Confesiones e investigaciones

132 16 22
                                    

Me encuentro sentado en una de las sillas de la habitación, esperando porque ella reaccione. Andrew está en la recepción, intentando poner una escolta para Becca.

Después de todo lo que nos enteramos, ninguno piensa dejarla sola; menos yo.

Quizás debí escucharla antes de juzgarla o apresurarme en lanzar juicios contra ella. Sabía que algo me ocultaba, pero no quería obligarla a decirme, quería que le naciera hacerlo, que sintiera que podía confiar en mí.

Escuchar todo lo que escuché en menos de cuatro horas fue algo...

Desastroso.

Destructivo.

- ¿Qué sucedió?

Me levanto de la silla al escuchar su voz, acercándome a ella con rapidez, mirándola a los ojos, acariciando sus mejillas con mis manos.

- Estás bien. - Mi voz salió con alivio y apoyé mi frente sobre la suya. - Estás bien.

- Lo siento, Jonathan. - Me separé de ella, negando en silencio, haciendo círculos en sus mejillas con mis pulgares.

- Yo lo siento, Rebecca. Debí escucharte primero. - Ella niega en silencio, dejando que sus ojos se inunden.

- Siempre quise decírtelo pero no me sentía lo suficientemente valiente como para hacerlo. - Besé sus labios con ternura. - Perdóname.

Su voz se quebró en mis labios y yo negué, dejando otro beso en ellos.

- Perdóname tú a mí, Becca. Te juzgué sin escuchar tu versión, sin dejar que te defendieras. Prometo que, aunque puede volver a pasar, dejaré que hables primero y después explotaré como una granada. - Ella sonríe entre lágrimas y asiente.

- Te amo. - Mi corazón se detiene al escuchar aquellas palabras y la miró sorprendido. - Debí decírtelo mucho antes, pero al igual que todo esto, mis miedos fueron mayores.

Sonrío, besando sus labios, sintiéndome extraño nuevamente.

- Me dí cuenta de lo que siento de verdad al sentirme devastado, creyendo que me habías mentido. - Ella toma mis manos entre las suyas y niega.

- No te mentí. - Asentí en silencio, sonriendo levemente.

- Lo supe después. - Asintió, pensando en eso. - Quería que, lo que fueras a contarme, lo hicieras porque sabes que puedes confiar en mí; no quise obligarte a nada.

- Lo sé. Por eso intenté hacerlo muchas veces, pero siempre me detenía. - Asentí.

- Promete que no habrán más secretos, Rebecca. Que todo me lo contarás sin importar qué. - Ella asiente, suspirando levemente.

- Lo prometo. - Asiento en silencio y beso sus labios, sintiéndome mejor.

Me siento en el borde de la cama, tomando su mano libre entre las mías, contándole, con bastante detalle, todo lo sucedido. Varias veces la escucho suspirar, otras, simplemente, cierra sus ojos, trayendo recuerdos de todo lo que vivió.

- ¿Qué fue lo que descubriste, Rebecca? - Ella suspira y mira al techo unos segundos, fijando sus ojos en mí después.

- Fue por pura... - piensa unos segundos, buscando palabras para expresar aquello - coincidencia, quizás. Estaba explorando y revisando los canales cerrados del gobierno, buscando brechas o suturas que estuvieran abiertas, por las cuales, la información, pudiese filtrarse. Encontré varias brechas, pero todas me redirigían a un lugar cerca de aquí. Logré cerrarlas, pero al hacerlo, desbloqueé un código de impacto que nadie esperaba.

Rebecca se detiene un momento, pensando en todo aquello, haciendo que una de sus manos viaje a su frente, dejando ver la decepción que la llena.

- ¿Código de impacto? - Ya que no continuó, yo, decidí hacerla seguir. Asintió, suspirando.

Cercanías Peligrosas (COMPLETA Y CORREGIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora