Bad Reputation© (Lutteo)

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Antepenúltimo capítulo...

Capítulo Dedicado a: _pamelavaldez4

"Voluntad"

La musica era fuerte, a penas se podía hablar, las luces eran intensas, dándole ese ambiente juvenil nocturno. Matteo avanzaba entre toda la multitud, buscando a la rubia tentación que le había prometido que estaría ahí.

No sabía si haber ido ahí había sido lo correcto, pero no podía dar vuelta atrás, ya estaba en ese lugar, y por mas que quisiera huir, sus pies no se lo permitirían. Su espíritu de joven con ganas de diversión le impedía retroceder, y seguir avanzando.

Metros mas allá, visualizó un escultural cuerpo y una melena rubia sentada frente a la barra de bebidas. Matteo se detuvo un breve momento para acomodar su cabello y su camisa, cuando se convenció de que estaba listo, continuó su camino.

— Ámbar — pronunció colocándose atrás de ella y sujetando su hombro.

— Matteo — contestó ella en forma de saludo, poniéndose de pie y besando su mejilla de forma intensa — creí que no vendrías.

— No dejo a la gente plantada — respondió, alzándose de hombros y echando una mirada a la vestimenta de la chica. Tenía que admitir que estaba muy guapa esa noche.

Ámbar sonrió, notando aquello, lo que le hizo sentir mas segura sobre lo que planeaba hacer. De algo estaba segura, y era que los hombres son débiles antes la carne, tarde o temprano, enamorados o no, siempre caen. Sin excepción. Ella sabía lo que tenía, y tendría que aprovechar sus atributos.

— ¿Gustas? — le preguntó ella, mostrándole una copa de vodka que minutos antes había ordenado.

Matteo dudo algunos segundos, sabía que los tragos y él no eran aliados, pero al ver la insistencia de la chica, y que no quería quedar como descortés, aceptó, tomándola en su mano y dándole un breve trago, para después, beberlo completo. Ámbar sonrió, primera fase, completada.

— Ven, bailemos — volvió a decir, sujetando la mano del chico y llevándolo hasta el centro de la pista, donde varias parejas yacían bailando sin cesar.

El castaño asintió sin dudarlo, la mejor parte para él, era bailar, mover el cuerpo acompañado de una chica. Pero entonces, se percató que no se sentía completo, le hacia falta algo, o más bien, alguien, y tenia nombre y apellido.

Ámbar, sin pensarlo dos veces, llevó las manos de su acompañante hacia la cintura de ella, y una vez que la sujetó firmemente, empezó a menear las caderas al ritmo de la musica. Matteo sonreía de vez en cuando, aunque no le parecía correcto, le gustaba ver a la rubia contorneandose de un lado para el otro.

Y así, los minutos iban pasando, ambos riendo y bebiendo tragos que los camareros le alcanzaban. Smith no paraba de sonreír y dar gritos de euforia al aire, mientras que el chico se limitaba a sonreír avergonzado por aquella actitud.

De pronto, sintió una fuerte punzada dentro de su cabeza, y esta le empezó a dar vueltas y ver a los demás un poco borroso. Las piernas le tambaleaban, tenía ganas de arrojar, de reír, de saltar, no sabía que es lo que le estaba pasando.