Encuentrame (Hiccup y tú)

56. Hiccup Haddock.

Emprendimos camino de vuelta a Berk justo a primera hora, con más barcos de los que habíamos traído al llegar.

—La hora se acerca —suspiró _________ a mi lado.

Tomé fuerte su mano y la miré a los ojos.

—Todo irá bien —le aseguré. Ella sonrió y me besó.

El resto del camino se dedicó a ver el mar en movimiento y de pronto montaba en Knife, cuando se ponía intranquila.

—Ella se ve nerviosa —me dijo Brutacio mientras veía a _________ dar vueltas en el aire.

—¿Y cómo no estarlo? Ya sabes, verá a su padre y probablemente tenga que luchar contra él.

Asintió —. Lo se. Pero yo sí estoy bastante emocionado.

—¿Tú cuándo no? —Ambos reímos —. Aunque en realidad creo que yo también.

—Oh, vamos —nos dijo Astrid —, ustedes están locos. ¿Cómo pueden estar emocionados? Se trata de una guerra, no de una carrera.

Brutacio rodó los ojos.

—Pero que amargada, Astrid. ¿A caso no te quedó bien lo de ser madre?

Astrid lo golpeó en el brazo y él solo rio.

—Calla Brutacio, que al menos yo tengo a alguien ¿y tú?

—Nadie es tan digno —dijo y se alejó sonriendo.

—Es verdad, había olvidado a tus hijos. Son muy lindos, que bien que accediste a dejarlos en Ileria.

—Gracias —sonrió — y sí, la madre de Ayerbe cuidará muy bien de ellos.

Nos quedamos así un rato más hasta que _________ por fin descendió y los tres fuimos a almorzar.

Maratón 8/10

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