Capítulo 3

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Llegamos a casa y no fue bonito. Titi Vicky estaba chequeando las cosas de Nico para asegurarse que tenía todo lo que necesitaba para la universidad mientras no estábamos y encontró la prueba de embarazo.

Ambas creen que la mejor opción es un aborto y fueron a una clínica, pero les dijeron que el embarazo estaba muy avanzado. No era seguro hacerlo sin poner la vida de Nicole en riesgo. Nico estuvo encerrada en su habitación por días sin comer y solo lloraba. La tía Vicky la sacó de la universidad y le dijo que se quedaría en casa y como no había opción tendría el bebé.

Ella sentía como si su vida hubiera acabado. Yo la apoyé, estuve ahí con ella, la obligue a comer y a continuar con su vida tanto como me fue posible. Se sumió en una depresión que no le permitía disfrutar de la vida que estaba creciendo dentro de ella. La tía tampoco quería a ese bebé, yo iba con ella a todas las citas del doctor y pensé que cuando ella escuchara el corazón de su bebé latir o viera su sonograma, cambiaría de opinión y lo amaría, sé que yo lo hice. Ella solo veía a ese bebé como alguien que le estaba robando su vida, cuando ella no quería.

Una noche estaba hablando con mamá y le comenté como era triste que nadie quisiera a ese bebé. Que no estuvieran emocionados cuando para bien o para mal ya estaba en camino.

- Hija tu tía tenía unas expectativas y unos sueños para la vida de su hija y ahora siente que han desaparecidos. Como madre no es fácil ver a tu bebé arruinar su futuro y no poder hacer nada - yo me enfurecí porque si bien un hijo cuando viene de esa manera no es algo para ponerse a saltar de la emoción, tampoco es el causante de arruinar el futuro de alguien porque el no pidió estar.
...

Ya había pasado la mitad de mi semestre, llego marzo el mes de nuestro cumpleaños. Nicole y yo ambas nacimos en marzo y siempre nos burlábamos de nuestras madres porque nos habían concebido para la misma fecha, aunque en años diferentes. Para celebrar nuestros cumpleaños organicé un día solo para nosotras, como cuando éramos niñas que nuestras mamás tendían a celebrar nuestro cumpleaños juntas. Yo tenía un dinero ahorrado así que pague un lugar de masajes para que nos consintieran un poco y luego una comida.

Casi la obligue a salir conmigo, y si bien no quería ir al principio sé que lo amo. Recientemente se quejaba de que el bebé había crecido demasiado y estaba gorda por lo que le dolían los pies. Por eso pensé que un masaje sería maravilloso para ella.

Aunque ella no quisiera verlo estaba hermosa. Su pelo negro estaba radiante, largo y espeso, su piel caramelo brillaba bellamente, solo sus ojos marrones eran la única prueba de que no lo estaba pasando bien. Todavía pasa la mayor parte del tiempo llorando o quejándose de que no puede dormir. Sus ojos están ojerosos e hinchados de tanto llorar, pero yo quería que hoy se sintiera consentida y especial.

La pasamos como antes, nos divertimos y fue lindo ver un poco de la antigua ella. Porque la extrañaba con locura, a pesar de que trato de verla todos los días, ella perdió ese brillo y esa alegría que la hacía ser ella.
...

Ese mes cumple los 7 meses y yo me muero por saber el sexo del bebé, ella no quiere. Una vez sugerí hacerle un baby shower y no quiero volver a pensar en cómo terminó eso. El miércoles de esta semana ella tiene programado otro sonograma y yo decidí faltar a la escuela para acompañarla y de una buena vez preguntarle en secreto a la doctora por el sexo.

¡Va a ser una niña! Estoy tan emocionada que no quepo en mí misma, Nicole todavía no sabe nada. Ese día saqué coraje para preguntarle que nombre quería ponerle a su hija o hijo, no quise decirle que yo ya sabía el sexo del bebé y ella me dijo que no le importaba. Toda mi alegría se esfumo como si fuera un globo de helio que se queda sin aire. Decidí arriesgar mi suerte un poco y le pregunté por el nombre del papá, porque hasta ahora ella no había querido decírmelo y yo no le había preguntado.

