Capítulo III: Un invitado en la torre

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A Anthony le tomó más tiempo calmarse de lo que le gustaría admitir

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A Anthony le tomó más tiempo calmarse de lo que le gustaría admitir.

Se encerró en su recámara y dejó que el torrente de emociones en su interior lo lavara. La mayor parte era angustia, aunque también había mucha rabia, aun sabiendo que no era justo: James no había estado consciente de sus acciones. Le habían lavado el cerebro y había sido torturado y obligado a matar. Aun cuando dos de sus víctimas hubieran sido sus padres, seguía sin ser su culpa.

Era difícil de aceptar.

Una parte de él quería odiar al hombre por lo ocurrido, pero Tony sospechaba que esta emoción se desvanecería cuando se hubiera recuperado del shock inicial. Quienquiera que hubiera matado a sus padres en 1991, no era la misma persona con la que se había comunicado por dos meses. Este ser —que hacía reír a Anthony y lo hacía sentir increíblemente especial— jamás habría cometido algo así. James nunca habría matado a sus padres voluntariamente.

El inventor respiró profundamente, cambiando de posición en el suelo donde permanecía sentado, dejando su espalda apoyada contra la puerta de su habitación. Tenía que saber qué había pasado, no sólo porque estaba en su naturaleza desenredar cada hilo y picotear cada herida hasta que sangrara sin parar, sino también porque tenía que hacerlo.

Tenía que saber qué tanto conocía James del asunto, de otra forma, lo de ellos nunca funcionaría.

—JARVIS —su voz sonó más tosca de lo que había esperado y se aclaró la garganta con dificultad—, quiero que revises la información de HYDRA que se recuperó después de lo de Washington. Busca cualquier dato relacionado con mi padre o Long Island en 1991.

—A la orden, señor —obedeció aunque, al parecer, le pareció apropiado añadir una pregunta cautelosa—: ¿Le parece prudente esta decisión?

Anthony golpeó su cabeza contra la puerta, con fuerza, para luego suspirar: —Tal vez no. Pero tengo que saber.

—Entendido.

Se formó un silencio. Cerró sus ojos y se obligó a relajarse. En verdad no esperaba que su primer encuentro con James sería así. Incluso después de descubrir que era el Soldado del Invierno, no advirtió que caería sobre él una bomba de esta magnitud.

           

Sin embargo, tenía que admitir que prefería enterarse ahora que después. Si el muchacho hubiera intentado ocultarle la verdad, sin duda, Tony habría sentido traición, muy por encima de la angustia y la rabia.

           

Considerando todos los hechos, James había sido valiente al insistir en confesarle todo a Anthony, sin importar cuánto los destrozara a ambos—o pusiera punto final a cualquier relación que pudieran haber comenzado—. Por mucho que el ingeniero hubiera deseado evitar ese paso, el soldado había hecho lo correcto.

WinterIron. Soporte técnico. [Traducción] 6/6Where stories live. Discover now