Capitulo 25

342 23 11
                                    

De un momento a otro, siento como algún me jala hacia algún lugar, en un parpadeo tengo a... Ivan Martínez frente a mi ojos tapándole la boca.

— Si gritas te beso — lo mire con asombro.

Quite su mano de mi boca.

— Como si te atrevieras pastelito — sonreí burlona

— Cállate, te escuche hablar de una fiesta para el sábado — yo negué con la cabeza.

— Escuchaste mal niño — mentí, conociendo a Iván de molestoso, podría ir de chismoso con alguna autoridad en esta Institución.

No me arriesgaría.

— Escuche bien, cabello de pitufo — sonrió con malicia — quiero ir — dijo firme.

— Ni de coña te llevo, llame loca pero no — rió con sorna en su voz.

— No te estoy pidiendo permiso, te estoy ordenando que me lleves — dijo tan natural.

¿Perdón? ¿Disculpa?

— Yo no soy ninguna de tus perras de aquí que hace lo que tu le dices ¿okey? — reí con diversión — además esas fiestas son mucho para ti, no son de tu clase — solté de una.

— ¿Disculpa? — rió — todas las fiestas son de mi clase.

— No mi querido pastelito — negué con la cabeza — tu concepto de fiesta es erróneo, mi concepto de fiesta es extravagante y divertido — me encogí de hombros — podrías morir violado ahí si no conoces la fiesta — dije con relajo.

— Me quieres asustar para no ir — se cruzó de brazos — quiero ir porque nunca he ido a una, además si no me llevas le diré a las directora — sonrió con malicia.

Lo odio demasiado.

— Bien... — gruñí — si alguien se entera de esto y el sábado no voy a mi fiesta, te dejo si tu lindo chorizo — y le golpee levemente su parte sensible.

Ja! Punto para mi.

— Para mi es fácil salir de este colegio, soy como el dueño — dijo con su manos en su entré pierna, le había dolido.

Pobre.

No mentira, lo estoy disfrutando.

— Bien ahora déjame, que me hago pis — al intentar salir nuestros cuerpos se juntaron más por el espacio tan reducido que había.

— Ehm... — podía sentir a kilómetros el nerviosismo de Ivan, su cuerpo comenzaba a temblar y su pecho empezaba a subir y bajar con rapidez.

Como podía poner nervioso a alguien situaciones como estas, o por decirlo más directo, situaciones con chicas como está.

— Porfavor salte de una vez Ariana — gruño con voz ronca, cuando me percato mi trasero está pegado a su ya saben... Cosa.

Ahora si yo también estaba nerviosa, porque esa cosa se estaba poniendo dura.

Jodeeeer.

— Disculpa de verdad — creo que hasta el se había dado cuenta — esto es tan anti ético y anti caballeroso.

— No... No te preocupes — dije nerviosa.

Cuando intente abrir la puerta estaba cerrada ¡mierda!. Para dejar esta incomodidad me di la vuelta para encontrarme con la cara desconcertada de Iván, la estaba pasando mal.

— ¿Está cerrada verdad? — yo asentí — ¡joder!

— Llamare a Hailey para que nos saque — agarre mi celular y puse su nombre, una tonada, dos tonadas, tres tonadas y nada. — No contesta.

Guerra de GemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora