Kirishima escenarios.

9

Ambos, tan felices. Sí, así estaban, gozando de la más grande felicidad.

Él te había prometido estar siempre junto a ti, que nunca se separaría de tu lado.

Y aquellas fueron las palabras que lograron engancharte más a él. Como lo amabas, tu corazón latía con fuerza con solo estar a su lado.

Todos los momentos juntos los atesorabas porque siempre fueron increíbles.

Oh, Kirishima, como lo amabas.

Pero resultó solo ser un bastardo mentiroso. Sí, así son los hombres. O así era él, un maldito mentiroso.

—Kirishima... —lo tomaste del brazo intentando dialogar con él— por favor, hablemos. No hagas esto.

Las lágrimas comenzaban a salir sin temor alguno, pues el temor más grande que era el de perder a alguien que amas.

¿Kirishima por qué haces esto?

Eran preguntas que golpeaban tu mente y corazón. No querías que esto acabará así, lo amas, lo amas tanto que hasta tu orgullo es lo que dejas de lado en este momento para pedirle en lágrimas que se den una oportunidad. Cualquier cosa que hubieras hecho mal, lo cambiarias. Todo, solo por él.

—No hay nada de que hablar. —soltó el agarré de tu mano sin importar las miradas de la gente al alrededor— Me voy a casa.

Fue lo único que dijo dejándose ahí, tirada, lastimada y destrozada.

Kirishima, de verdad te amaba...

Ya habían pasado varios meses, el dolor te hace más fuerte. Eso fue lo que aprendiste con él tiempo. Porque ahora, eras diferente.

Se había acabado aquella chica buena, amable y sentimental. Se ha muerto. Al igual que todos aquellos sentimientos que alguna vez fueron las espinas que despedazaban tu corazón cada noche en que llorabas.

Que ironía, no... ¿Kirishima?

—Por favor, perdóname... —rogó frente a ti— fui un estúpido... Yo, por favor, dame otra oportunidad.

—Ahora ya nada es igual Kirishima —dijiste mirándolo con indiferencia—, no volveré a perder mi tiempo contigo. Un fracasado, ya que por más que te esfuerces en esta vida es único que seguirás siendo, un fracasado.

Aquellas palabras parecieron afectarle, pero a pesar de ello no respondió, por lo que seguiste hablando.

—No puedo creer que habías terminado conmigo solo porque te habías aburrido y me habías dejado de lado por una estúpida afición tuya —hablaste con una leve sonrisa en tus labios—, es gracioso ¿no? Dime, ¿Aquellas chicas de fantasía logran darte la felicidad que tanto quieres?

Lo miraste por última vez mientras que él solo seguía con la mirada baja. Simplemente giraste para retirarte, pero antes le dijiste algo más:

—Esto es en lo que me convertiste, Kirishima —dijiste con leve burla—, ¿Sabes? Me pregunto si este en realidad es mi verdadero yo.

Y así fue, como los papeles se invirtieron, dándole lo mismo que te había entregado pero multiplicado por dos.

¿Quién dijo que la venganza no te hacía feliz?

«Es el néctar más delicioso que el humano podría disfrutar»