Pensaste estando de camino a casa. Ya habían culminado los estudios en Yuuei y ahora eras una heroína profesional.
Cada uno de tus compañeros tomaron caminos distintos... Pocas veces eran las ocasiones en donde podías hablar con Uraraka y Midoriya cuando se encontraban de casualidad.
Con el resto... Solo veías de vez en cuando las noticias, mostrándolos, al parecer, teniendo éxito en su trabajo.
Sin embargo, él...
No podía salir de tus pensamientos...
Se había ido en el extranjero por temas de trabajo...
«Kirishima...»
Suspiraste pesadamente recordando al pelirrojo. Se había ido lejos, apenas despidiéndose de ti con una llamada.
Ambos, no eran nada. Solo amigos... Pero eso no impedía que cada vez que el te sonriera, sintieras tu corazón revolcarse.
—Mamá, mira. Es la heroína de la tele —habló un niño el cual caminaba con su madre de la mano.
Te sobresaltaste levemente y ocultaste tu rostro con el flequillo que tenías. A pesar de ser héroe, tenías una personalidad muy introvertida. No te gustaba mucho hablar con los demás, causa de tu baja autoestima...
El único con el que te sentías bien... Con el único que te sentías especial...
No está.
Caminaste apresurada por las calles, tratando en lo posible de no llamar la atención de nadie.
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Ya eran las 22:38 PM.
Aún seguias vagando por las calles sin rumbo. No te apetecía aún volver a casa.
¿Para qué?
Al volver... Simplemente nadie te estará esperando. Nadie ansiaba tu regreso en ese lugar... Por eso, simplemente decidiste seguir caminando y refrescarte con la brisa del viento.
Estabas pasando por una calle que conocías...
Era la calle en donde vivía Kirishima.
Decidiste pasar por ahí... Sabias perfectamente que el no estaría, pero aún así, querías ver.
Ya había pasado 1 año desde que se fue en el extranjero, y aunque para algunos no fuera mucho tiempo... Para ti, era una eternidad.
