Capítulo 28

7.7K 627 145
                                    

 —Bee, aquí seguimos, no estamos pintados

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Bee, aquí seguimos, no estamos pintados.

Oscilo la vista entre mi teléfono y mis amigos frente a mí que se quejan porque no les presto atención.

—¿Qué es tan divertido?— pregunta Martin y antes de que responda él chasquea los dedos —No me digas, ya sé, es Evan ¿A que sí?

—Los chicos apestan— dice Nina en un gemido quejumbroso. Eso solo puede significar que ha tenido otra desilusión amorosa.

—¡Hey! ¡Soy un chico!—chilla mi amigo.

—¡Sí! Y apestas, Mart.

Río al ver la expresión de limón chupado en el rostro de mi amigo y sigo texteando, aunque no me da mucho tiempo cuando vuelven a preguntar si es Evan con quien hablo.

—Es Evan, sí.

—¿Ya están saliendo?— de inmediato centro mi atención en su rostro emocionado.

—¿Qué dices Mart?

—Por Dios, es tan obvio que se atraen.

—No es...

—Es así, ni siquiera lo intentes— fulmino a Nina con la mirada pero ella parece prestar más atención a su teléfono.

—Nena, en serio, deberías ser honesta contigo misma.

—Martin...

—En serio. Sé que me has repetido varias veces que él no te interesa, y es probablemente porque tú no estás viéndote como todos te vemos.

—¿Y cómo es eso?

—Cuando hablas con él te brillan los ojos y siempre estás sonriendo o riéndote por algo que él dijo y lo haz recordado, te invita a comer casi todos los días y cuando no es así por lo menos te manda textos, justo como ahora, y hasta tienen su propia rutina cada domingo para ver películas todo el día, él conoce a tu familia y tú a la de él, te visita bastante seguido. Es prácticamente una relación, excepto porque no hay besos ni sexo, de ahí en fuera, es como si estuvieran saliendo. Creo que todos nos hemos dado cuenta de lo mucho que te gusta excepto tú, Bianca. De nada.

La mesa queda en un extraño silencio y ambos miramos a Nina anonadados mientras ella sigue leyendo algo en su teléfono de forma desinteresada, sus palabras me han dejado en blanco.

—Nina, mereces un altar— aplaude Martin saliendo de su asombro.

—Gracias, Mart.

—Ustedes están...

Evan
Viernes 12:37 p.m.
No, es verdad. Cuando te enfadas eres como un león al acecho y cuando regresas a la normalidad te pareces a un tierno gatito.

Una sonrisa ladeada inunda mi boca y río ante el mensaje, justo cuando voy a escribir de regreso miro de soslayo a mis amigos que no dejan de estar pendientes de cada acción que hago.

Definitivamente, tal vez ©Where stories live. Discover now