Descubrimiento

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Despierto, algo desorientado y bastante adolorido. Escucho el constante repiqueteo de una máquina que se encuentra muy cerca a mí; por favor, que no sea lo que estoy pensando.

Abro mis ojos, sintiéndome perdido ante la claridad del lugar, mirando a mi alrededor, intentando hallar respuestas a mis males. Bufo con frustración al ver que sí era lo que pensaba.

- ¡Blake! - Dirijo mi vista hacia esa voz y veo a Nathan a mi lado derecho, mirándome con alivio. - ¿Cómo te sientes?

- ¿En serio tienes que preguntarlo? - Él ríe con suavidad y niega. - ¿Qué sucedió? - Miro a Nathan y su mirada viaja al otro lado de la cama. Andrew está ahí. - Nathan, ¿dónde está Rebecca?

Miro a Nathan con la preocupación marcando mi rostro; él mira a Andrew y luego a mí, suspirando.

- Debes mantener la calma, Jonathan. Perdiste sangre y la herida de tu cuello, aunque no era profunda, dio miedo.

Frunzo mi ceño, mirando a Andrew, llevando una de mis manos a mi cuello, sintiendo la venda, sin importarme en lo absoluto.

- ¿Dónde está ella? - Mi voz sale contenida y con urgencia. Andrew suspira, mirando a Nathan.

- Será mejor que le digas, Nathan. No vaya a ser que cometa una locura. - Miro a Nathan, esperando su razón y él asiente.

- Se la llevaron. - Mi cuerpo se tensa ante aquello, sintiendo una punzada de dolor en mi pecho. - Estamos investigando dónde pueden tenerla. Son demasiados lugares y poca gente que busque.

Me siento con rapidez, soportando mi propio dolor, quitándome la intravenosa que está en mi brazo y el aparato conectado a mi dedo, bajando mis piernas de la cama.

- Jonathan, detente. ¿Qué crees que haces? - Miro mal a Nathan, sintiendo la furia en mi interior.

- Se la llevaron, Nathan. ¿Qué crees que hago? - Habló entre dientes, viendo a las enfermeras entrar a la habitación, pero las detengo antes de que se acerquen. - No. Me. Toquen. - Inspiro con algo de suavidad, calmando mi organismo para no parecer un loco. - Saldré de aquí a las buenas o a las malas, pero no pienso quedarme sin hacer nada mientras la tienen.

Nathan niega con resignación, deteniendo a las enfermeras, enviándolas por el doctor y me ayuda a levantarme, llevándome al baño para cambiarme. Al estar listo y salir del baño, el doctor está en la habitación hablando con ellos; al verme, hacen silencio.

- No se preocupe, doctor. Puede decirme lo que quiera. - Él asiente en silencio y suspira.

- Si sale, corre el riesgo de abrir sus heridas, perdiendo más sangre de la que debería. Sólo lleva menos de tres días aquí, debería recuperarse primero.

Sonrío irónicamente, acercándome a ellos, viendo a Nathan interponerse en mi camino.

- Este es su trabajo y lo respeto pero... - miro con enojo al tipo - el mío es ir a rescatar personas. Haga su trabajo que yo me encargo del mío.

Me separo con algo de brusquedad del lado de Nathan, saliendo de la habitación, caminando por aquellos pasillos solitarios. Salgo del hospital, siendo observado por los doctores y enfermeros del lugar; me siento enojado, pero nadie me detendrá de ir por ella.

Al estar afuera, me cruzo de brazos, esperando por Nathan y Andrew.

- Bonita forma de armar un mini espectáculo allá adentro, Jonathan. - Miro a Nathan, viendo que se encuentra de brazos cruzados por igual.

- Estoy bien. Puedo hacer mi trabajo sin ningún problema, Nathan. No me quedaré aquí, ¡esperando a que alguien más la encuentre!

Siento una mano en mi hombro, y dirijo mi vista hacia el general. Él sonríe un poco, negando en silencio.

Cercanías Peligrosas (COMPLETA Y CORREGIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora