15. SUPOSICIONES

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Ann, por todos estos años que hemos trabajado juntos, dímelo —el alcohol se le había ido de las manos y Jongdae había terminado llamando a su secretaria, necesitaba testigos, pruebas, cualquier cosa. Lastimosamente, uno de sus investigadores privados estaba en China recasándose con una china mucho menor que él y el otro tenía sus manos demasiado ocupadas (metiendo billetes en el boxer de un semidesnudo Junmyeon que le bailaba un privado con sensualidad).

—Por favor no le diga al señor Minseok que yo le he dicho algo a usted —la secretaria pidió con miedo.

—Te prometo que no lo haré.

—A petición del señor Minseok, las visitas del señor Kang no han sido registradas. No lo recuerdo con exactitud pero se han reunido unas diez veces en los últimos tres meses. El señor Kang venía por las tardes y luego se iban juntos por el resto de la jornada.

El golpe fue más fuerte de lo que Jongdae imaginaba, había esperado que su secretaria negara conocer al sujeto, no que acrecentar a sus sospechas.

¿En qué momento había fallado? ¿Tan mal esposo había sido como para que Minseok se buscara a alguien más con tanta facilidad?

Jongdae no pudo detener sus lágrimas.

—Habla con él —Kris le pidió. —No hagas suposiciones

—Es cierto —Jongin murmuró, quien por cierto era el más ebrio de los presentes aunque se suponía que era el guardián.


🍭🍭🍭


—¡Jingobels jingobels jingo ol de wei!

Minseok sonrió desde el otro lado de la puerta, Marie era muy desafinada pero adorable. Y no tenía ni puta idea del inglés. Abrió la puerta del gran salón que más bien parecía la juguetería Duncan's y soltó un suspiro mientras cruzaba los brazos sobre su pecho. Su hija estaba en lo más alto de una escalera, colocando unas coloridas y brillantes bombas en las ramas de un enorme árbol de navidad a medio decorar. Luna estaba sentada en el suelo atada con una guia de luces blancas enchufadas a la electricidad y su hermanito de solo un año estaba sentado a su lado chupando los foquitos parpadeantes.

Los trillizos estaban colocando debajo del árbol un tren de cristal que tenían pinta de ser muy caro.

—Todavía no es navidad; a penas estamos en septiembre —Minseok comentó casi con aburrimiento, pero su voz hizo que los niños se paralizaran con miedo, menos Sue, ella no le temía a nadie más que a Junmyeon.

—Siempre es navidad en nuestro corazón —Sue le dijo, también cruzando sus brazos sobre su propio pecho.

—Sigue siendo idéntica a ti —la voz de Kyungsoo se escuchó.

Minseok frunció su ceño, ¿en dónde estaba el pequeño ojón pastelero?

—¡Por aquí! —Kyungsoo habló de nuevo con su cabeza asomando detrás del gran árbol, en donde había una mesita en la que Do, su retoñito y Sophie jugaban al té con té y galletas reales. —¿Seguro que esta niña no es tuya? —le preguntó, convencido de que la niña se parecía más a Minseok que a Junmyeon.

—Él no es mi papá —Sue rezongó frunciendo su naricita como un conejo.

—Ay sí, ay sí —Minseok miró a la niña frunciendo su nariz de la misma forma que ella —¿Te sientes muy orgullosa de que Junmyeon sea tu papi?

—Claro. Él es un magnate —la niña dijo presuntuosamente.

Excuse mois —Minseok dijo levantando ambas palmas —Pero tu papito no es el único magnate por aquí.

4. DADDY!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora