𝐜𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑

2.2K 136 108
                                    


El silencio podía mantenerse en la camioneta, mientras para uno era el incomodo poder crear una conversación, para el español no le entregaba mucha importancia al caso. Aiora podía ver alguna que otra estrella en el oscuro cielo como si estas tuvieran una respuesta ante todos sus problemas. Como si ellas fueran las posibles ayudantes de todo lo que se estaba llevando consigo; sintiendo la injusta vida le era posible demostrar que el destino si le tenía preparada cosas, que aunque no las quisiera serían completamente suyas. Mientras el español continuaba viendo cada parte anatómica que cargaba el doncel a simple vista un joven de carácter terco e incluso molesto y finas facciones, quedando a la deriva de las bellezas de ojos que cargaba consigo. Uno tono azul y verde queriendo pelear por quien brillara más cada día.

–¿Stillness of the Mind?– Su voz sonaba segura de sí mismo, señalo el radio dejando ver una pequeña sonrisa diminuta. Era bueno en el tema de la música y siendo joven deseo aprender cada melodía que podía transmitirse, incluso olvido el mantenerse callado para no hacer enojar al hombre.

–¿Qué?– Extrañado más bien, no evito arquear su ceja como si fuera lo más común saber que alguien podía tener el mismo gusto por los suaves instrumentos, aunque la música también podía transmitir emociones, la instrumental reflejaba más el alma de una persona.

–Si, bueno. Cuando era más joven desee aprender a tocar aquellas melodías, pero ante mi torpeza y mala suerte no pude recrear ninguna.–Liberó un suspiro relajado en su propio lugar dejando llevarse por la melodía instrumental, que se mantenía triste, pero suave. –Fue creada por Korzenoiwks.

–Parece que muestras capacidades, aunque no las has querido expresar bien. Recuerda que todo lleva su tiempo puede llegar la calma y capacidad de dejarse fluir por el instrumento para representar cualquier melodía dentro de tu corazón.

–Me agrada, algún día me mantendré como un ejemplar al tocarlo, reflejando mis emociones y tristezas en ella, aunque para ello faltara mucho. Es decir, si lo anhelo o simplemente recrearlo como un pasatiempo después de terminar todos mis estudios. –Se atrevió a mirar al adulto regalando una suave sonrisa

–¿Qué edad tienes?, te puedo ver de 20 o 21. Bueno, tal vez te ayuda tu mirada. Puede ser, recuerdo haber sido engañado por Dita cuando realmente es un anciano ese chico.

–Mantengo mis 20 años. Soy un estudiante que se eleva por sus sueños y desea cumplirlos, aunque...

Se podían llevar por tres años. Shura se mantuvo atento a la platica del chico y celebro de haber atenido ante la edad del joven, aunque mantenía rastros infantiles y eso llegaba a desesperarle. Shura podía tener una idea que es cambiaria y podía llegar amarlo como era; ignorando su turbio amor hacía su corazón herido. Talvez su compañero podía llegar a tener la razón. Volver a entregarse a un amor sincero y puro. Poder comentarlo hacía Aioria para que ambos se conocieran mucho mejor.

–Sabes es algo extraño, es decir, nadie podía a escucharlas sin llegar a dormirse a mi lado.–Su voz era más suave, incluso dejando la emoción a un lado solo para abrazar sus piernas sin importar subirlas en el asiento.– Mi hermano llegaba a cambiarlas, mis compañeros ignoraban mis gustos. Pero veo que entre más desconocidos haya, mucho mejor puede ser la convivencia. Solo conozco a dos personas, siendo tu y Milo.–Noto cierta mueca de disgusto por parte del hombre, tal vez había dicho algo que le molestase al español que ni siquiera fue con fines malos. Solo por seguir la platica y no querer hacerlo enojar. Queriendo dar una pequeña explicación o disculparse, el fuerte agarre que le proporciono el español solo pudo alertarlo queriendo escapar en esos momentos como un cachorro.–M-me esta lastimando, se lo suplico. Suélteme.

–Escucha bien, tu ya eres completamente mío. No deseo volver a escuchar de tus labios ese nombre, que ante mis suposiciones es el desgraciado de tu ex. Milo o no, ya no tienes el derecho de pronunciarlo.

𝑨𝒎𝒐𝒓 𝒆𝒏 𝒆𝒔𝒑𝒂ñ𝒂Where stories live. Discover now