- Su nombre es Adam y es todo lo que sabrás - me dijo con una mirada que daba por terminada nuestra conversación.

Ella me dejó en casa y se fue. Como yo estaba planeando ir a comprar cosas no le dije para irme con ella. Fui a donde mamá a contarle la buena noticia.

- ¡Mamá! - grité por toda la casa, la encontré en la cocina y le solté todo casi sin respirar - Nicole va a tener una nena, puedes creerlo. - El solo pensamiento de su hija me hacia sonreír, una niña con su sonrisa, alguien tenía que estar feliz por la llegada de ella y ese alguien bien podría ser yo.

- Iv, ven a la mesa, siéntate, necesitamos hablar.

- ¿Sucede algo? - pregunté preocupada.

- Estoy preocupada por ti - dijo mamá - veo que estas muy emocionada con la idea de tu prima teniendo un bebé, pero tienes que entender una cosa. Ni tu prima ni tu tía la quieren, no te puedes encariñar, tienes que prepararte para lo peor. - Me dijo con la tristeza.

- ¿Ellas te dijeron algo? - lo negó, pero yo sé que algo me están ocultando

Mientras más grande se hacía Nicole, más grande se volvía su tristeza. Fueron meses duros, no disfrute mi último año de escuela como hubiera querido. Amaba tanto a Nicole y a su bebé que realmente no me importaba.

Los dos días que yo más esperaba ocurrieron el mismo día. Durante mi graduación a Nicole le entraron dolores de parto. La bebé iba a nacer y yo me fui de mi graduación solo para estar ahí. Quería ver cuando todo ocurriera y ya podría graduarme en otra ocasión. Ver a mi sobrina nacer es algo que no se daba todos los días, porque mi tía no iba a entrar y el papá no estaba en el mapa.

Mamá condujo al hospital más cercano como una loca. Una vez nos dejó en el hospital, se fue a buscar la ropa de Nicole y yo le pedí que fuera a buscar la ropa que había comprado para sacar el bebé. En los últimos meses sin que nadie supiera yo estuve comprándole todas las cosas que pudiera necesitar y estaba más que feliz de que las pudiéramos usar.

Estuve con Nico en su cuarto a su lado. Ella gritaba y lloraba del dolor, mientras yo sintiéndome impotente trataba de darle ánimos y le decía que ella podía. Una vez que las contracciones se hicieron más frecuentes y dilato lo suficiente el doctor le gritó que puje y rápidamente todo terminó.

- Felicidades - dijo el doctor - es una niña. - Se la acercaron a Nicole para que la tomara y ella se negó. Le pregunté a la enfermera si la podía tomar yo y aceptó.

Me pusieron en brazos la cosa más hermosa que haya podido ver. Era pequeñita, rosada y con sus ojos grades y claros. Yo me fui a sentar con la bebé en brazos y le dije que yo era su tía y como si ella supiera quien era me tomó un dedo con fuerza y lo apretó. Le dije a Nicole que la viera, pues era hermosa y su respuesta fue no.

Estuvieron varios días en el hospital y tuvieron que alimentar a la niña con fórmula, porque Nicole se negaba a amamantarla. Aún no le había escogido un nombre, porque tampoco le interesaba, a lo que le dije que yo lo haría y solo se encogió de hombros. Fui y llene la documentación nombrándola Lucía, porque ella iluminó mi mundo cuando nació.

Pocos días después las dieron de alta y puedo decir que Nicole no estaba bien. Cuando Lucía lloraba ella también lo hacía, no quería alimentarla, ni cambiarla. Yo me estaba quedando con ella para ayudarla. Un día mi madre me fue a buscar y tuvimos una discusión. Ella piensa que no es saludable que yo me ocupe de la niña y de Nicole que tenía que vivir mi propia vida.

A Nicole la diagnosticaron con depresión dos meses después de haber tenido a Lucía, una noche estábamos hablando y llorando me dijo que ella no podía ser la madre que Lucía necesitaba, que la quería dar en adopción. Yo estaba devastada en esos dos meses me había encariñado con Lucía. La amaba y no quería verla partir de esa manera, así que le hice la propuesta más loca que se me haya podido ocurrir.

El tiempo no se detieneOù les histoires vivent. Découvrez maintenant