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"Era perfecto"

El castaño sonrió y tomo la mano de la chica, dirigiéndola hasta el centro de la sala donde varios chicos también se encontraban bailando. Para su buena suerte, habían puesto una música lenta y romántica, y no una de esas canciones que se bailan hoy en día.

Una vez que estuvieron ahí, Luna dirigió sus manos hasta los hombros de Matteo, nerviosa, hace mucho tiempo que no bailaba así, y tenía miedo de hacerse notar. El chico, por su parte, de manera lenta, descendió sus manos hacia la cintura de ella, colocándolas suavemente con un poco de temor.

Cruzaron miradas por leves segundos, y una vez más Luna se perdió en esos hermosos ojos cafés que le gustaron desde el primer día que los vio. No entendía porque Matteo era tan atento con ella, porque no la juzgaba por su mala reputación. Sin embargo, tenía temor de que Nina llegase en cualquier momento y le tirara otra bofetada como lo hizo.

¿De verdad ellos estaban saliendo? ¿O simplemente fue un invento de la chica? Pero ¿Por qué Matteo nunca llegó?

Se fueron moviendo al compás de la musica, sin cruzar miradas, ambos estaban tímidos, y nerviosos. El castaño, no tenía idea de que preguntar, si le hablaba de la cita frustrada que tuvieron, de repente ella se amargaría y terminaría con ese momento. Y la verdad no quería arriesgase a que eso pasará.

Luna sentía la mirada de todos los presentes sobre ella. Pero no les hacía caso, quería concentrar ese momento único, que quizá nunca mas volvería a pasar. Porque quizá, Matteo se aburriría de ella, y deje de ser...su casi amigo.

Entonces, los miedos de la castaña empeoraron cuando la vio. A Nina, acercándose a toda velocidad hacia ellos. Agarró a Matteo del hombro y lo obligo a separarse bruscamente, dejando a Luna de lado y sonriendo fingidamente para no causar sospechas en el castaño.

— ¿Nina? ¿Que pasa? — preguntó extrañado. Pues no entendía el motivo porque los había separado.

—Ven, te quiero mostrar algo, es urgente — le dijo Ámbar, tirando de él para que caminara y alejándolos del lugar.

La ojiverde entrelazó sus manos, totalmente nerviosa. Se giro para irse pero fue interrumpida por las manos firmes de Nina sobre su brazo.

— Tú no te vas — sentenció, mirándola con maldad. — te dije que no te acercaras a Matteo, pero veo que lo de perra no se te quita.

— Aquí la única perra eres tú — dijo, sorprendiendose de si misma por aquellas palabras.

— ¿Que has dicho pedazo de imbécil? — espetó, alzando la mano para bofetearla, pero antes de que su Jano estampase contra la mejila de Luna, y una fuerte mano la sujetó, evitando que continuará — ¿Pero que mierda?

Gaston, quien felizmente había llegado antes de que su amiga recibiera una bofetada, sujetaba fuerte la mano de aquella chica, a quien no conocía de nombre pero si de vista.

— Sueltame idiota — gritó Nina, forcejeando — no te metas donde no te importa.

— Me meto porque no voy a permitir que lastimes a Luna ¿Te quedó claro?

— Así que tiene nuevo novio — ironizó, soltando carcajadas de maldad — bueno, buena suerte con eso. Ella tiene reputación de ser una zorra.

Dicho eso, miro con indiferencia a los dos chicos, y se marchó, haciendo caso omiso a la fulminante mirada que Gaston le había lanzado.

— No le hagas caso — dijo él, tratando de tranquilizarla.

— Todo era perfecto — suspiro, mirando a la nada. Pero rápidamente meditó sus palabras y volvió a añadir:— ¿Que decías?

— ¿Por que esa chica te trata así? — cuestionó, arqueando una ceja.

Antes de que la castaña pudiera contentar, Jazmín, la pelirroja y dueña de la casa, se interpuso entre los dos, notoria ebria. Los miró, y comenzó a reír sin motivo alguno.

— ¿Se están divirtiendo? — preguntó dejando de reír. Ambos asintieron siguiéndole la corriente — así se habla. Si alguien los esta jodiendo, diganme y yo lo boto a patadas.

Perida empezó a reír. Esa chica era muy divertida a pesar de su ebriedad, y aunque no la conocía bien, tenía la certeza de que serían amigos.

La pelirroja les sonrió por última vez, y se fue hacia otro lado, alzando su vaso y gritando algo que no lograron oír.

— Lo que hace el alcohol — comentó el chico divertido — por cierto ¿bebemos algo?

— Okey, pero algo ligero — contestó, dando un paso para avanzar, pero antes que pudiera seguir, Matteo se paró frente a ella con gesto de preocupación.

Había escapado a las justas de las garras de aquella rubia, que no paraba de ofrecerle vasos de alcohol, queriendo embriagarlo.

— Luna, yo...te pido una disculpa no quería...— no pudo continuar, la mirada que la susodicha le había lanzando lo estaba desconcertando.

— Dejalo ahí, Matteo. No quiero mas problemas.

— ¿Problemas? ¿Que tipo de problemas? Si estábamos bien, solo que Ámbar quería decirme algo y...

— En serio. Si me tienes lastima, por favor no la tengas. — bajo la vista, le hizo un gesto a su amigo, y se alejaron.

Nina y Ámbar observaban atentamente la situación. Satisfechas, con una sonrisa triunfadora en el rostro.

Lo único que faltaba, era que Matteo se convenciera que Luna era la misma chica que antes, y no había cambiado.

Y el castaño seria solo para ella, para Nina.

•••

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Bad Reputation© (Lutteo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora