DADDY!

2. SOSPECHAS

—Mamá... —Minseok susurró, de rodillas frente a su madre. —Cómo me gustaría que estuvieras aquí.

Jongdae, de la mano de su hija, se acercó a su esposo y dejó unas bonitas flores violeta cerca de la placa.

—¿Era bonita la abuela? —preguntó Marie con inocencia.

—Imagina a tu papi Minseok con largo cabello negro y con labial rosa. Así era, bella como tu papá —Jongdae respondió cariñosamente.

La costumbre era visitar primero a la señora Kim y luego pasar un tiempo con amigos, ya que al salir del cementerio Minseok siempre parecía a punto de estallar en un interminable llanto. Y por alguna extraña razón, este año parecía más desesperado. El hombre huérfano se puso de pie y Jongdae tomó su brazo.

—¿Quieres quedarte un poco más? —Jongdae preguntó, Minseok asintió con su mirada vidriosa —Puedo dejarte solo con ella si quieres. Esperaremos en el auto.

Minseok asintió lentamente, no sabía cómo su marido lo hacía, cómo sabía qué hacer y en qué momento hacerlo. Pero ahora más que nunca lo agradecía.

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Cuando Minseok volvió al auto, casi media hora después, Jongdae no pasó por alto sus ojos y nariz enrojecidos, pero al menos se veía un poco más relajado, ojalá un tiempo con Luhan pudiera hacerlo sentir mejor. Fuera lo que fuera.

—Te amo —Jongdae murmuró, —no olvides que te amo —le recordó sin despegar sus ojos de la carretera.

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—¡Tío Xing! —Marie gritó y saltó sobre su tío favorito que recién había abierto la puerta de la gran mansión Kim, Kim-Zhang.

Sehun y Junmyeon estaban discutiendo algo en la sala, pero se detuvieron en cuánto se percataron de sus visitas.

La hija de los esposos Kim corrió escaleras arriba para jugar con sus primos y Minseok e Yixing se movieron a la cocina para que este último preparara algún bocadillo. En cuanto estuvieron lejos de sus esposos, Minseok se mostró preocupado.

—Debo hablar con Luhan, y también contigo, si no le cuento a alguien voy a explotar... y no puedo confiar en Baekhyun, él es demasiado cercano a Jongdae.

—Bien, cálmate —Yixing le pidió, poniendo su dedo índice sobre sus labios para pedir silencio y empezó a susurrar atropelladamente —Luhan... ah mierda. Luhan no está. Debió volver de China hace un par de días pero no hay ni señales de él.

—¿Qué? —Minseok murmuró. Luhan le había comentado que iría porque su abuelo estaba muriendo y lo había llamado para contarle, incluso le había enviado un mensaje cuando el hombre murió. Hace cinco días. —¿No saben nada de él?

Yixing hizo un gesto. Minseok conocía ese gesto, Yixing sabía algo.

—¿Qué es lo que sabes? ¡Dímelo! —exigió Minseok y el chino se mordió su labio inferior.

—Está bien, voy a decirte, pero no puedes decirle a nadie. Promételo —pidió Yixing.