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¡ATENCIÓN!

Este capítulo tiene lo que se llama “lemon” leve. Esta en tu responsabilidad leerlo o no, pues puede darte algún derrame cerebral o alguna wea. Bai.

La habitación iluminada tenuemente, junto con el silencio de esta, era todo lo que se podía sentir. Parada frente a la cama, observando con detenimiento el color de las sabanas rojo vino.

En ello, sintiendo unos labios besar tu hombro y unos brazos rodear tu cintura, hizo que una pequeña sonrisa aparezca.

Besos lentos, suaves y tibios iban subiendo desde su comienzo hasta el cuello, en donde pasaron a ser leves chupetones, dejando suspiros como consecuencia. La mano del de pelo rojo, fue introduciéndose por debajo de la camisa que llevabas puesta, acariciando el abdomen hasta llegar por debajo de uno de tus pechos.

El ambiente iba poniéndose más candente, pues era gracias a sus respiraciones que iban siendo más profundas, chocando uno con otro al tener el rostro frente al otro.

Podías notar como tenía su mirada clavada en tus labios, como si no pudiera esperar al momento de ir a por ellos y devorarlos con los suyos, luego subió a tus ojos, reflejando también en ellos el profundo amor que te tenía. Lentamente fueron acercándose para comenzar un beso lento que fue haciéndose más intenso al momento de que le regalaste una mordida en el labio.

La mano que se había metido por debajo de tu prenda, ya se encontraba masajeando uno de los pechos, sin prisa, iba apretándolos y masajeándolos. Metió su lengua en tu boca, comenzando en ello un festín azucarado. Un gemido ahogado que quedó atrapado entre el beso, al momento de que el contrario había apretado el pezón por encima del sostén.

Te hizo girar rápidamente para con ello sacarte la camisa que le obstruía la vista, tirándola por alguna parte del cuarto.

Tomaste sus mejillas para atraerlo nuevamente a ti y con ello unirse de nuevo en un beso, mientras que el te empujaba un poco más para recostarte en la cama, colocándote en medio de esta.

Se colocó entre tus piernas, haciendo en ello estocadas falsas al momento de rozar su miembro por tu intimidad. Sintiéndose los jadeos mezclados con los suspiros entre sus labios unidos.

Apretó con una de sus manos, uno de tus muslos y con ellos ir ascendiendo hasta la cintura en un acto de caricia.

Pasaron unos cortos minutos en donde ya solo quedaba la ropa interior que los cubría.

Ya en ese momento, te había despojado de ese sostén, dejando a la vista tus pechos. Los miró por unos segundos, notándose en sus ojos el color intenso que los caracterizaba, recorrer tu piel. Sin perder más tiempo bajo a ellos y mientras que seguía con los roces de intimidades, metió en su boca uno de tus pezones, comenzando a succionarlos. Con una de sus manos libres, estimulaba la otra.

Llevaste tu cabeza hacia atrás dejándote llevar un poco por el placer que en ese momento era tan exquisita y al mismo tiempo cruel, pues era un tortura que no dejaba en paz  ningún centímetro de tu ser.

Lamia y succionaba tus pechos como si con ellos estuviera esperando algo. Sin embargo, en un momento se detuvo y se levantó levemente.

Y lo viste, ya algo jadeante, acompañado con su rostro rojo por el momento. Su cuerpo marcado, así como sus manos que descendían a su bóxer para quitárselo. Pues tampoco perdiste el tiempo, también quitándote la última prenda que te quedaba. Ambos quedando completamente desnudos.

Se colocó de manera correcta entre tus piernas, tomando su miembro más que erecto para llevarlo a tu entrada. Antes de ello, alzó la mirada para verte.

Entró un poco así para ver tu reacción. Se acercó a tu rostro para besar tus labios mientras iba entrando con lentitud.

Esta no era la primera vez que lo hacían, obviamente. Pero eso no quitaba que siempre sea un momento especial. Él hacía que siempre lo fuera y ahora, en la luna de miel, también lo fue.

Al momento de entrar por completo, dejó de nuevo un beso fugaz en tus labios y luego repartiendo besos por tu rostro, comenzaron las primeras estocadas.

Lentas pero firmes, que hacían enloquecer a cualquiera.

Él, apretó las sabanas con fuerza, que se encontraban a los lados de tu cabeza. Nunca quería ser muy brusco contigo, pues no quería lastimarte en ningún sentido, pero el hecho de que soltaras esos gemidos que solamente él podía disfrutar, hacían que eso se le fuera olvidando poco a poco.

La velocidad de las estocadas iba aumentando, logrando así que la cama choque contra la pared, haciendo unos sonidos en unísono con los de sus pieles.

Llevó de nuevo sus labios a tu cuello, dejando en tu piel un sin fin de marcas que iba repartiendo.

Solo eran los dos en ese momento y ya nada a su alrededor importaba.

Una chispa se encendió en ambos, regalándoles una oleada de placer que los podría hasta llevar a la locura.

Al momento en que ambos terminaron, sus cuerpos uno al lado de otro. Se quedaron quietos tratando de calmar sus respiraciones agitadas.

Cuando todo ya estaba normalizado, agarró las sabanas y con ello cubrió ambos cuerpos. Llevó su mano a la tuya y entrelazó sus dedos con los tuyos, acercó su rostro, depositando en ti, uno de los tantos besos que siempre te daba.

Y no pudo evitar decir aquello, que aunque también lo decía siempre, no podía no hacerlo, pues no encontraba ya otra palabra con que expresar el gran amor que le causabas.

Aunque sólo era una palabra, tanto para él y como para ti, ya significaba mucho.

«Te amo... Te amo más de lo que te imaginas»

Acepten este intento de lemon, de verdad no se que estoy haciendo alv

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Acepten este intento de lemon, de verdad no se que estoy haciendo alv.

Espero que les haya gustado(?

La recompensa por los capítulos sad. ewe.

Kirishima escenarios.Where stories live. Discover now