➫ 5

6.3K 633 149
                                    


5. Entonces, ¿tú tipo son más estilo Allison?


Allison no se había comportado diferente después de la declaración de Kriss, eso la alegró.

Seguían las dos hablando y contándose anécdotas cuando el timbre de la casa sonó.

Kriss se apuró en bajar las escaleras.

Nuevamente creyó que era su padre.

—¡¿Cómo te atreves a colgarme el teléfono Kristina?! —murmuró Sarah en cuanto la puerta se abrió.

—Lo siento —murmuró Kriss con una sonrisa que decía no romper ni un plato.

—¿Qué te pasó? ¿Porqué te fuiste?

—Me dolió la cabeza, es todo.

—Pudiste haberme dicho que te trajera, ¿sabes?

—Lo sé, pero me gusta caminar. Además, no podría perdonarme que pierdas una clase.

—Exagerada —le recriminó su amiga.

—Gracias igual Sarah —le dijo la pelinaranja y le dio un corto abrazo.

—Hola, no quisiera interrumpir pero tengo que irme ya —Kriss se giró hasta donde Allison—. Mi papá acaba de llamarme.

—No hay problema, gracias por la mochila Allison —murmuró Kriss, no quería que Allison se fuera pero no le gustaba pensar en ello.

—Te lo dije antes y te lo digo ahora: no tienes porque agradecerme.

—Y tu no tenías por que traerla, es por ello que lo hago.

—Bien —Allison sonrió—, volveré después para seguir en donde lo dejamos.

Kriss se recriminaba el tener una mente tan sucia.

—Claro, cuando quieras.

Allison caminó hasta ella y le dio un abrazó que Kriss rápidamente correspondió.

—Adiós Kriss, adiós Sarah —murmuró la pelinegra antes de irse.

—Adiós Allison —contestaron las otras dos en unísono.

Sarah tenía una sonrisa macabra, según Kriss, con la cual no dejaba de mirarla.

—¿Qué pasa? —le preguntó Kriss con el ceño fruncido, justo después de cerrar la puerta.

—¿Qué pasa? —la imitó Sarah—. Cómo que "¿Qué pasa?"

Kriss se quedó callada mirando a su amiga como si le faltase un tornillo.

—Si yo no soy tu tipo entonces, ¿tú tipo son más estilo Allison?

La pelinaranja sonrió delatándose, sin embargo respondió —No.

—Deja de mentir Krista.

—Deja de cambiarme el nombre Milesa.

—No me intentes distraer llamandome Milesa, Kristin.

—Bien.

—Bien.

—Entonces, ¿viniste a reclamarme?

—Si porque... ¡Hey! —Sarah puso rostro indignado—, ¡lo estás haciendo de nuevo!

—¿Qué? —jugó a la inocente.

—Hablo en serio, Kriss.

—¡Aprendiste mi nombre! —Sarah la miró muy seria—. Bien, si, mi tipo son más estilo Allison.

❤️

—No sé que hago aquí.

—Calla y déjame leer.

—No seas grosera Sarah.

—Si no quieres que sea grosera, deja de hablarme cuando estoy leyendo, Krissy.

Las dos amigas se encontraban en un camión escolar. El entrenador Finstock los había llevado a una reunión de la que Kriss no tenía ni idea, la chica no bromeaba al decir que no sabía que hacía allí.

Aún así sacó su bloc y comenzó a dibujar. Todo el ambiente en el camión estaba bastante tranquilo, aquello se vio interrumpido por la voz del entrenador.

—Jared te lo advierto soy empático con el vomito. Si vomitas, te vomito encima y será sumamente asqueroso —lo escucharon decir.

—No hable de vomitar, no es bueno —se quejó el tal Jared.

—Tal vez te vomite encima para que te quede claro —explicó el entrenador.

—No es bueno —le dijo asustado el chico.

—Los demás no piensen que faltaremos a esa reunión por un ligero embotellamiento, por una alerta tornado o por Jared —gritó Finstock—. Vamos a asistir. ¡Nada nos detentrá! —se calló un momento—. Stilinski, baja la mano.

—Hay una salida para comidas a un kilómetro —Kriss volteó hacia atrás y vio al que supuso era Stilinski hablando—. Si paramos, quizá el tráfico...

—No vamos a parar —lo interrumpió el entrenador.

—Bien, pero si pararamos... —intentó de nuevo Stilinski, pero el resultado fue el mismo.

—¡Stilinski! —Finstock sopló su silbato—, ¡Cállate! ¡En serio! ¡Es un autobús pequeño! ¡Deja de hacerme preguntas! —gritó.

Después de eso nadie quiso hablar de nuevo. Kriss miró a Sarah.

—Muy dramático —le dijo, refiriéndose al entrenador.

—Te acostumbras —murmuró la castaña aún sin despegar la vista de su libro, Kriss creyó que no lo hizo ni cuando el entrenador comenzó a gritar.

—Tengo hambre —insistió.

—En mi bolso tengo una barrita —murmuró Sarah pasándole el bolso sin levantar la mirada.

—Gracias —le susurró Kriss rodando los ojos.

Después de ello, al ver lo inútil que era tratar de entablar una conversación con ella Kriss se limitó a mirar por la ventana.

—Ratón de biblioteca —le dijo a su amiga intentando llamar su atención una última vez.

Sarah la miró.

—Para —le dijo y volvió la vista a su libro con Kriss bufando a su lado.

Girls like girls [ Allison Argent ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora