abrigo médico blanco como la nieve.

Son casi las 3 a.m., logra escuchar de su pelirrojo amigo y él parpadea rápidamente y levanta una mano para agarrar la muñeca ajena.

—Colin... Tim...—Granza ambos nombres y comienza a toser, porque tiene la garganta reseca y la lengua entumecida —Tim... él...

— Shhh, cálmate, Dami. Todo está bien. —Dice tranquilizadoramente, hablando de esa manera intima que solo se da entre ellos.

De repente, el pecoso sonríe maliciosamente y se aparta a un lado para revelar la vista de un hombre dormido en una cama junto a la suya. Está acurrucado de costado, con el edredón blanco del hospital pegado a la nariz. Su cabello oscuro rodea su rostro pálido y se ve tan joven y vulnerable. El corazón de Damian se aprieta con fuerza en su pecho. Hay una venda alrededor de la cabeza de Tim. Y cree ver manchas oscuras de sangre en él.

Mira fijamente de su ex a su mejor amigo y viceversa. Colin sin decir palabra le da un vaso de agua que baja con avidez y comienza a toser nuevamente. Pero después de eso, siente que su cerebro vuelve a la vida lentamente y, cuanto más consciente está, más imágenes y recuerdos y sonidos y olores se acumulan repentinamente en su cabeza.

Y los recuerdos vuelven a fluir en una larga corriente de efigies y emociones, el viaje en tren, el autobús, la charla, la lucha, la destrucción, el nuevo novio, los libros, las flores, el guardabosque, los golpes, el miedo, el beso–

"El beso..."

—Primero que nada, fuiste trasladado del hospital Metropolis a aquí, estás en Gotham. Tú padre y hermanos vinieron a verte una vez que te mandaron conmigo y les avise la situación. Y Tim, bueno, llego contigo y se negó a irse a casa. Primero durmió en el piso fuera de la habitación, y luego le permitieron entrar aquí. Se veía miserable, y lo digo en serio, pero simplemente se negó a dejarte. Se durmió hace dos horas. Ah y segundo, el señor Wayne está súper enojado porque no lo han dejado pasar y exigió que una vez despertaras, lo hicieran. No sabía que también era dueño de este hospital... en fin, tienes suerte de que yo esté aquí.

Bendito fuera Wilkes, bendito.

—... ¿Por cuánto tiempo he estado inconsciente? —Pregunta roncamente.

El pelirrojo hace un movimiento con el brazo para deslizar la bata por su brazo, mirando su reloj de muñeca —Soló veintidós horas. Es domingo.

Su mandíbula cae —De ninguna jodida manera.

—Ajá. Tienes una conmoción cerebral, pero puedes alegrarte de que tu cráneo no haya sido roto. Fue un procedimiento largo, la sangre te salía como una fuga de drenaje. Además, tienes una costilla rota y una clavícula parcialmente fracturada, por no mencionar un enorme hematoma. Y espera a ver tu cara. —Es él, ¿O Colin está disfrutando mucho esto? — Te ves como un panda. Ahora relájate, necesito revisar tus pulmones.

❝ Volveré por ti ⌜ ᴅᴄ - ᴅᴀᴍɪᴛɪᴍ ⌟Where stories live. Discover now