XI

762 102 91
                                    

Hana estaba pegada a la puerta de su cuarto espiando hacía la sala en completo silencio. Su papi había empezado algo que parecía una discusión con su tío Kiri, y ella en calidad de futura heroína estaba en la obligación de irrumpir en el disturbio, más aun así estaba educada para no interrumpir conversaciones de adultos cuando estas pintaban ser algo importante.

Se contuvo lo suficiente hasta que su adorado tío empezó a llorar silenciosamente, vio sus lágrimas caer y a su padre tratar de acercarse ¡No sabía que ocurría allí! Pero si su papi había sido un hombre malo y había hecho llorar a su tío favorito ella no se quedaría más a solo mirar. Terminó de abrir la puerta de un golpe espantando a Katsuki quien quedó congelado donde estaba.

Hana corrió hasta colgarse de una pierna de Kirishima con el ceño extremadamente fruncido, sus enormes ojos rojos y sus redondas mejillas no ayudaban a quitarle esa expresión de niñita pequeña que no servía de nada para lograr su cometido: Resultar intimidante como Gocú.

- ¡No molestes al tío Kiri! - Y comprimió una de sus mejillas contra la pierna del mayor. Eijiro se pasó rápidamente la manga de su chaqueta secando las pocas lágrimas que no había podido retener en sus ojos. Despegó a Hana de su pierna y la levantó en brazos, la niña por su parte enrollo los suyos alrededor del cuello de su tío - Papi malo -.

Katsuki estaba entre sorprendido, divertido, fastidiado y conmovido por todo lo que se desarrollaba a su alrededor desde hacía más de quince minutos, la idea inmediata había sido asegurarse de que Eijiro no malinterpretara sus palabras y fuera a tomarlas de la peor manera posible, por otro no había esperado que su pequeña estuviera ni despierta ni oyendolos, su salida al rescate le había tomado por total sorpresa.

- No estoy molestando a tu tío - Se defendió mientras el otro le esquivaba la mirada.

- ¡Mentira! - Aseguró la niña completamente creída que su versión de los hechos era la correcta - ¡Yo los escuche! -.

- ¿Y que le dije? - La enarcada ceja de Bakugou hizo dudar a su pequeña.

- No se, pero por eso lloro - Y volvió a inflar sus mejillas como si eso diera por sentado que tenía la razón. Katsuki pensó que parecía una ardilla.

- Él dijo que quería que tuvieras una mamá - Kirishima le taladro con la mirada.

- Ya tengo una - Hana dejó su rostro "furioso" para pasar a uno desconcertado - Vive en el cielo, tú lo dijiste -.

- Dijo que necesitamos a alguien más en la familia y que él debe buscarse una vida lejos de nosotros -.

Esas palabras parecieron borrar completamente el verdadero motivo de la aparición de Hana, ella se dedicó a mira a Eijiro con sus enormes ojitos brillando - ¿Ta vas a ir para siempre? - Su vocecilla pareció romperse ahí - ¿Porque? - Ahora estaba llorando - ¡Yo no quiero a nadie más! ¿Ya no me quieres? ¿Hana fue una niña mala? Prometo portarme bien -.

Kirishima la estrechó contra su pecho incapaz de verla llorar - No, no me iré... No has sido una niña mala, yo he sido el tonto ¿Sí? Todo está bien -.

- ¿No te irás? -.

- No, no lo are -.

- ¿Lo prometes? ¿Por el dedito? -.

- Lo prometo por el dedito -.

La mañana era fría producto de la lluvia que les había azotado durante toda la noche, Bakugou terminaba de preparar el desayuno mientras la niña daba vueltas por ahí con su dinosaurio verde y su uniforme a medio poner

Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.

La mañana era fría producto de la lluvia que les había azotado durante toda la noche, Bakugou terminaba de preparar el desayuno mientras la niña daba vueltas por ahí con su dinosaurio verde y su uniforme a medio poner. Kirishima la perseguía por la sala con las ligas para el cabello que debía ponerle.

- ¿Cual de los dos llegará más tarde hoy? - Preguntó Katsuki a la nada en voz alta refiriéndose al hecho de que Hana tenía que llegar al jardín y Eijiro a la agencia.

Kirishima atrapó a la niña y la sentó en el sillón para terminar de peinarla correctamente, no le quedaban tan parejos los moños como cuando los hacía Bakugou, pero era debido a su falta de práctica en el arte de arreglar cabellos femeninos. Katsuki terminó de servir y se sentó esperando que los otros dos dejaran de revolotear en el mueble - En serio que vais a llegar pasada la hora -.

- Yo no tengo hora de llegada - Comentó el héroe mientras sentaba a Hana en la silla más alta para que empezara a comerse su desayuno - Ni de salida -.

Bakugou frunció las cejas en su típica y ya casi no usada expresión de fastidio - ¿Dirás lo mismo cuando Yuuei terminé examenes de admisión? -.

- No, cuando eso pase entonces volveré a ser profesor de héroes a tiempo completo -.

- ¡Ho quiego seg e'o! - Trató de comentar Hana mientras masticaba, los adultos la regañaron al tiempo y se sintieron ridículos por su reacción a coro.

Ambos pares de ojos se encontraron silenciosamente luego del incómodo momento, no habían terminado correctamente la conversación que habían sostenido la noche anterior, y Kirishima sabía que Katsuki no le dejaría en paz hasta creer que había dejado en claro todas sus opiniones al respecto.

¿Que tanto afectaría todo eso su relación actual?

Muchísimo.

Nuestra hijaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant