Yoongi de nuevo se encontraba pegado a la ventana mirando hacia el jardín, su expresión neutra y relajada era dificil de decifrar que era lo que pasaba por su cabeza, parecia alguna especie de figura de cera postrada en el gran ventanal del salón principal.
-Si piensas que fingir ser una estatua te ayudara a escapar de tu esposa, estas muy equivocado.-Habló a sus espaldas.-La creo tan loca como para casarse hasta con una estatua de oro como tú.
Yoongi siguió sin mover un solo milímetro de su piel, su postura era la misma, sus brazos detras de la espalda y piernas juntas, como le habían enseñado desde pequeño, solo papardeo y tomo aire para decir.
-¿Crees que sea alguna especie de hada del bosque o algun brujo con poderes?.
-¿Que?.-Rió.-Creo que EunHa no te deja respirar, deberías salir a caminar.-Se recargo a la orilla del ventanal mirando hacia arriba al gran candelabro.
-¿Ya viste?.-Lo miró.-Tiene que tener poderes, es imposible.
Hoseok fruncio el ceño por que ya no entendía a su hermano adoptivo, se giró para mirar el ventanal y ver que era lo que lo tenia tan hipnotizado, al igual que el príncipe se quedo mirando quieto hacia el jardín, procesando un segundo lo que sus ojos miraban.
-No son poderes.-Sonrió.-El secreto es el amor.
Yoongi lo miró, veía como el perfil de Hoseok era el mismo que tenía el mismo hace solo unos segundos, impresión.
-Las flores que plantó mamá murieron el dia que ella partió de este mundo.-Dijo volviendo su vista al jardín.
-Ese chico, Jimin.-Miro a Yoongi.-Es especial, sin duda.
Hoseok camino hacía la puerta y antes de irse se giro y miro sonriendo a su hermano.
-Si no lo tomas tú, lo hare yo hermano.
Yoongi fruncio el ceño y dio un paso hacia enfrente con rabia, Hoseok de inmediato abandonó el salón con una risa que hizo eco, Yoongi bufo y volvió a mirar hacia afuera, el jardín estaba completamente colorido, las flores de la reina habian florecido de nuevo y el inverdadero no había lucido tan hermoso desde aquel tragico dia.
-Espero solo sea un cuento de hadas madre.
Yoongi se retiro del ventanal y caminó hacia el gran librero, tomo uno de color negro y abrio la primera pagina releyendo lo que alguna vez su madre escribió para que el pudiese dormir.
El día que yo parta, ese dia morira lo que yo he creado, pero algun dia llegara alguien, el indicado que hara renacer el amor que ese dia cayó.
-Su hermano me recuerda a una historia que conto el tio Hoseok.
-¡Verdad que si!.
-Esperen.-Dejo de sonreír.-¿Que les conto el tio Hoseok?.
-Que estaba a punto de ser feliz con el amor de su vida pero llego un mounstro feo sin sentimientos y se lo llevo a la torre del castillo.
-Pero como el era un miedoso, mejor se lo dejó.
-Ese... tonto.-Rodo los ojos.-Bueno niñas, hora de dormir.
-¿Prometes seguir contando la historia mañana?.
-Por supuesto que si.-Beso su cabeza y la arropo.-Buenas noches niñas.
-Buenas noches papá.
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