SENTIDOS

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Imagina que cerrases los ojos y nunca más volvieses a abrirlos. 

Imagina que te dijeran que escuches un último sonido o toques una última cosa; ya que nunca podrás sentir el tacto de nada.

Ahora piensa que solo pudieses decir una última palabra, porque después, durante el resto de tu vida, no vas a poder decir nada más.

¿Cómo cambiaría tu vida? ¿Cuál sería peor?

La protagonista de esta historia se llama Sonia y tiene uno de estos problemas, el que quieras. Pero a ella nadie le dio la oportunidad de poder sentir por una última vez; ocurrió y punto.

¡Que triste!, ¡Pobrecita!, pensaríamos todos. Pero Sonia no lo ve como un problema; ¿se habrá vuelto loca?

No, nada de eso. Ella sabe que la gente que conoce no es como ella, pero lejos de ver su discapacidad como un problema, se siente afortunada.

Porque tiene un don, su imaginación. Sé que resulta difícil de entender, pero en su caso es un verdadero don.

Si te paras a pensarlo, ¿que es mejor?, poder tocar una manta o saber cómo es el tacto de las estrellas? o, ¿qué más da no poder oír el claxon de un coche, si todas las noches te duermes escuchando el canto de las sirenas? No importa no poder hablar si sabes explicarte con fluidez en el idioma secreto de los duendes.

Pero las cosas no son un problema hasta que otro las ve como tal...

SENTIDOSWhere stories live. Discover now