Un día sin mí

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Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Un día sin mí

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El sobre llegó con el correo, muy temprano por la mañana y Kasumi lo tomó con manos temblorosas, leyó la dirección y tuvo primero la tentación de abrirlo inmediatamente, pero el contenido del sobre le daba tanta emoción y pavor al mismo tiempo, que se contuvo, y finalmente el miedo la superó. Se lo guardó doblado en el bolsillo del delantal y con él anduvo toda la mañana.

Con esa carta tan importante quemándole el vientre sirvió el arroz durante el desayuno, en medio de las peleas de Ranma y un panda por la comida, y de Ranma y Akane por asuntos triviales, siempre con una sonrisa. Con el papel haciendo bulto en el bolsillo lavó los trastes, le dio indicaciones a su padre y al tío Genma para que fueran a hacer las compras, atendió a una de sus vecinas que venía a regalarle algunas manzanas cosechadas del árbol de su jardín y además salió rápidamente hasta el conbini a comprar panko, que se le había acabado a la mitad de la preparación del almuerzo. Era un día normal para ella, y a la vez, no lo era, porque su vida podía cambiar para siempre con el contenido de esa carta.

Mientras esperaba que el salmón rebozado se terminara de cocer, fue hasta el vestíbulo y tomó el teléfono para llamar al doctor Tofú. Esperó la repuesta tomando el auricular del teléfono con las dos manos.

—Buenos días —saludó Ono Tofú desde el otro lado de la línea.

—Doctor... doctor Tofú —dijo Kasumi casi atragantándose.

—Ah... Ka-Kasumi —el doctor se aclaró la garganta, si bien para él era más sencillo tratar con Kasumi a través del teléfono, e incluso en las últimas semanas había tenido un mayor acercamiento con ella que había ayudado al severo problema de demencia que lo poseía cuando estaba a su lado, de todas formas la cantarina voz de la mujer, unida a la intrínseca imagen de ella sonriendo que tenía grabada en su mente, lo hicieron transpirar de inmediato.

—Doctor... los resultados llegaron —anunció Kasumi en un susurro lleno de miedo.

Tofú se quedó callado por largos segundos de incredulidad y después exclamó.

—¡Eso es maravilloso! ¿Y qué dicen?

—No he podio abrirlos —confesó Kasumi en un hilo de voz—. No me atrevo.

—Ah, Kasumi... bueno, es normal —dijo el doctor—, sin embargo, tarde o temprano hay que hacerlo, para conocer los pasos a seguir.

—Pero... ¿y si todo ha salido mal? —insistió Kasumi—. ¿Cómo pude creer que yo podría...?

El año de la felicidad parte 2 (capítulos 201 en adelante)Where stories live. Discover now