Los muertos cuentan secretos

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Capítulo 1

Viernes 12 de Febrero.

Mis rodillas temblaban a cada paso que daba sin responder a mis incansables intentos por mantenerlas firmes. Sentía un frío inmenso que me recorría desde los tobillos hasta el temblor reprimido de mis labios, a pesar de que los penetrantes rayos del sol se emitían con toda su furia por ser apenas un medio día de verano.

La sensación más horrible la tenía en el pecho, una dolorosa presión que sin piedad me ahogaba ocasionando que todo el calor que debió ocupar cada parte fría de mi cuerpo se concentrase solo en mis ojos, vidriosos y cada vez más borrosos para observar.

La gente pasaba muy de prisa a mi lado, las bocinas de los autos eran insoportables en ese preciso momento y las voces de todos se hacían cada vez más abrumadoras.

Una vibración, dos, tres e innumerables más que provenían del bolsillo de mi chaqueta.

Mis dedos se apresuraron a sacar el celular para observar que la pantalla anunciaba quince llamadas perdidas de Elisa. Apreté el botón de apagado por unos segundos hasta que este se oscureciera por completo, pero cuando me dispuse a guardarlo mi cuerpo sintió más personas amontonadas a mi alrededor. Algunos estaban quietos y otros protestaban porque los demás se movieran, pero todos miraban exactamente lo mismo.

A mi derecha, entre los vidrios hechos trizas y pedazos de madera el cuerpo de un hombre yacía desparramado en la pista con los ojos abiertos y la cabeza bañada en sangre. No era un tipo viejo, pero tampoco tendría más de cincuenta años. Vestía ropas negras, llenas de polvo y en una de sus muñecas aún conservaba un brillante reloj de mano.

Una lágrima resbaló por mi mejilla y se perdió en mis labios abiertos. El rostro del tipo estaba horriblemente inmovilizado, tieso como el hielo y sus labios ya se veían amoratados. Por un segundo se me hizo familiar, pero tenía la mente tan alborotada que terminé concluyendo que no se trataba de algo más que un disparate, y es que todo pasaba en cámara lenta pero a la vez con violenta prisa. Varios policías formaron una desordenada cadena para evitar que los curiosos intervinieran mientras el eco desesperante de la ambulancia ya se hacía escuchar desde varias cuadras atrás.

Pero me faltó la respiración y sobre todo la fuerza en los talones para seguir andando cuando alcancé a verle el cuello horriblemente cortado.

Jamás en mi vida había visto a un muerto. Jamás, ni en ninguno de mis más lúcidos sueños. Pero lo peor de todo era que nunca se me había cruzado por la cabeza que sería de la forma ni en el momento en que lo estaba viendo en ese instante. No estaba lista, talves nunca habría pensado en estarlo y eso era mucho peor, tanto que las ganas de vomitar se apoderaron abruptamente de mi garganta.

Pero más abrupta fue la fuerza tan compacta que se abalanzó contra mi hombro haciendo que el móvil que aún tenía cogido se resbalara de mis dedos y cayera directo al piso. Me liberé de la impresión que me mantenía quieta, apresurada por recoger mi teléfono antes de que fuera destrozado por alguna pisotada. Con el rostro incluso más rojo que antes me volví con la mirada buscando al imbécil que había cometido tal brusquedad. Una figura masculina se posicionó frente mis ojos, la que justo se giró sobre sus hombros y pude verle de perfil, pero sólo pequeños rasgos no tan significativos como la nariz respingada y los labios casi sonrosados, puesto que el tipo llevaba puesta la capucha de su chaqueta y se volvió siguiendo su camino en menos de tres segundos.

De pronto me sentí mareada.

Sentimientos de extrañeza y confusión se posaron sobre mí, pero después de tantas sensaciones abrumándome esa misma mañana y la multitud ya dispersándose, avancé lo más rápido que pudieron mis piernas para salir de aquel lugar.

¡Holaaaaaa, querido lector! Si has llegado hasta aquí y te has quedado con ganas de más te puedo decir que ya estás en mi corazoncito, y que te doy la más cálida y agradecida bienvenida a esta novela, que con mucha paciencia, mucho amor y dedicación escribo para entretenerte:)

Continúa por aquí y sigue disfrutando, solo puedo decirte que este es el inicio de una historia en la que nunca sabrás cuándo las cosas se pondrán de cabeza juju.

Un abrazo💙

Cuando caiga la luna. (Editando)Where stories live. Discover now