Libro 1: Aire

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PRÓLOGO

Sentía como sus tímpanos explotarían ante el estridente sonido constante de la alarma. Aunque sus pies se hundían en la profunda nieve a cada paso, no dejaba de correr. Tenían el tiempo encima, no había funcionado el plan tal cual al pie de la letra pero habían obtenido el objetivo.

Volteó a ver el bulto que tenía, era increíble el pequeño cuerpo a comparado de sus grandes y musculosos brazos; ¿cómo algo tan pequeño podría convertirse en un arma letal en un futuro?

-Zaheer, concéntrate; estamos a nada de cumplir la misión.

Volteó a ver a la dueña de la voz y de su corazón. Tenía razón, si se desconcentraba y fallaban la misión, lo pagarían muy caro más tarde. Pensó mil y una tortura hasta que un chorro de agua pasó muy cerca de su brazo izquierdo del que le siguieron otros más que eran contrarrestados con los disparos de explosión de su novia.

Corrió más rápido cuando divisó el arco lleno de nieve que creaban unos glaciares enormes que tapaban el oscuro e interminable mar helado del Polo Sur. Detrás del arco solo les esperaba un barco que en cuanto se subieran sería la señal del fin para su gran misión, sí, esa noche terminarían la misión.

-Maldición, vienen más-dijo su compañero antes de lanzar una enorme roca helada hacia los soldados.

-Tenemos que parar un momento si queremos librarnos de ellos de un solo golpe.-anunció su otra compañera de equipo creando hielo en los pies de sus perseguidores.

-Bien, terminemos esto ya.-dijo parando su desenfrenada carrera y dejando el bulto en el suelo.

Automáticamente todo su equipo creo un círculo de protección alrededor del pequeño cuerpo.

Volteó a tiempo para bloquear un pedazo de roca con su escudo, atacó con su boomerang dándole a dos hombres que cayeron al piso de forma estrepitosa.

-Ghazan, crea un precipicio para que no lleguen más.-ordenó mientras peleaba con su espada contra los chorros de agua de un joven.

Ante su orden, el nombrado dio un salto y cayó con sus dos manos en el suelo, estrellandolas contra este generando un pequeño temblor que separó el piso en dos.

-¿Por qué están del otro lado? Tienen las habilidades necesarias para ser los protectores del avatar, les ayudaremos.-dijo un maestro fuego, creando una ola de este dirigida a su compañera.

-No habría lados si entendieran y nos dejaran cumplir nuestro objetivo.

-Eso es imposible, ella debe estar bajo la protección del Loto Blanco por órdenes del avatar Aang para evitar que caiga en las manos equivocadas. ¿Dime, quiénes son esas manos?

-Ustedes.-contestó dando un tajo con su espada en el abdomen del chico. No era muy grande, tal vez tenía su edad; se arrepintió cuando un sentimiento de culpabilidad le inundó el pecho. Regreso a su puesto en el círculo y siguió dando invisibles tajos por la rapidez de su espada.

-¿No puedes congelar el piso alrededor de sus pies?-pregunto su amada frunciendo el ceño ante la presión del alrededor y el de su cuerpo.

-No de todos y por si no te has dado cuenta, el piso ya está parcialmente congelado.-dijo sarcásticamente su compañera.

-Cállate, eso no era necesario.

-Oh, pensé que el usar tanto tu ojo te había afectado la cabeza.

-Ming-Hua, haz lo que dijo,no importa si no alcanza a todos.-ordenó mientras volvía a recoger el bulto del suelo.-Prepárense para correr.

-De nuevo.-contestó la maestra agua lanzando grandes chorros de agua hacia la parte baja de los soldados y transformándola en hielo.

Automáticamente empezaron a correr de nuevo después de que la maestra se dio la vuelta afirmando que eran todos a los que podía detener.

-Has otro precipicio cuando pasemos esa roca de ahí.-habló creando humo de su boca a causa del mortal frío que hacía.

Corrió aun más, esforzando sus cansados músculos para alcanzar el arco.

Cuando pasaron la roca, el maestro usó la misma técnica para hundir el suelo y crear un abismo aun más grande que el otro, haciendo que los soldados a excepción de tres cayeran en este.

Los tres soldados seguían atacando como si no sufrieran la pérdida de compañeros, tal vez hermanos; pensó que al igual que él, eran unos soldados fieles a sus motivos y metas.

-P'Li.-susurro lo bastante fuerte para que lo escuchara.

La chica, entendiendo lo que quería su novio, se volteó; apretó el estómago y disparó una onda de combustión de su frente.

Así como él era fiel a sus metas, ella también lo era. Sonrió cuando le contó sus motivos y metas, que eran solo dirigidas a el y su amor.

Sintió menos presión cuando pasaron el arco y llegaron a lo que sería la costa.

-¿Dónde demonios está el barco?

-Ahí está, llego tarde.-señalo el maestro tierra una máquina no tan lejos pero tampoco cerca.

-No tenemos tiempo para que abarque, crea un pase congelando el agua para llegar.-ordenó, hizo más fuerte su agarre y se pego al pecho el bulto.

-¿Yo primero o tú jefe?-dijo irónica la chica, empezando a caminar hacia la helada masa de agua.

-Obviamente tú, deja de bromear y haz tu trabajo, idiota.-contestó la maestra combustión.

-Wow tranquila, no te lo robaré.-carcajeo y empezó a congelar el agua mientras corría por el estrecho camino blanco, seguida por el llamado jefe, el maestro tierra y por última la otra chica.

-¡Oh si, después de esta misión seremos los mejores oficialmente, podemos empezar a imaginar la recompensa!-gritó el maestro tierra levantando un puño en el aire.

-Oh pero si ya lo somos.-dijo Ming-Hua mientras subía al barco con ya todos en este.

-Por fin, podremos tener nuestro merecido descanso.-susurro P'Li desatando su cabello trenzado.

Jamás se había imaginado que lo lograrían, con el paso de los años empezó a no esperar nada de nadie, a excepción de P'Li y de ahora, este bulto. Volteó a ver el bulto, destapando solo la cara de su abrigada manta color azul.

-Es muy bonita.-susurro a lado suyo su novia.

-¿Quieres cargarla?-le preguntó.

-No se Zaheer, ya sabes.....soy peligrosa.

-Ella también lo será en unos años y no veo que te tenga miedo.

-De acuerdo.-dijo mientras observaba como su novio ponía a la pequeña bebé en sus brazos.

El barco dio la vuelta completa, camino a su hogar; donde los habían acogido aún con sus grietas e imperfecciones.

-Será un honor trabajar contigo.-dijo, levantó la cabeza hacia el cielo estrellado y exhalo el aire que contenía.- Serás la luz de este mundo y tu propia oscuridad. Bienvenida al Loto Rojo, avatar Korra.




Leyend Of Korra || Red Destiny Where stories live. Discover now