¿Amor en pañales?

Año nuevo, vida nueva & nuevos problemas

Me estire buscando mi celular pero no lo encontré, no estaban mis muebles así que me levante cuidadosamente ¿Dónde rayos estaba? Cuando voltee vi a alguien más a mi lado y en lo primero que pensé fue en Ted.

Pero no era el, era Christine que estaba desnuda y al parecer ¡Al igual que yo! ¿Qué diablos había pasado?

-Timmy, cariño. ¿Dónde vas? –Pregunto Christine adormilada.

-¿Qué paso? –Pregunte confundido.

-Anoche me viniste a dejar, te pedí que te quedaras pero al despedirte empezaste a besarme y una cosa llevó a la otra –Sonrió cínicamente.

-Mis padres se van a preocupar, tengo que irme –Empezaba a vestirme rápidamente.

-Creo que tus padres son lo suficiente grandes para entender que su hijo tiene necesidades –Arqueo una ceja. –Anoche me pedias mas ¿No quieres una segunda ronda? –Me mando un beso con la mano.

-No...necesito ir a mi casa –Termine de vestirme. En lo único que podía pensar era en Ted, mi Ted.

-Espera –Dijo levantándose de la cama tapándose con una sábana blanca cubriendo su cuerpo.

-Ahora que –Conteste de mal humor ¿Qué había hecho?

-Tú eres oficialmente mi esposo –Se acercó hacia mí mostrándome su anillo, al parecer no tan caro pero al fin y al cabo era un anillo.

-No...no...no es cierto –Me exalte ¿Qué hice toda esa maldita noche de la cual no recuerdo nada?

-Es cierto –Me miro preocupada y con cierta tristeza en la mirada. –Tú me lo pediste, dijiste que no querías hacerle daño a...-No término su oración porque empezó a llorar.

No puede ser, no pude haberle dicho el nombre de Ted... ¡No!

-Yo tengo que irme –Salí de ahí inmediatamente.

-Hijo, por fin llegas –Sonrió mi padre que estaba sacando la basura al patio principal.

-Papá, yo lamento...-Iba a disculparme por no llegar pero fui interrumpido.

-Eso no importa, mejor dime hijo. ¿Qué tal te la pasaste? –Sonrió pícaramente.

-No le preguntes esas cosas a mi niño –Llego mi madre a salvarme como siempre. Te amo mamá. –Ve a desayunar, ve la hora que es –Eran exactamente las nueve de la mañana.

-Esperen, tengo algo importante que decirles –Estaba más que frustrado.

-¿Qué ocurre hijo? –Pregunto mi madre preocupada.

Exhale todo el aire posible para tomar fuerza. –Al parecer anoche que nos pasamos de copas Christine y yo –Pase algo de saliva –Nos casamos –Dije por fin.

-¿Qué hiciste qué? –Dijeron Unísono.

-Hijo ¿Por qué tan de repente? Es decir, no es que no nos caiga bien pero no creo que sea la mejor decisión que hayas tomado –Mi madre tenía la misma mala sensación que yo, al parecer.

-Si tu madre lo dice, es porque es cierto ¿Cómo se lo dirás a tu hermano? –Pregunto mi papá.

A veces es como si ellos supieran lo que ocurre entre nosotros.

-Realmente no lo sé –Dije metiéndome en la casa. Al parecer mis padres hablaban respecto al tema y decidieron irse lo más seguro para darnos "algo de espacio".